1.
Razones de la supervivencia de los partidos políticos
en los sistemas representativos.
Si el régimen de partidos o Estado de
partidos está en decadencia o en crisis, es conveniente encontrar explicaciones
para entender su persistencia en el tiempo. Hay en principio cuatro hipótesis
explicativas para dar cuenta del hecho de la supervivencia actual de los
partidos políticos en los Estados capitalistas avanzados.
La 1ª
hipótesis es la llamada hipótesis de la elección ilusoria. Los partidos existen
para reproducir el principio de soberanía popular. Se trata de crear la ilusión
de que cuando se elige se elige entre varias alternativas, puesto que la
libertad en la democracia es la libertad de elegir entre varias alternativas.
La objeción consiste en afirmar que la elección no es indispensable para crear
orden y estabilidad el ejemplo que hay que considerar es el de las dictaduras.
La 2ª
hipótesis es la de la cohesión. Es necesario que haya personal político
cohesionado. Es la necesidad de contar con una clase política. La objeción
consiste en que hoy resulta difícil distinguir entre el personal político del
partido y el personal funcionario de la Administración.
La 3ª
hipótesis es la del sondeo responsable. Los representantes políticos de los
partidos transmiten información útil al gobierno. La objeción viene a decir que
también los sondeos de opinión cumplen esa función
La 4ª
hipótesis es la de la reducción de la complejidad. Los partidos reducen la
complejidad. Facilitan las decisiones administrativas. La objeción afirma que
esta función de criba pueden realizarla también las organizaciones de
intereses.
Alessandro
Pizzorno añade a estas cuatro hipótesis una quinta hipótesis, a saber, la
hipótesis que afirma que los partidos son las únicas organizaciones que Emic
representan el interés general. Ocurre que los partidos políticos son y actúan
como garantes del valor de la moneda que se intercambia en el mercado político.
Los ciudadanos necesitan organizaciones y estructuras estables a las que poder
referirse con seguridad. Además los ciudadanos necesitan formas de identidad
social una vez que han perdido las antiguas formas (tribu, religión). Hay dos
funciones pues de los partidos políticos, la estabilidad del mercado político y
la identidad social por medio de la ideología.
2.
Proporcionalidad y fórmulas distributivas o
proporcionales.
Se hace necesario establecer el número
de votos y calcular el número de puestos que corresponderán a cada partido. La
cuota electoral es la cantidad que resulta de la división entre votos y escaños
válidos de un distrito.
Hay dos fórmulas para resolver el
problema de la aplicación de las fracciones. La fórmula del resto mayor y la
fórmula de la media mayor. La fórmula del resto mayor: Estas
fórmulas son las más favorables a una distribución de escaños que refleje más
fielmente la distribución de votos entre candidaturas. Pero la aplicación de
ese tipo de fórmulas suele acompañarse de disposiciones que atenúan su efecto
de proporcionalidad, por ejemplo el umbral electoral que impide la
participación en el reparto a partidos que no superan un determinado volumen de
sufragios. Es la variante Hare-Niemeyer
y la variante Hare-Andrae. La fórmula de la media mayor: Se trata
de conseguir que el coste medio en votos necesarios para conseguir un escaño
sea el mismo para cada partido. La versión más simple de esta fórmula es la
siguiente: Se establece el cociente electoral, y se procede a una primera
distribución de escaños, otorgando a cada partido tantos escaños cuantas veces
se contiene la cuota en su total de sufragios. La segunda distribución de
restos consiste en que los votos de cada partido se dividen por el número de
puestos que ya han conseguido en la primera fase más 1 para averiguar cuál
sería su media de votos. La lista que presenta una media mayor se hace con el
escaño.
3.
Modificaciones introducidas, según la concepción
elitista, por la democracia de masas en los fundamentos e instituciones de la
democracia liberal clásica.
La primera modificación introducida en
la democracia es la ampliación del sufragio y la introducción del sufragio
universal. Aparece el Estado de partidos. Se transforma la representación
misma. La propiedad y la cultura han dejado de estar representadas. Además, al
haber introducido la disciplina de partido en el voto de los diputados electos,
los partidos del régimen de partidos, se produce la reintroducción del mandato
imperativo, prohibido desde las Revoluciones burguesas. Se produce así la defunción
del parlamentarismo. En la democracia de partidos, el pueblo vota más por un
partido que por una persona. La mejor prueba de ello es el notable fenómeno de
la estabilidad electoral. Las divisiones electorales reflejan divisiones de
clase. El parlamento no es ya un lugar de discusión, sino un lugar de
manifestación de los acuerdos suscritos por las ejecutivas de los partidos
políticos en otro lugar distinto. Los representantes del pueblo votan debido a
las decisiones adoptadas en otros lugares por sus partidos.
4.
Causas que han suscitado la tendencia a la
representación corporativa en las sociedades contemporáneas.
En primer lugar, hay que reseñar el crecimiento de las
organizaciones.
En segundo lugar, hay que citar la multiplicidad de
intereses existentes.
En tercer lugar, la representación de intereses es
necesaria. La necesidad de representar algunos intereses particulares.
En cuarto lugar, la necesidad de gobernabilidad. Se
trata de la necesidad de un modelo de colaboración.
En quinto lugar, los imperativos del capitalismo en su
fase crítica. Se trata de limitar las demandas salariales excesivas de la clase
obrera.
En sexto lugar, la influencia de la socialdemocracia.
En séptimo lugar la defensa de los intereses
nacionales. El nacionalismo.
En octavo lugar, la función del Estado.
En noveno lugar, la necesidad de concertación social.
Weber desarrolla una teoría de la democracia que se
denomina teoría de la democracia elitista competitiva. La democracia
representativa es una democracia de liderazgo plebiscitario. Lo más importante
en la democracia son los líderes políticos y la lucha por el liderazgo político
en la competición electoral. La democracia es clave para garantizar el
liderazgo político y nacional efectivo. Los partidos políticos refuerzan la
importancia del liderazgo, que debe ser entendido como un concomitante
necesario, tanto de las organizaciones a gran escala, que requieren una
dirección política firme, como de la pasividad del electorado.
Para
Weber la extensión del sufragio y el desarrollo de los partidos políticos
minaban la concepción liberal clásica del parlamento como lugar para la
reflexión y la discusión racionales guiadas sólo por el interés general. La
política es política de partidos. Los partidos se convierten en máquinas
electorales construidas para ganar las elecciones. Los partidos rechazan la
afiliación y se constituyen en centros de lealtades. La
democracia es considerada por Weber como por un terreno de prueba para los
líderes, como el mercado, es un mecanismo institucional para eliminar para los
más débiles y elegir a los más fuertes. El electorado es incapaz de discriminar
entre políticas y sólo es capaz de discriminar entre líderes. La democracia
representativa es una democracia de liderazgo plebiscitario.
6.
Tendencia a la personalización de la opción electoral:
causas.
En la democracia de audiencia, la última
transformación de la democracia liberal o del Estado liberal habida últimamente
según Bernard Manin, ocurre que la individualidad de los candidatos parece ser
uno de los factores esenciales de estas variaciones. Los votantes tienden cada
vez más a votar a la persona en vez de votar al partido o al programa,
generando la impresión de que estamos ante una crisis de la representación (en
vez de la crisis de la democracia de partidos).
Hay
una tendencia a la personalización del poder. Las campañas electorales se
centran en los líderes de los partidos. Hay
dos causas de la personalización: 1. Los canales de comunicación política
afectan a la naturaleza de la relación representativa. Los candidatos gracias a
la radio y a la TV son conocidos por toda la Nación, por todo el cuerpo
electoral. Esto favorece la percepción de las personas de los candidatos
electorales. 2. El creciente papel de las personalidades a costa de los
programas es una respuesta a las nuevas condiciones en las que los cargos
electos ejercen su poder. Los candidatos presentan sus cualidades personales
más que su programa electoral ante el público. Así no se tienen que comprometer
con promesas concretas. Se trata pues de una confianza personal la que existe o
debe existir entre el representante y el representado. La confianza, tan
importante en el liberalismo clásico, vuelve a asumir un papel central en la
democracia de audiencia. Es probable que haya pasado la época de votar los
programas de los candidatos, pero puede estar comenzando la era de votar el
historial de los gobernantes.
Antes las diferencias entre partidos eran diferencias
que reflejaban diferencias sociales, de clase. Hoy son los partidos políticos
los que provocan las divisiones sociales. Los partidos políticos han cambiado
el gobierno democrático. Ahora lo que hay es el Estado de Partidos. Los
partidos de masas transformaron la representación misma. En primer lugar, los
representantes eran ciudadanos corrientes que habían llegado a las direcciones
de los partidos por su militancia y devoción a la causa. En segundo lugar los
representantes políticos, una vez elegidos seguían bajo el control del partido.
Era la disciplina de voto del partido.
El Estado de partidos fue aceptado como un avance
democrático. En la democracia de partidos el pueblo vota más por un partido que
por una persona. En la democracia de partidos las divisiones partidistas,
electorales reflejan divisiones de clase. En esta forma de representación, un
cierto sentido de la pertenencia y de la identidad social determina mucho más
las actitudes electorales que la adhesión a los programas de los partidos. El partido de masas organizado propone una ideología
como principio de identificación
El representante político elegido debe seguir las
indicaciones del partido. Hay disciplina de voto en el parlamento y control de
los diputados por el partido. El parlamento se convierte en cámara de
manifestación y pierde el carácter de cámara de discusión. Los representantes
no votan a la luz de la razón ni a la luz de los argumentos intercambiados en
el parlamento, sino como resultado de las decisiones tomadas en otros lugares.
El partido electoral-profesional o atrapalotodo es un
partido que corresponde a la democracia de audiencia. Declina la identificación
del elector con el partido. Aumenta la volatilidad electoral. Se produce la
incorporación de los partidos al Estado. El peso de los partidos en la sociedad
se reduce notablemente.
8. Los
planteamientos neopluralistas de la democracia.
En la versión o visión neopluralista,
los grupos de interés no pueden considerarse como necesariamente iguales y el
Estado no puede considerarse como el árbitro neutral entre todos los intereses:
las corporaciones económicas ejercen una influencia desproporcionada sobre el
Estado y, por lo tanto, sobre la naturaleza de los resultados de la democracia.
Los neopluralistas reconocen el
carácter complejo de las consecuencias y peligros del desarrollo de unos
intereses y estructuras burocráticos. Por ello es vital el análisis de quién
consigue realmente qué, cuándo y cómo. Los neopluralistas rechazan la
existencia de unos patrones fijos, inalterables, en las relaciones y los
resultados políticos, y subrayan la necesidad de examinar las constelaciones de
intereses, los contextos institucionales,
los recursos y las tácticas concretas que intervienen en un determinado caso. A
pesar de que reconocen la preeminencia de los intereses económicos, los
neopluralistas no presentan una visión fija o completa de las fuerzas y
relaciones que sustentan la política democrática contemporánea. Al señalar este
punto, retienen algunos principios esenciales del pluralismo clásico
(descripción de cómo la democracia liberal genera una variedad de grupos de
presión, un conjunto de demandas en continuo cambio y un amplio número
indeterminado de posibilidades políticas). Además, los neopluralistas afirman
que la democracia liberal es un obstáculo al desarrollo del Estado monolítico
insensible: partidos políticos competitivos, esfera electoral abierta y grupos
de presión vigilantes.
9.
Representación neocorporativa y representación democrática.
El modelo de representación
democrático o parlamentario sufre la competición por parte del modelo de
representación de intereses neocorporativos. Hay grupos de presión, hay grupos
de interés particulares organizados.
El modelo típico ideal de la
representación moderna (individual) debe enfrentarse a una realidad en la que
pesa cada vez más otra dimensión, la de grandes organizaciones para la tutela
de los intereses originados en la esfera privada.
La representación democrática
representa a la Nación. La representación política democrática representa a
todos los ciudadanos, al interés general y público. La representación
neocorporativa representa intereses privados y colectivos particulares. No
representan el interés general. La representación neocorporativa extrae su
legitimidad del reconocimiento por parte del Estado, que les da el monopolio de
la representación en el seno de las respectivas categorías. El Estado considera
a la representación neocorporativa como interlocutora valida.
Un verdadero régimen político
corporativo supone la marginación de la representación individual electoral. El
problema es si el corporativismo puede sustituir a la representación política
individualista.
En ningún caso puede hablarse de una
sustitución integral de los circuitos representativos y de toma de decisiones
democráticas-territoriales-electorales por circuitos funcional-corporativos. De
todos modos, hay que decir que como la representación parlamentaria es
insuficiente para asumir la multiplicidad de las demandas sociales, surge el
neocorporatismo como estructura diferenciada para canalizarlas. Sustrayendo
así al Parlamento decisiones importantes
pero siendo compatibles ambas estructuras.
10. Las
fórmulas proporcionales y sus repercusiones en la distribución de escaños.
Las fórmulas distributivas
proporcionales de resto mayor son las más favorables a una distribución de
escaños que refleje más fielmente la distribución de votos entre candidaturas.
La fórmula del resto mayor es la más
proporcional de las utilizadas, pues otorga el mayor número de puestos
sobrantes a los partidos que tienen muchos votos sin usar, aunque perjudica a
los concentrados territorialmente y, por tanto, débiles en el conjunto
estatal-nacional.
La fórmula de la media mayor suele
favorecer a los partidos con mayor número de votos y perjudica a los
minoritarios, ya que son aquellos los que suelen presentar mejores medias.
11. La
concepción neopluralista: relación entre democracia y economía.
Según los autores neopluralistas,
las corporaciones económicas ejercen una influencia desproporcionada sobre el
Estado y, por lo tanto, sobre la naturaleza de los resultados de la democracia.
El reto más importante para la libertad procede de la desigualdad económica. El
capitalismo actual está implicado profundamente en la creación de una variedad
de formas de desigualdad, todas las cuales amenazan la extensión de la libertad
política. El capitalismo corporativo moderno tiende a producir desigualdades
tan grandes, respecto a los recursos sociales y económicos, como para causar
serias violaciones de la igualdad política y por lo tanto del proceso
democrático.
La capacidad del Estado para actuar
e intervenir en la sociedad y en la economía está limitada por las exigencias
de la acumulación capitalista. El crecimiento económico es imprescindible para
que haya recursos financieros suficientes para realizar políticas sociales en
el Estado social del Bienestar. Por un lado, tiene que satisfacer el Estado las
demandas del pueblo. Por otro lado tiene que garantizar el proceso de
reproducción del capital, la rentabilidad del capital.
Todo gobierno debe garantizar el
proceso de acumulación capitalista y la rentabilidad del capital. La democracia
necesita del capitalismo para sobrevivir. Si no hay capitalismo no hay
democracia aunque pueda haber capitalismo sin democracia.
12. Relación
entre sistemas electorales, gobernabilidad y sistema de partidos.
Si lo prioritario es garantizar una
sólida base para el Gobierno, se optará por la fórmula mayoritaria, si lo
fundamental es en cambio, dar libre expresión a la voluntad política de los
diversos grupos sociales, lo más adecuado es la representación proporcional.
Los defensores del sistema mayoritario
afirman que la voluntad de la mayoría es la única que debe contar para asignar
puestos representativos, siendo evidente su derecho a imponerse en democracia.
A continuación argumentan que esta fórmula es más funcional políticamente al
crear un Gobierno con perfiles claros ante el electorado que cuenta con una
sólida base representativa y de apoyo. Finalmente, señalan que, con este
criterio, los vínculos entre elector y elegido son más estrechos dadas las
reducidas dimensiones de las circunscripciones, consustanciales con la fórmula
mayoritaria.
La representación proporcional
defiende el pluralismo y la equidad. El proporcionalismo estabiliza los
sistemas de partidos existentes. Con el sistema proporcional se consolidan los
partidos y se evitan bruscos cambios de gobierno al favorecerse las coaliciones
mayoritarias.
Según Duverger, la representación
proporcional tiende a generar un sistema de partidos múltiples, rígidos e
independientes. Multipartidismo.
El sistema electoral mayoritario a
dos vueltas tiende a generar un sistema multipartidista flexible e
interdependientes los partidos entre sí.
El sistema electoral mayoritario a
una sola vuelta tiende al bipartidismo.
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