sábado, 22 de febrero de 2020

El Scholástico de Cristóbal de Villalón

 

        Tratamos de dilucidar aquí si el Scholástico de Cristóbal de Villalón es una obra literaria o no lo es. Parece que sí puesto que figura en todas las historias de la literatura española al uso. Sin embargo, creemos necesario profundizar en la cuestión y buscar algún argumento de algo más de peso al respecto que nos permita afirmar con certidumbre que sí que pertenece  el Scholástico a la historia de la literatura española. Eso nos exige al menos una definición de qué sea esa cosa llamada literatura.

Comencemos con el autor. Un perfecto desconocido. Cristóbal de Villalón es probable que naciera a principios del siglo XVI en Villalón de Campos o en Valladolid. Tal vez en 1505. Obtuvo el título de bachiller en Artes en la universidad de Alcalá de Henares y la licenciatura en Lógica en la universidad de Salamanca entre 1525 y 1530. En 1530 es catedrático de lógica en la universidad de Valladolid hasta 1545. Viaja por Castilla y tal vez por Alemania. Parece ser que pasó la mayor parte de su vida en la provincia de Valladolid y alrededores  El Scholástico fue escrito en 1550. Licenciado en Teología en Valladolid aunque sin venia docendi,  contactos con el hereje Francisco de Encynas. 1543 ordenado sacerdote y en la parroquia de Olalla de Tábara, Zamora. 1545 recibe la licenciatura en Teología en Valladolid. Muere en 1562 en Valladolid.

Cristóbal de Villalón fue un castellano viejo, humanista erasmista preocupado por la educación y dedicado a ella  como profesor que fue. Fue un erasmista español. El erasmismo español no es otra cosa que el nombre que recibe la notable influencia de las ideas de Erasmo de Rotterdam en España. Esta influencia fue máxima en el período 1527-1532. El erasmismo postula la necesidad de una reforma de la Iglesia y de la religión. Sostiene pues en consecuencia que hay que despojarla de sus aspectos dogmáticos y formalistas: Hay que aligerar el exceso de especulaciones teológicas y hay que reformar una práctica  religiosa rutinaria que está en el límite de la superstición. Es necesario un retorno al Evangelio, a una religión espiritual y del corazón, intima, interior, a la fe.

Ay un género de hombres tan bárbaro y tan pertinaz en su herrada opinión: que con todas las vozes y palmadas posibles trabajan por defender que sea pecado mortal y aun cosa contra la cristiana religión querer saber más de lo razonable y estudiar tanto que presumían querer alcanzar el çentro de las letras humanas. Y aún quieren casi afirmar que se debe contentar el hombre con saber aquello que naturaleza le enseñó: y que lo demás es superfluo y gran vanidad. Cristóbal de Villalón dixit en el Scholástico.

El Scholástico es un diálogo como lo es la República de Platón, o De Oratore de Cicerón o El Cortesano de Baltasar de Castiglione. Sigue en el fondo pues la tradición platónica. Esto nos plantea la cuestión como ya hemos dicho más arriba de qué es eso llamado literatura, si es todo aquello que está escrito o sólo es el uso estético del lenguaje. Si es un diálogo filosófico lógicamente pertenecería a la filosofía pero también pudiera ser considerado una obra literaria al igual que como muchos manuales de literatura consideran literatura española los ensayos de Feijóo o los diálogos de Platón. Es además el Scholástico una especie de enciclopedia del Renacimiento español.

Es Cristóbal de Villalón entonces un autor perteneciente a la corriente humanista erasmista española, pero sin embargo, no hace ninguna referencia a Erasmo de Rotterdam aunque lo parafrasea incontables veces.

Diálogo filosófico es el Scholástico, al modo platónico o ciceroniano, miscelánea literaria, obra que contiene temas, disertaciones y otros escritos que se ocupan de asuntos diversos y heterogéneos y que nada tienen que ver entre sí. Este tipo de obra literaria es muy común en el siglo XVI. En España se dieron bastantes obras de esta clase. Fue España precisamente el primer país de Europa en el que se publicaron misceláneas escritas en lengua romance como la de Pedro Mejía en 1540. En una miscelánea, pues como hemos dicho más arriba,  se tratan asuntos diversos entremezclados. Entonces es así que vemos que en el Scholástico se tratan materias inconexas y mezcladas entre sí y por eso decimos que el Scholástico pertenece al género de la miscelánea renacentista. Entonces sí que pertenece a la literatura española. Este género literario pertenece a la didáctica y se dio principalmente en el Renacimiento y en el Barroco. Este fenómeno literario responde a la curiosidad del hombre universal del Renacimiento y constituye un precedente del ensayo que aparece en el mismo siglo XVI con Montaigne. Es este género de la miscelánea una colección de curiosidades o materias heterogéneas que sólo tienen en común el que suscitan el interés del público lector que presuntamente va a adquirir la obra y claro está,  está por supuesto el interés del compilador. Se mezclan diversas opiniones, la instrucción y la diversión y el adoctrinamiento moralizante. Este carácter proteico de la miscelánea explica su gran popularidad. Ya Plutarco y Aulo Gelio cultivaron en la Antigüedad este género. Por cierto, Cristóbal de Villalón toma mucha información y argumentos de ellos.

El Scholástico tiene un fuerte contenido erasmista. La amistad de Cristóbal de Villalón con Hernán Pérez de Oliva hizo que Villalón lo colocara en el Scholástico como portavoz de sus ideas y de su posición filosófica e ideológica. Villalón es un apasionado humanista, enamorado de la nobleza del saber y de las bellas letras, que cree en los efectos benéficos que éstas traerán a la república y por supuesto, al hombre adornado de tales dones y artes. Por lo demás en Villalón se produce, tiene lugar la unión de las armas y de las letras. Además Villalón sostiene que es buena la herencia clásica y pagana, tanto como la herencia cristiana y cree que hay que considerarlas como un todo a ambas juntas contra los que él denomina, parafraseando a Erasmo de Rotterdam, los bárbaros idiotas de su tiempo.

El Scholástico, diálogo de tradición platónica y ciceroniana con miscelánea renacentista plantea una utopía universitaria o académica. Una república escolástica en términos de Villalón. Se trata de definir qué es, en  qué consiste un perfecto varón scholástico tanto maestro como discípulo capaz de ennoblecer y habitar la tal utópica república scholástica. Además se trata de decir en qué consiste un buen discípulo scholástico. Sería esta universidad una cofradía pues de profesores y alumnos que se reunen y asocian para enseñar y aprender, maestros y alumnos sabios, elegantes y modelos de buen vivir. “entre todos nosotros formemos aquí un scolástico o perfecto varón…porque con este buen trabajo nuestra salida terná loable efeto, pues consumimos el tiempo de nuestra conversación en virtuoso exerçiçio.” (II.iii).[1]

 El Scholástico es un diálogo que representa las conversaciones ficticias mantenidas en junio de 1528 por un grupo de profesores de la universidad de Salamanca que abandonan la ciudad para pasar unos días de vacaciones a orillas del Tormes en Alba de Tormes en el palacio de los duques de Alba. Este grupo de profesores va analizando la educación de su tiempo concluyendo que tal educación universitaria no está precisamente muy bien y siendo francamente mejorable y a la vez propone posibles soluciones para evitar su supuesta decadencia. Esta arcadia intelectual la componen el rector y el maestrescuela de la universidad y un grupo reducido de profesores entre los que lleva la voz cantante el maestro Oliva, en cuyos labios deposita Villalón sus opiniones. Se prodigan las citas eruditas espigadas, alteradas, incorrectas. Hay una abundancia de digresiones, como corresponde al género literario de la miscelánea renacentista, sobre la vejez, la amistad, se prodigan las leyendas, los cuentos, se habla sobre el amor, las mujeres, etc.

Maestros y discípulos han de ser temerosos de Dios y de conducta intachable, obedientes los discípulos, disciplinados, recoletos, sobrios y estudiosos. Han de tener curiosidad por todo saber. Y tienen que ser capaces de distribuir su tiempo entre el trabajo intelectual, el juego y el descanso. No basta con dominar la especialidad. Hay que saber de todo en lo general, en lo universal.

Entonces, podemos decir conclusivamente lo siguiente:

1.    El Scholástico es un diálogo como la República de Platón, el De Oratore de Cicerón y el Cortesano de Baltasar de Castiglione. Además pertenece al género de la miscelánea renacentista.

2.    El Scholástico forma parte del erasmismo español. Sin embargo, no hay ninguna referencia a Erasmo de Rotterdam, aunque toma pasajes enteros de Erasmo. Es un autor más ajeno a la influencia de Erasmo que la mayor parte de los escritores españoles de su tiempo.

3.    No se alude en ningún momento en el Scholástico a la reforma protestante.

4.    Cristóbal de Villalón en el Scholástico no se moja ni en la ducha. Nada y guarda la ropa en todo tipo de cuestiones polémicas de su época. No trata pues de asuntos del presente.

5.    Aunque hay una fuerte crítica al escolasticismo de la universidad española, sin embargo el escolasticismo de Villalón es evidente al moverse en un marco tradicional a la hora de exponer las diversas posiciones teóricas en el Scholástico. Se alude a la dialéctica, a la retórica y a la filosofía. Se utiliza pues la disputatio escolástica.

¿Qué es literatura?

            Intentaremos pergeñar ahora una definición de literatura ya que no una teoría literaria. Para empezar sostenemos que ni la literatura es ciencia ni la teoría de la literatura es una teoría científica.

            Aristóteles define la poesía, esto es, la literatura como mímesis y fábula, esto es, representación y ficción literaria. Esta definición ha resultado a la postre ser insuperable.

Gustavo Bueno denominaba artes poéticas o sustantivas a las artes que están constituidas como orientadas a ofrecer representaciones de contenidos heterogéneos ciertamente que rebasan o superan la prosa de la vida y de las artes pragmáticas.

            Las artes sustantivas nos ofrecen obras para ser conocidas, para ser exploradas. La obra de arte sustantiva es segregada del sujeto actante mediante la representación. Tales obras o representaciones representan ideas, acciones, historias, etc.

            La obra de arte no está destinada a ofrecer verdades aunque tampoco apariencias aunque aquí podemos decir que un ensayo trata de ofrecer verdades y teorías y doctrinas. Una obra dramática, una novela, una película sobre mitos o creencias, posesiones diabólicas y exorcistas, no puede considerarse como una obra de arte sustantivo, si es que la valoración positiva de esa obra implica la participación del público en los mitos o creencias motivos del drama. La obra de arte sustantivo consiste en ser llevada a la representación ante un público diverso que tiene encomendada la misión de interpretar la obra sustantiva a su manera.

            No todo lo que está escrito es literatura o por lo menos, literatura sustantiva. Un libro de química es escritura, escritura de una ciencia, y no es literatura sustantiva, sino adjetiva. La escritura es meramente instrumental aquí. Lo que importa en el caso del libro de química o de física es la objetividad científica con sus teoremas y demostraciones. La literatura tiene una finalidad estética en el uso del lenguaje aparte de ofrecer una representación de ideas o de hechos alejados de la prosa de la vida ficción mediante.

            El Scholástico de Cristóbal de Villalón figura en los manuales de historia de la literatura española perteneciente a la miscelánea, un género didáctico del renacimiento muy difundido y popular por su época.

            La ficción literaria la entenderemos aquí de dos maneras: O bien como mímesis verosímil, como representación de operaciones, acciones y realidades que bien pudieran ser verdad o realmente existentes en otro mundo posible y composible con el mundo real y sus leyes y hechos y o bien como fantasías,  descripción o representación de hechos o cosas irreales o imposibles que incumplen las leyes de la naturaleza, por ejemplo, la literatura fantástica, de terror, la novela gótica o la ciencia ficción.

            La literatura puede ser definida como una de las bellas artes consistente en el uso estético del lenguaje escrito utilizando la mímesis o imitación o representación de realidades, acciones e ideas, rebasando la prosa de la vida y de las artes pragmáticas y usando también la ficción, sea la ajustada a las leyes del mundo o la fantástica y en la cual no es indiferente el idioma que se utilice para tales fines.

            Es pues el Scholástico de Cristóbal de Villalón una obra literaria. Cumple con las características de la literatura según la teoría clásica: imitación, ficción o fábula y es una representación como bien decía Gustavo Bueno. Es una representación dialéctica de ideas o de diversas posiciones teóricas en lo que se refiere a la educación universitaria. En literatura además, al igual que en filosofía, cuenta de manera fundamental el idioma en el que se ha escrito una obra. Filosofía, relatos, escolasticismo, que a pesar de ser criticado acerbamente por Cristóbal de Villalón, sin embargo es ejercitado en el transcurso del diálogo.

Felipe Giménez Pérez.




[1]  Cristóbal de Villalón, “El Scholástico” Edición de José Miguel Martínez Torrejón, Editorial Crítica, Barcelona, 1997. 488 páginas.

lunes, 10 de febrero de 2020

Catordécima oda a Franco

Catordécima oda a Franco.
Sacro caudillo y real majestad,
que Dios en España hizo deidad,
invicto caudillo y amante del codillo,...
hombre superior providencial.
Nadie tu grandeza puede negar.
A tí te reconozco como gran estadista,
egregio varón español.
Gran hombre conservador,
Si delito es exaltarte,
yo delincuente me declaro,
Yo apologista soy,
Yo a tí te exalto.
Defiendo tus logros,
Defiendo a España,
Soy patriota y de orden.
Gran gobernante,
Sin igual.
Muerto el gato, vinieron los ratones.
Salieron de sus madrigueras,
de sus covachuelas.
Se llamaban demócratas.
Se llamaban progres.
Algunos eran intelectuales,
todos unos grandes farsantes.
Se creían importantes.
Los muy abajo firmantes.
Unos truhanes estafadores,
dotados con el monopolio de su falsedad.
Delincuentes y malandrines,
infames facinerosos,
gavilla de ladrones,
apologistas de asesinos,
enemigos de la paz pública.
Ahora nos quieren prohibir hablar bien de tí,
reconocer tu buen gobierno,
valorar tus logros,
quieren tener el monopolio de la palabra,
negar la isegoría.
Siempre fueron así.
Sólo pueden gobernar con demagogia,
adoctrinamiento y palabrería.
Quieren prohibir hablar de las excelencias de tu régimen.
Salutífero y benéfico.
Arriba España.