Federico Jiménez Losantos es un personaje nacional, un
personaje público. Es un héroe de la libertad. De moralidad intachable,
incorruptible, insobornable, con una coherencia a prueba de bombas, con una
solidez intelectual que destaca sobre el resto de periodistas españoles. No en
vano, el no es periodista profesional, sino filólogo.
Liberal, conservador y de orden, Federico Jiménez
Losantos es el azote del progresismo y de la Antiespaña. Es un patriota. El
ataca a los traidores, a los separatistas, a la estupidez progresista, a la
corrupción, al desgobierno, al delito. Además, es el único en los medios de
comunicación en España que se mete con D. Jesús de Polanco y el PRISOE o la
secta prosaica. Eso tiene mucho mérito.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Federico
Jiménez Losantos es al periodismo español lo que Gustavo Bueno es a la
filosofía española.
El presente libro relata la vida profesional de
Federico Jiménez Losantos desde 1998 a 2006 en la COPE. El relato de los hechos
comienza con la muerte accidental de Antonio Herrero, el maestro de Federico
Jiménez Losantos en la radio, en la COPE. Uno de los temas del libro es el
ataque a todos los periodistas que molesten a los progres, los separatistas o
al gobierno del que se trate. “En esos mismos días, tras el terrible episodio
del vídeo de Pedro Jota (promovido desde el entorno de González y los GAL, con
El País y la SER como altavoces del linchamiento social, del asesinato civil y
profesional del director de El Mundo), el propio Antonio afrontaba una campaña
implacable del PSOE, PRISA y un importante sector de la Conferencia Episcopal
para echarlo de la COPE.”[1]
Federico Jiménez Losantos siempre ha sido libre e
independiente. Ha criticado al PSOE y al PP con absoluta libertad y sin
importarle las consecuencias que de ello se derivaban. El PP, a diferencia del
PSOE, ha sido menos agradecido con los periodistas que le apoyaban que el PSOE
con los suyos. El PP ha estado sometido al omnímodo poder de D. Jesús de
Polanco. Se trata de un caso único en el mundo occidental. Un empresario de la
comunicación y del periodismo que tiene un poder ilimitado como poder fáctico o
de presión para influir en los gobiernos y en la vida política nacional. Así,
entonces, no es de extrañar que para Aznar “siempre fue prioritaria la
disolución de lo que Juan Luis Cebrián llamaba el “Sindicato del Crimen”,
fórmula acuñada precisamente cuando Polanco, Godó, Asensio y Mario Conde
firmaron en 1992 el “Pacto de los Editores” para defender a los responsables de
los crímenes del GAL”.[2] El PP
cuando ha gobernado ha apoyado sin resquicios a PRISA y ha atacado a los
periodistas liberales, conservadores que eran independientes. Afirma Federico
Jiménez Losantos que “en vísperas de las elecciones del 93, algunos ya vimos
que si el PP ganaba los comicios no contaría con los que tan desinteresadamente
nos habíamos jugado crédito y empleo por ayudar a la alternancia de Gobierno,
esto es, a la llegada de Aznar a La Moncloa.”[3]
Esto indica que Federico Jiménez Losantos es
independiente del PSOE, pero igualmente del PP. Nunca le ha ahorrado críticas
al PP y a Aznar ni a Mariano Rajoy.
Cuando Federico Jiménez Losantos comienza a dirigir el
programa vespertino de radio de la COPE, “La linterna”, tenía muy claro que
difundiría el ideario liberal por las ondas. “Yo tenía la intuición clara de lo
que quería, y para eso necesitaba gente profesionalmente buena y que
compartiese o al menos no combatiese las ideas y valores liberales que
abiertamente he defendido siempre y que, por supuesto, pensaba defender en “La
linterna”. Pero que iban y van en contra de la ideología izquierdista o progre
que domina aplastantemente en el gremio periodístico, COPE incluida”.[4]
Los progres dominan en muchos ámbitos de la actividad
social y profesional en España. Son el bloque histórico dominante en la
ideología. Por supuesto, en el periodismo también. Sin embargo, hay unos
cuantos conservadores o liberales que son tolerados para aplastar a los que no
se someten y son independientes. “En España, ese cinturón de derechistas tolerados
no sólo atiende y controla a una clientela objetiva que, de otro modo, buscaría
cauces independientes, sino que tiene otra misión más sórdida y siniestra: el
silenciamiento y destrucción de cualquier alternativa ideológica y cultural que
no respete la dictadura de la izquierda. El comisario jefe del imperio
polanquista, Juan Luis Cebrián, y toda la caterva sectaria de El País y sus
satélites provincianos sólo admiten en su seno a derechistas tibios,
preferiblemente ucedeos y democristianos (Oliart, Tussell, Díaz-Ambrona,
Herrero de Miñón) y con la condición de estar dispuestos a triturar a todos los
políticos e intelectuales que no rindan culto a ese becerro de oro
convencionalmente rojo y dialogantemente nacionalista.”[5] Esto
lo entiende Jiménez Losantos perfectamente, porque militó en su momento en la
izquierda comunista. Es más, llegó a escribir en El País en 1978. Así se
entiende que Jiménez Losantos esté perfectamente vacunado contra el virus
progresista.
En el año 2003 Federico Jiménez Losantos sustituye a
Luis Herrero al frente del programa matinal de radio de la COPE “La mañana”.
Entonces César Vidal, un protestante español pasa a dirigir “La linterna” en
2004. Un ateo y un protestante dirigirían así los dos principales programas de
la COPE.
Federico Jiménez Losantos se ha convertido en un líder
de opinión de masas, en la bestia negra del progresismo en España. Es un
enemigo mortal de ETA y sus aliados separatistas y progresistas. Finalmente, se
ha convertido en un republicano por la fuerza de las circunstancias. Nunca hay
que fiarse de los Borbones. “La defensa de los “diez millones de huérfanos” de
la derecha española supuso, sólo dos días después del 14-M, el encontronazo con
La Zarzuela, es decir, con el Rey, que desde que el PSOE llegó al Poder ha sido
el peor y más peligroso enemigo que he tenido en la COPE. ¿Peor que Aznar?
Mucho peor. ¿Peor que Zapatero? Bastante peor. ¿Peor que Maragall? Todavía
peor. ¿Peor que Polanco? Allá se andan, pero sí: peor.”[6] Como
el Rey era y es amigo de empresarios delincuentes, ahí se produjo el choque de
Federico Jiménez Losantos y el Rey. Los Albertos no entraron en la cárcel y
Jiménez Losantos lo recordaba constantemente. Parece ser que el Rey se interesó
por la suerte de estos estafadores al por mayor y se hizo una llamada por parte
de La Zarzuela al juez de la Audiencia encargado del caso.
“El segundo motivo de conflicto con La Zarzuela fue
más serio o más político: la calurosa recepción del Rey al nuevo presidente del
Parlamento Catalán, Ernest Benach, un tipo sin estudios que proviene del área
terrorista de Terra Lliure-Amics de la Terra prósperamente injertada en el
tronco de Ezquerra Republicana de Cataluña, y que, como simple barrendero o
jardinero, se convirtió en ejemplo de cómo un trabajo sin cualificar se
cualifica gracias al carné de partido, que hace de hombres prohombres o
instituciones bípedas. La picaresca de los iletrados convertidos en hijosdalgo
gracias a la política es tan abundante que nadie hubiera prestado atención al
tal Benach si, tras tomar posesión del cargo no hubiera afrentado públicamente
a la nación española, y si tras hacerlo, no hubiera sido recibido por el Rey y
gratificado, según dijo, con un “hablando se entiende la gente”, tan
típicamente juancarlista que nadie pensó que el limitado Benach pudiera
inventarlo.”[7] Así, el pensamiento Alicia
tan bien analizado por Gustavo Bueno enemistó al Rey con Federico Jiménez
Losantos. La democracia tiene eso. La degeneración democrática puede llevar al
pueblo a elegir a los peores. Tiene lugar una suerte de selección democrática
opuesta a la selección natural de Darwin. Sólo sobreviven los peores, los
enemigos de España en este caso. Hasta el mismo Jefe del Estado avala la
desaparición de ese Estado del que es Jefe. Por eso se impone la república como
solución. Con la Monarquía España no va a ninguna parte hoy. Claro que con una
república de Zapatero o Llamazares, tampoco se va a ninguna parte.
El tercer motivo o episodio de roce y enemistad entre
Federico Jiménez Losantos y la Corona fue cuando tras el 14 de marzo de 2006 la
consejera de interior del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, Tura afirmó
que el Rey había impedido un golpe de Estado del PP. El Rey no dijo nada.
Calló. Federico Jiménez Losantos
presionó desde su programa machaconamente durante dos semanas hasta que
la Casa Real desmintió tal afirmación.
Federico Jiménez Losantos es liberal. Para él la
libertad es lo primero. He ahí su fallo. España tiene que ser lo primero y la
libertad después. “-Yo sé que a ti lo que más te importa es España.
-La libertad y España, por este orden. Que no son
cosas excluyentes.”[8] Un verdadero patriota
español pondría España por delante de cualquier otra consideración. Un liberal
pone antes la libertad, la economía capitalista, el mercado, la propiedad
privada. El liberalismo no tiene por qué coincidir con la defensa de España. No
son cosas excluyentes España y la libertad, pero tampoco coincidentes. Calvo
Sotelo dijo que prefería una España roja a una España rota, Federico Jiménez
Losantos, como Konrad Adenauer, quien prefería una Alemania rota a una Alemania
roja, prefiere igualmente una España rota antes que una España roja. He ahí la
diferencia entre un patriotismo español sin fisuras y un liberalismo español
que eventualmente es patriota por coincidencia circunstancial.
Federico Jiménez Losantos ha tenido la perspicacia de
ver por dónde iba la política del PSOE a partir de 2004 cuando alcanza el poder
político: hacia un cambio de régimen político. Lo había previsto muy sagazmente
Jaime Mayor Oreja. En cambio el PP no se opuso a tal política. Fueron Federico
Jiménez Losantos, la AVT y otras instancias las que asumieron la política de
oposición activa a la acción distáxica de gobierno del PSOE. El PP siempre como
maricomplejines asumía su papel de partido sumiso a las directrices del PSOE.
De hecho, ha asumido de alguna manera la tesis separatista al admitir
“realidades nacionales” en varios de los nuevos estatutos de autonomía.
Federico
Jiménez Losantos ha criticado duramente al separatismo. Particularmente firme y
coherente ha sido su posición política frente al estatuto separatista de
Cataluña promovido por el Gobierno de España como precio político para comprar
la tregua de ETA. “La verdad era –y por desgracia es- que el Estatuto proclama
la nación catalana, establece derechos y deberes distintos para los catalanes y
el resto de los españoles, discrimina y persigue a los castellano-hablantes de
Cataluña y liquida la Constitución de raíz, esa que define a España como
“patria común e indivisible de todos los españoles.”[9]
Federico Jiménez Losantos no promovió públicamente el boicot a los empresarios
separatistas de Cataluña. Lástima que no lo hiciera. Otros lo hicimos, lo
hacemos y lo seguiremos haciendo. Esos empresarios desleales y felones se lo
merecen. “verdad es que lo único que realmente se me puede reprochar es que,
teniendo todo el derecho del mundo a hacer ese boicot comercial frente a una
agresión contra la libertad y contra todos los españoles –catalanes no
separatistas incluidos- que supone el nuevo Estatuto de Cataluña, yo por
convicción y por no perjudicar a la COPE, no propugné el boicot. Me limité a
manifestarle al señor Ferrer (Freixenet) que no se podía promover un Estatuto
que rompía España y, encima, pretender que los españoles le dieran las gracias
comprando su cava. Para boicot, el que esa burguesía oronda y genuflexa viene
haciendo a las libertades y a la nación española.”[10]
Cuando arreciaron los ataques a la COPE y a Federico
Jiménez Losantos por su oposición pública y manifiesta al Estatuto catalán,
incluso el PP participó por omisión, sin oponerse a tal ataque. Incluso el
representante del PP en el CAC[11],
Comité Audiovisual de Cataluña, Santiago Rodríguez Madero lo aprobó. “Ni qué
decir tiene que esa aquiescencia de Madero tuvo que producirse con el
asentimiento de Piqué y Vendrell, máximos dirigentes regionales del PP, cuyo
comportamiento en toda la campaña contra la COPE osciló entre lo sinuosamente
cobarde y lo abiertamente miserable.”[12] En
cuanto a la COPE, “El comportamiento de la empresa y de la propiedad en esta
campaña osciló entre lo pobre y lo miserable, sin llegar nunca a franciscano.”[13] La
mayoría de los obispos apoyó a Federico Jiménez Losantos, salvo los obispos
separatistas. Sin embargo, “la eficacia de la plegaria no alcanzó a la
Conferencia Episcopal, que ni dentro ni fuera de España hizo nada para
defendernos.”[14] Tampoco el Jefe del
Estado se solidarizó con la COPE. “En cuanto al Rey y la Reina, el Príncipe y
la Princesa, las tribus de los urdangarines y marichalares, los azas y azadones
de La Zarzuela, todavía estoy esperando una visita de apoyo, un mensaje de
aliento, una llamada que no sea para pedir lo mismo que Montilla o ERC: que los
obispos me quiten de en medio. O sea, que con el partido que asalta la COPE,
“hablando se entiende la gente”. Pero como la COPE no debe de ser gente, con
nosotros, ni hablar. Gracias, Majestad. Si se cumple la Biblia, cosecharéis lo
que Vos sembráis y algún día recibiréis el ciento por uno. Como diría Montilla:
¡menuda comisión! ¡Ni la Caixa!”[15] Nada,
que la Monarquía en España, por lo que se ve tiene los días contados por
coquetear con el progresismo. Los progres no son monárquicos. No quieren la
Monarquía. Los conservadores tampoco por lo que podemos leer en Federico Jiménez
Losantos. El libro de Federico Jiménez Losantos trata de muchos asuntos. He
seleccionado simplemente unos pocos. Invito al público patriótico a que lea
este libro que está teniendo un gran éxito de ventas.
[11] Por cierto, que uno de
los miembros de tan infame comité es la catedrática de ética progresista
Victoria Camps Cervera, representante del PSC.
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