martes, 25 de diciembre de 2018

Octava oda a Franco

Franco, Caudillo.
Hombre superior,
Providencial,
Generalísicmo,
Providencial,...
eficaz,
honrado,
cazador, pescador,
no maricón.
Sin ideología de género,
ni de número ni de especie.
Español ejemplar,
patriota absoluto.
Realista político,
Venciste al comunismo infame,
al progresismo idiota,
Del hambre a España sacaste,
Capitalismo creaste,
fuerzas productivas desplegaste,
hombre de orden,
de derechas, sí, conservador.
Ante tí todos los ministros
fanquistas se hacían,
genio político,
gran estadista,
Vagas por el Averno feliz
Por tu trabajo bien hecho.
Sóter, sebastos, epifanes.
Supremo vencedor,
invicto caudillo de España.
Arriba España.


miércoles, 21 de noviembre de 2018

Séptima Oda a Franco.

Séptima Oda a Franco.
Gran estadista,
gran español,
notable caudillo,
buen general...
hábil político,
hombre de Estado de derechas.
invicto frente al comunismo.
Socialista de derechas.
Buen español honrado.
Honorable benefactor,
sóter, evérgetes,
sebastos,
de orden,
factor de modernización.
Hombre de buen sentido.
Amaste al pueblo,
Comías carne,
Pescabas, cazabas.
Fuiste salvador de España,
restaurador del orden.
Realista, prudente,
hombre digno de admiración,
respeto y consideración.
patriota, represor de la barbarie,
antiterrorista y anticomunista.
genio político y figura hasta la sepultura.

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lunes, 12 de noviembre de 2018

Oda a Pablo Iglesias

Inquieta bragueta
de Pablo Iglesias,
marqués de Galapagar.
Amante del coaching.
Amigo de la molicie....
Ama al agujero de la Montero.
Disfruta de los placeres sensibles.
Promiscuo político.
Sofista de izquierdas.
Antiespaña.
Antibuen sentido.
A sus amantes las coloca.
El mérito de ellas es copular con él.
Qué bonito es copular con él
mientras produzca ventajas.
No hay nada como copular para emanciparse.
Todas serán recompensadas.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Sexta Oda a Franco

Sexta Oda a Franco
Franco, invicto Caudillo.
Franco socialista de derechas.
Seguiste los consejos de Girón.
Girón, gran falantista,...
ministro de trabajo,
con sentido social,
obrerista,
universidades laborales
Se levantan gracias a él.
Seguridad social,
leyes sociales franquistas.
Obrero de derechas protegido.
Sin sentimiento de clase.
Sólo con sentimiento económico.
Economicismo de derechas.
Nada de huelgas,
De dinero todo se habla.
De política nada.
El pueblo puede ser feliz.
Tiene que trabajar y obedecer.
No pueda haber despidos.
Sólo orden y disciplina.
Con más derechos que nunca.
El obrero español
De derechas se hizo.
Los malandrines de izquierdas
como siempre intrigaron.
Demagogos, sofistas, embaucadores.
Correas de los rojos.
El izquierdismo fue una filfa.
La izquierda empobreció al obrero
y enriqueció al empresario.
Era la democracia.
Eran los derechos.
era el progresismo.
Al final Franco fue mejor.
No engañaba al vulgo.
Lo enriquecía.
Lo hacía feliz.
Una felicidad canalla.
Pero útil para el vulgo.
 

domingo, 4 de noviembre de 2018

Sobre las falacias lógicas


 

 

Lecciones sobre las falacias lógicas.

Felipe Giménez. Profesor de filosofía de IES.

 

 

 

   Falacia es un razonamiento o inferencia incorrecta. Según Juan de Santo Tomás, las falacias son defectos de la consecuencia.

 

Según Juan de Santo Tomás se distingue entre falacias por parte de la dicción y falacias por parte de la cosa significada.

 

En el fondo, podríamos decir que las falacias por parte de la dicción son las falacias formales. Según Juan de Santo Tomás: "Todas las falacias que resultan por parte de la dicción, las reducimos a la equivocación. Y nos dan seis modos de falacias, tres de los cuales se encuentran en los términos simples, a saber, la equivocación, la diversidad del acento y la figura de la dicción".

 

"Ahora bien, por parte de la oración también se encuentra equivocación, de tres maneras, a saber, en la anfibología, que vuelve dudosa la acepción de la oración en la composición y la división, a saber, cuando se cambia el sentido compuesto en dividido, o a la inversa; y cuando la oración es falsa en sentido compuesto se llama "falacia de composición", y cuando es falsa en sentido dividido se llama "falacia de división"."

 

Las otras falacias son las falacias materiales o falacias por parte dela cosa significada. Según Juan de Santo Tomás "son siete las falacias de este género, a saber, falacia de accidente, falacia de pasar de lo que es según algún respecto a lo que es de modo simple, falacia de ignorancia del elenco, falacia de petición de principio, falacia del consecuente, falacia de tomar como causa lo que no lo es, falacia de tomar muchas preguntas como si fueran una sola."

 

Dentro de las falacias materiales nosotros distinguimos entre las falacias de datos insuficientes y las falacias de pertinencia.

 

Las falacias de pertinencia son: Falacia ad hominem, Falacia ad baculum, Falacia ad populum, Falacia ad verecundiam, Falacia ad ignorantiam, Falacia del tu quoque. Las falacias de los datos insuficientes son: generalización inadecuada, de falsa prueba y de falsa causa.

 

Comenzaré explicando las que cita Juan de Santo Tomás:

 

1. La falacia de accidente o de correlación accidental es casi lo mismo que el cambio de apelación; pues la falacia de accidente proviene de significar algo como conveniente a dos cosas que son una sola accidentalmente, y así la unidad accidental con diversidad real es causa de esta falacia. Todo lo cual es diversidad de apelación o a ella se reduce, o a diversa acepción del medio, como en "Conozco que alguien viene, Pedro es el que viene, luego conozco a Pedro".

 

2. La falacia de pasar de lo que es según algún respecto a lo que es de modo simple se reduce a la que consiste en pasar de lo no distribuido a lo distribuido, o de lo no ampliado a lo ampliado sin constancia y con distribución de lo ampliado; como si dices "El etíope es blanco según los dientes, luego es blanco de modo simple".

 

3. La falacia de ignorantia elenchi se reduce a un defecto de la oposición, porque algunas cosas parecen opuestas y no lo son, por no observar las leyes de la oposición; como si dices: "La casa está cerrada durante la noche, y no está cerrada durante el día; luego, está cerrada y no está cerrada."

 

4. La falacia de petitio principii se da cuando se supone o se asume lo que se debía probar; por ejemplo, si deseas probar que Sócrates es el padre de Platón, y asumes como medio que Platón es el hijo de Sócrates.

 

5. La falacia del consecuente es post hoc, ergo propter hoc surge de un defecto tocante a la regla: "Todo lo que se sigue del consecuente de una buena consecuencia se sigue de su antecedente." Pues, debido a que juzgamos que algo es un consecuente y que tiene conexión con otro, lo inferimos del antecedente, cuando en realidad no tienen conveniencia. Y por eso la falacia de consecuente tiene gran afinidad con la falacia de antecedente, como si dices: "Si alguien es ladrón, deambula de noche, pero tú deambulas de noche; luego tú eres un ladrón." O del opuesto del consecuente: "Todo lo que se engendra tiene principio; pero el alma no se engendra; luego no tiene principio."

 

6. La falacia de tomar como causa lo que no lo es o falacia de falsa causa se da cuando se toma como medio aquello que en verdad no es medio ni es la causa de que se una el predicado con el sujeto, y que, sin embargo, parece ser la causa de ello, como si dices: "La muerte es corrupción, luego la vida es generación, luego vivires ser engendrado, porque la vida y la muerte son contrarias"; pues ésta no es la causa correcta, porque no son contrarias, sino privativas. Ocurre que un argumento presenta como causa de un hecho algo que no hay ninguna verdadera razón para considerarlo como su causa real.

 

7. La falacia de tomar muchas preguntas como si fueran una sola es el engaño que proviene de que con una sola pregunta se preguntan muchas cosas que exigen diversas respuestas y que por ello no se pueden satisfacer con una sola respuesta, sino que se deben distinguir; como si dices: "¿El etíope es hombre blanco?","¿La miel y la hiel son dulces?", "¿El hombre y el caballo son animales racionales?" Pues si respondes con una sola respuesta afirmativa se infiere lo contrario, diciendo: "El etíope es un hombre blanco, luego es blanco". Y si respondes negativamente, se infiere: "luego no es hombres"; y por eso se debe distinguir, en cuanto a la interrogación, que es hombre, pero no blanco.

 

Ahora vamos a analizar las otras falacias materiales:

 

1. Falacia ad hominem.

 

En vez de presentar las razones adecuadas o pertinentes contra una opinión determinada, se pretende refutar tal opinión censurando a la persona que la sostiene. Podemos encontrarnos con dos formas de argumentos ad hominem según que la que encierra el argumento se dirija directamente a la persona que hace esa afirmación, o a sus circunstancias especiales y presuntamente reprochables. A la primera se la reconoce con el nombre de ad hominem ofensiva y a la segunda con el de ad hominem circunstancial.

 

2. Falacia ad baculum.

 

El término "ad baculum" significa "al bastón" y en este contexto se refiere a aquellos argumentos que apelan a la fuerza o poder de algo o de alguien como razón conclusiva para establecer la verdad de la conclusión. Es frecuente usar este tipo de argumento falaz cuando faltan o fracasan los argumentos racionales, y, naturalmente, quienes lo practican son aquellas personas que tienen poder, ya sea económico, político, militar, social, etc.

 

3. Falacia ad populum.

 

Cuando en un argumento se omiten las razones pertinentes que pueden llevar a la aceptación o el rechazo de su conclusión y se utilizan, por el contrario, y se invocan como "razones" hechos o circunstancias imaginarios o reales con la única finalidad de excitar los sentimientos y emociones del auditorio, nos encontramos con un argumento falaz que se denomina ad populum. Este término significa que el argumento se dirige a un conjunto de personas -"al pueblo"- con la intención de provocar en ellos aquellos sentimientos que les hagan adoptar el punto de vista del hablante.

 

4. Falacia ad verecundiam.

 

Significa apelación a la autoridad. Se recurre al argumento de autoridad, al sentimiento de respeto que se tiene hacia esa autoridad para conseguir así el asentimiento hacia una conclusión.

 

5. Falacia ad ignorantiam.

 

Se pretende que porque algo no se sepa o no se haya probado que es verdad, entonces es falso.

 

6. Falacia del tu quoque.

 

Argumentos en los que no se presentan razones oportunas para replicar a una acusación, sino que en su lugar se devuelve la ofensa al acusador. Es un caso particular de la falacia ad hominem.

 

Falacias de los datos insuficientes.

 

1. Generalización inadecuada. Se construye la conclusión sobre una base de datos no apropiada para el caso.

 

2. Falacia de falsa causa, víd supra.

 

3. Por insuficiencia de pruebas. Si cuando se supone que se están exponiendo todos los datos necesarios para demostrar o refutar una conclusión, se omiten aquellos hechos desfavorables para la opinión mantenida.

 

 

 

 

sábado, 3 de noviembre de 2018

Apuntes populares sobre Aristóteles


ARISTÓTELES.

 

1. Ontología.

            Aristóteles distingue entre teoría y praxis. Las ciencias teóricas son universales, objetivas y necesarias y además se cultivan de forma especulativa, desinteresada. Son: Filosofía primera (teología), Filosofía segunda (física) y matemática. La  matemática trata de los seres inmutables pero sensibles. La física trata de los seres sensibles y móviles y la teología trata del ser inmutable pero suprasensible.

            Aristóteles en varios lugares de su obra nos habla de una filosofía primera que trataría del Ser en cuanto tal. Como para Aristóteles no hay ciencia sino de lo universal, de lo que constituye un género, tal ciencia filosófica tendría que tratar de lo más universal que existe, del ser en cuanto ser y de sus atributos esenciales. La  filosofía primera tendría que ser entonces ontología. Debería ser así la ciencia de las primeras causas y principios, es decir, la ciencia de las condiciones de posibilidad de todo orden. Sin embargo, esto es sólo un proyecto.

            En otros lugares de la “Metafísica” afirma Aristóteles que la ciencia más elevada o por excelencia ha de tener por objeto el ser por excelencia, o sea, la filosofía primera ha de ser teología. Se pasa así de una posible ontología o ciencia del ser en cuanto tal a una ciencia de la sustancia o ousiología y de ahí finalmente a la teología.

            La filosofía primera de Aristóteles es el origen de la ontoteología. El ser no es un género unívoco ni es un género equívoco. La unidad de sentido del ser es la que será llamada analogía de atribución.

            El ser se dice de varias maneras. Hay diversos modos de predicación. Son las categorías.

            Las categorías son diez: Substancia, relación, cualidad, cantidad, espacio, tiempo, hábito posición, estado, acción y pasión. Se dividen en dos grupos: por un lado está la Substancia y por el otro los accidentes. Los accidentes son los atributos o modificaciones de la Substancia. La Substancia es el sujeto de toda predicación.

 

2. La Substancia.

            La Substancia es la categoría esencial. Responde a la pregunta  por la cosa. Quid est? O ¿Qué es? La substancia es el individuo concreto. Es el sujeto. La substancia primera es el individuo concreto.

            En el fondo, todos los predicados o atributos lo son de la substancia. La substancia segunda no existe de forma separada, se trata del género y de la especie. La substancia es lo efectivamente real. Es el sujeto último de toda predicación. No puede predicarse de otro ni en otro. Sólo la substancia tiene esencia y tiene definición.

 

3. Materia y forma.

            En las substancias reales y concretas hay dos principios constitutivos y entitativos.

            La substancia, el individuo concreto es un synolon o compuesto de materia (hyle) y forma (morphé, eidos). La forma corresponde a la Idea platónica. Es la substancia segunda, la especie y el género y es eterna. Es la estructura permanente y universal, repetida en todos los individuos de una misma especie o clase y no existe sino en la materia.

            En cambio, la materia es el elemento neutro e indiferenciado que constituye el principio de individuación. Es incognoscible. Es lo indeterminado. La materia es ininteligible. La forma es inteligible. Materia y forma son eternas. Sólo existen en el synolon.

            La forma es prioritaria ontológicamente.

La forma es en primer lugar la esencia de cada cosa.  Es lo que algo es. En segundo lugar es la naturaleza de cada cosa. Es lo común a toda la especie (eidos) por lo que posee un carácter supraindividual. En cambio, la materia individualiza a las formas, a la especie.

            La substancia es en primer lugar forma, en segundo lugar es el synolon de materia y forma y en tercer lugar es la materia.

 

4. La teología de Aristóteles.

            En el libro VIII de la Física, afirma Aristóteles que el movimiento es eterno. Según Aristóteles, todo lo que se mueve, se mueve porque algo lo mueve. Tiene que haber en consecuencia un Primer Motor Inmóvil que mueva sin ser movido.

            En el libro XII de la Metafísica afirma Aristóteles que el tiempo es eterno y continuo, por lo tanto, el movimiento es continuo. La causa de dicho movimiento ha de ser eterna e inmaterial. Por lo tanto, el Primer Motor Inmóvil tiene que ser eterno, inmaterial, sustancia y acto puro, pura forma. Sustancia eterna, inmóvil y separada de lo sensible, sin magnitud, carente de partes, indivisible, impasible e inalterable. Mueve siendo inmóvil y siendo en acto no puede ser de otro modo. Su substancia es acto. El acto puro mueve como objeto de deseo, como objeto de amor. Es causa final. El Acto puro es un telos, un fin. Los movimientos regulares de las esferas se consuman en dirección al Acto Puro. Es una causa ideal, ejemplar. Dios mueve porque es amado. Todos los seres tienden al bien. El Acto Puro hace que haya cosmos y no caos. Hay un orden teleológico del cosmos.

            Aristóteles es el creador de la teología. La esencia de Dios es ser pensamiento del pensamiento (noesis noéseos). El entendimiento es lo más divino y la contemplación es lo más noble. El Acto Puro pensará sólo en sí mismo.

 

5. El cambio.

            La Física versa sobre el cambio o sobre los seres que cambian. Los principios del cambio son tres: el sustrato, la forma y la privación. El sustrato es el sujeto del cambio. La forma es algo que se pierde o se adquiere. Un sustrato pasa de una privación a la posesión de la forma correspondiente

            Además de la distinción entre sustrato o materia, forma y privación, Aristóteles elabora la distinción entre acto y potencia.

            La potencia es la capacidad de llegar a ser algo. No toda cosa puede llegar a ser algo o cualquier cosa. A la potencia se le opone el acto, que es la realidad actual, la actividad presente.

            El acto es la plenitud actual. El cambio pues, consiste en el paso de la potencia al acto. El cambio es la culminación de la potencia en cuanto tal. El cambio es la actualización de la potencia.

 

6. Tipos de cambio.

            Cambio sustancial es la generación y la corrupción. Una cosa deja de ser lo que era y se transforma en otra distinta. La generación es el nacimiento y el surgimiento. La corrupción es la muerte y la destrucción.

            En el cambio accidental la cosa sigue siendo la misma, pero cambia en algún aspecto cuantitativo o cualitativo o simplemente cambia de lugar.

            El cambio cuantitativo consiste en el crecimiento o decrecimiento, aumento y disminución. Consiste en la sustitución de una cantidad por otra en la substancia. Aquí cabe tanto el cambio natural como el artificial.

            El cambio cualitativo es la alteración. Es la sustitución de una cualidad por otra en una entidad. La alteración puede ser natural o artificial.

            El  movimiento local consiste en la traslación espacial. El cambio de lugar o locomoción es la traslación de un lugar a otro. Puede ser natural o artificial.

            Además, Aristóteles distingue entre cambios naturales y cambios artificiales. Un cambio es natural cuando es espontáneo y brota de la misma cosa. Un cambio artificial es un cambio provocado por la interferencia humana.

 

7. Las causas.

            Son las explicaciones científicas. Son respuestas a unas preguntas.

            Hay  cuatro tipos de factores explicativos:

  1. La materia (hyle). Es el sustrato. Es la causa material.
  2. La forma (eidos, morphé). Es la causa formal.
  3. El iniciador (kinoun). Es la causa eficiente.
  4. El para qué, (hou héneka). Es la causa final, el telos.
     
    Toda entidad natural tiene un telos interno. Si es artificial su telos es extrínseco. La causa formal, la causa eficiente y la final son causas formales. Aquí la causa es la forma, el eidos. Queda la causa material. Al final todo se reduce a la distinción entre materia y forma.
     
    8. El alma en Aristóteles.
                El alma es la forma del cuerpo, ligada a él y por consiguiente, desaparece con él.
                El alma es la forma de un cuerpo material, es decir, de un cuerpo que posee en sí mismo el principio de su propio movimiento. Es la forma de un cuerpo natural que posee la vida en potencia, es decir, de un cuerpo provisto de órganos adecuados para cumplir las funciones que exige la vida. El alma es el principio vital mediante el cual el cuerpo se encuentra “animado” y a falta del cual retorna a la pura materialidad.
                El alma es acto, forma, fin y el cuerpo es materia, potencia, instrumento. El alma no subsiste por sí misma. La substancia no es el alma, sino el compuesto de alma y cuerpo.
                Hay tres partes del alma humana: vegetativa, sensitiva e intelectiva. El entendimiento es una trascendencia en el alma. La intelección es el acto común de la inteligencia y de lo inteligible pero ¿Qué es lo que hace pasar simultáneamente a acto la inteligencia y lo inteligible? Es un principio intelectual que está en acto.
                El intelecto agente está siempre en acto. El entendimiento paciente está siempre en potencia. El entendimiento agente es inmortal, eterno e impasible.
                Santo Tomás de Aquino lo piensa como individual. Alejandro de Afrodisíade lo interpreta como Acto Puro, esto es, como lo que de Dios hay en nosotros. Averroes piensa que el entendimiento agente es Uno y es común a todos los hombres.
     
    9. Ética. La felicidad.
                Toda acción humana tiende al bien. Siempre deseamos el Bien. Nadie desea el mal a sabiendas.
                Lo bueno y lo malo de la conducta humana están en función del bien que se persigue. Toda acción que conduzca al fin del hombre será buena y toda acción que no conduzca al fin del hombre será mala.
                Hay bienes que lo son por sí mismos y bienes que son medios para otros bienes más importantes. El bien supremo es la felicidad (eudaimonía). El hombre tiende a buscar la felicidad por sí misma.
                La felicidad es una cierta actividad conforme a la areté o virtud perfecta y es una actividad que debe durar toda la vida.
     
    10. La virtud.
                Vivir conforme a la virtud significa que la razón es la que dirige todos los actos del hombre. La virtud es un hábito producido por un largo ejercicio o hábito. La felicidad consiste en vivir de acuerdo con la naturaleza de cada uno.
                Algo es bueno respecto a una función propia que realice bien o mal, según que posea o no la correspondiente eficacia o virtud.
                La virtud humana consiste en la ejecución de la función propia del hombre.

  1. La virtud procede del hábito.
  2. La virtud es esa fuerza para buscar el bien, la propia plenitud humana, la excelencia. Es una huida de la mediocridad.
  3. La virtud es un hábito voluntario y libre, que implica deliberación y elección.
  4. La virtud consiste en un término medio entre dos extremos. Este término medio es distinto para cada uno.
     
    11. Las virtudes éticas.
                Los deseos del hombre han de estar sometidos a la razón. La virtud ética consiste en el control de la parte volitiva de la naturaleza humana por su parte pensante.
                La volición persigue el bien como fin. Respecto a los fines no hay deliberación ni demostración. Ni elección.
                La voluntad del hombre sano está naturalmente orientada hacia un bien. Sólo cabe deliberación respecto a los medios necesarios para alcanzar el fin.
                La virtud o areté moral consiste pues, en un hábito de decidir bien y conforme a regla.
                La virtud es una disposición a decidir el término medio adecuado para nosotros, conforme al criterio que seguiría el hombre prudente y experimentado.
                El término medio lo es entre dos extremos, uno por defecto y otro por exceso que son vicios.
                La virtud es inseparable del hábito. Se forma por repetición de actos.
     
    12. Las virtudes dianoéticas.
                Son las virtudes de la dianoia, del entendimiento. Hay virtudes contemplativas o teóricas o dianoéticas del alma (intelectuales) y hay virtudes prácticas del entendimiento que son las virtudes dianoéticas prácticas. Así pues hay virtudes dianoéticas contemplativas, prácticas y productivas.
                La virtud dianoética práctica es la phrónesis. Es la prudencia. Es la racionalidad práctica, encargada de establecer la adecuación de las reglas, de determinar cuál es el curso de acción que hay que seguir.
                La prudencia puede ser individual, familia y política. La razón práctica ha de indicar al ethos lo que ha de hacer. La razón práctica es pues normativa. Nuestros deseos han de dejarse controlar y dirigir por la razón práctica.
                La prudencia no es ciencia. La ciencia trata de lo universal mientras que la prudencia lo es respecto de lo particular. Los jóvenes por tal razón no son prudentes porque la prudencia se adquiere por la experiencia.
                Las virtudes dianoéticas más elevadas son las científicas o contemplativas. Se busca la verdad de forma especulativa y desinteresada.
                La sabiduría (sophía) comprende por un lado la intuición intelectual (nous) y por otro la ciencia demostrativa (episteme).
     
    13. La vida teórica.
                La ciencia teórica no sirve para nada. Es un puro lujo, el más excelso de los lujos. El lujo por excelencia del hombre en su plenitud. Es el fin último del hombre. Esto es la felicidad.
                La felicidad del hombre consiste en la vida contemplativa. Cuando el hombre piensa puede llegar a ser feliz. Tal vida, sin embargo, sería demasiado excelente para el hombre. No viviría en esa manera en cuanto hombre, sino en cuanto en él hay algo de divino.
                Esto nos indica que en Aristóteles ser feliz es poco menos que imposible o simplemente imposible.
     
    14. La política.
                Todo hombre es social. El hombre no puede vivir aislado. Sólo en comunidad puede satisfacer sus necesidades y desenvolverse plenamente.
                La más elemental unidad social es la familia. La familia tiende al fin más elemental que consiste en la satisfacción de las necesidades cotidianas.
                La segunda forma de sociedad es la aldea o unión de varias familias. Aparece para satisfacer necesidades no cotidianas de la vida.
                La tercera forma social es la polis o Estado. Es el agrupamiento de varias aldeas. El fin de la polis es la buena vida. Es una comunidad natural, no artificial. Es por naturaleza. El hombre es un animal político (zoon politikón). El hombre tiene que vivir en una polis si quiere desarrollarse plenamente. La polis es por naturaleza anterior y más importante que el individuo y la familia. La polis es la mínima unidad política.
                Hay animales que son gregarios o sociales pero sólo tienen voz (pone) y sólo comunican su dolor y su placer.
                En cambio, los hombres están dotados de logos, de palabra y pueden hablar unos con otros sobre lo justo y lo injusto, lo conveniente y lo perjudicial, pudiendo llegar así a un acuerdo objetivo sobre tales cuestiones. Tal acuerdo es el origen de las leyes de la polis, de la constitución (politeia) de la polis.
                La polis es ontológicamente  anterior a la familia y al individuo. Una polis es un conjunto de ciudadanos suficiente para vivir en autarquía y dotado de una constitución. La ley debe regir la polis. Aquí aparece la Idea de un Estado de derecho. La justicia es la igualdad, pero no para todos, sino para los iguales y se piensa que la desigualdad es justa, pero no para todos, sino para los desiguales.
                El buen ciudadano ha de poseer la areté política, ha de saber mandar y obedecer. La justicia es la virtud del ciudadano.
                Los regímenes políticos justos son tres: Monarquía: Gobierna uno solo. Aristocracia: gobiernan los mejores. Politeia o democracia legal : Gobierna el pueblo. Gobiernan todos. Si los gobernantes gobiernan para su exclusivo interés, entonces tenemos los regímenes degenerados: Tiranía: Es la desviación de la Monarquía. Oligarquía, Gobierno de los ricos, desviación de la aristocracia. Demagogia o democracia degenerada, una democracia en la que gobiernan los pobres. Desviación de la democracia.
                A Aristóteles lo que le importa en el fondo es el funcionamiento real de los regímenes políticos. Lo importante es la eutaxia política, la duración y la estabilidad política.
                Así, pues, en el fondo, empíricamente, los regímenes políticos son dos: la democracia (entendida como gobierno de los pobres) y la Oligarquía, gobierno de los ricos. Aristóteles desea una constitución en la que prevalezca la clase media. Esta clase asegura la estabilidad política del Estado. Propone así un régimen mixto, mezcla de democracia y oligarquía. Se recurrirá a la elección y al sorteo.
               
               
     
     

Apuntes populares


 

APUNTES POPULARES SOBRE K. MARX Y F. NIETZSCHE.

1. Materialismo histórico.

            Forzosamente tenemos que reducir nuestro análisis y exposición del marxismo a dos temas clave: el materialismo histórico y el tema de la alineación.

            Marx parte de la primacía de la praxis. Esta praxis originariamente es la producción, el trabajo humano. Se trata de esa capacidad que tiene el hombre de enfrentarse a la naturaleza. El trabajo humano transforma a la naturaleza, pero igualmente transforma al hombre. Así pues, el hombre es el único animal que se autocrea, que se transforma a sí mismo. La naturaleza humana es un resultado de la acción transformadora del hombre en la historia. Pero esta praxis productiva no es algo solitario. Es algo social. Por lo tanto, la naturaleza humana es el conjunto de sus relaciones de producción.

            El hombre entonces al producir sus medios de existencia, produce su vida material. Hay que distinguir a este respecto entre fuerzas productivas [herramientas y la manera de utilizarlas, los inventos y todo lo que permite al hombre trabajar y los propios trabajadores].

            Las relaciones de producción son las relaciones que los hombres mantienen entre sí en el interior mismo del proceso productivo. El trabajo humano es social, cooperativo.

            El desarrollo de las fuerzas productivas trae consigo la división social y técnica del trabajo. A las diversas etapas de esta división del trabajo les corresponden diversas formas de relaciones de producción.

            La historia del hombre es la historia de la producción, del desarrollo de las fuerzas productivas bajo determinadas relaciones de producción.

            El punto de partida de Marx es que la actividad del sujeto no es pensamiento, sino actividad productiva.

            Llega un momento en el que las relaciones de producción existentes son un obstáculo para el progreso de las fuerzas productivas.

            Las contradicciones dentro de un modo de producción toman cuerpo en la lucha de clases. La lucha de clases es el motor de la historia.

            La ideología es la conciencia social del modo de producción. Tal conciencia social es una conciencia justificativa, legitimadora, deformada. La ideología es un reflejo de las propias condiciones materiales del modo de producción.

            El derecho expresa las condiciones históricas de explotación y dominio de una clase sobre otra. El derecho necesita de la violencia para impedir su violación. Esta fuerza organizada es el Estado. Sirve para mantener el dominio de la clase dominante y para hacer respetar el derecho.

 

2. La alienación y la ideología.

            La forma de trabajo de la sociedad burguesa constituye la alienación total del hombre. La conciencia humana está sometida enteramente a las relaciones de producción capitalistas. Esto produce la alienación. El obrero está alienado del trabajo, está entonces alienado de sí mismo. Su trabajo ya no es suyo. Por eso el hombre está alienado de sí mismo. El obrero no afirma, sino que contradice su esencia.

            El proceso de alienación afecta a todos los estratos de la sociedad distorsionando hasta las funciones naturales del hombre. El trabajo separado de su objeto es la alineación del hombre con respecto al hombre.

            Alienación significa que algo o alguien es otro de sí mismo, esto es, que deja de ser él mismo. El trabajo en el capitalismo es alienante porque al trabajador no le pertenece el producto de su trabajo. El hombre se hace cosa, se cosifica.

            La alienación más importante es la alienación económica, que tiene lugar por la propiedad privada de los medios de producción en manos de los capitalistas. El sujeto se ve desposeído de su trabajo y se convierte en mercancía.

            La alienación ideológica se produce porque la sociedad produce un conjunto de ideas y creencias que sirven para representar la realidad en la que el hombre vive. Esto es la ideología. El marxismo pretende eliminar la ideología desvelando las verdaderas relaciones de producción.

            La alienación social y política tienen lugar como enajenación del hombre en la sociedad, que no le trata como tal y en unas coordenadas políticas en las que no participa en tanto que vive obnubilado por la ideología. La alienación política se articula básicamente a través del Estado: el aparato de represión y coacción que pretende garantizar un orden político y, por tanto, un orden económico alienante.

            La alienación filosófica y religiosa constituyen nuevas formas de ideología. Toda alienación y toda ideología cumplen la función exclusiva de mantener la alienación económica esencial. La filosofía tradicional no ha servido más que para eso.

            En cuanto a la alienación religiosa, Marx corrige a Feuerbach criticándole que no busque las causas por las cuales el hombre inventa un mundo divino separado del suyo, aunque coincide con él en que ese mundo produce una alienación. Para Marx, la religión es una ideología que intenta tapar el desgarramiento y la miseria sociales. La religión es el opio del pueblo.

            En “El Capital” (1867) Marx reexpone el tema de la alienación como reificación o cosificación. La sociedad capitalista transforma todas las relaciones personales de los hombres en relaciones objetivas entre cosas. A esto lo denomina Marx “fetichismo de la mercancía”. El sistema capitalista relaciona a los individuos entre sí a través de las mercancías que se intercambian. Los individuos participan en el proceso social sólo como propietarios de mercancías. Sus relaciones mutuas son las relaciones de sus respectivas mercancías. Esto surge del modo de producción capitalista. El fetichismo de la mercancía es algo que tiene su origen en el carácter social peculiar del trabajo que la produce.

            Esta reificación o cosificación presenta las relaciones sociales efectivas entre los hombres como una totalidad de relaciones objetivas, ocultando, por ende su origen, sus mecanismos de perpetuación y la posibilidad de su transformación.

            La negatividad de la sociedad capitalista reside en su trabajo, en el trabajo alienado. Aboliendo el trabajo alienado, queda abolida la alienación. El remedio a la alienación es la abolición de la propiedad privada.

            La abolición de la propiedad privada es un medio para abolir el trabajo alienado. No es un fin en sí misma.

 

Friedrich Nietzsche. (1844-1900).

1. La muerte de Dios.

            Dios ha muerto. Era el garante de la autoridad, del Estado, de la moral, del lenguaje, del conocimiento, de la ciencia, de la naturaleza, de la estabilidad de la existencia de las cosas y de la identidad del yo personal. Muere Dios y otras instancias le sustituyen. Eso es como conservar intacta la sustancia de un muerto, Dios.

            Si Dios ha muerto, se trata entonces de extraer todas las consecuencias e implicaciones que se siguen de la muerte, del asesinato de Dios. Hay que vivir a fondo su muerte y sufrirla y gozarla. No se trata de secularizar los contenidos de la muerte de Dios. Como señala Nietzsche, la Iglesia nos repugna, su veneno no.

           

            La muerte de Dios ha producido un inmenso vacío en la existencia humana. Ha producido el nihilismo. Se trata del tema del último hombre. Es el hombre sin fuerza, sin ideales. El último hombre es un pulgón inextinguible. Sólo vegeta. No es ya una tarea para sí mismo. La muerte de Dios es el fin de nuestra cultura y de sus valores. Es el fin de la gran mentira difamadora de este mundo. Esto es el nihilismo pasivo, que sólo puede ser  superado con un nihilismo activo. Dios ha matado a Dios.

 

2.El nihilismo.

            La historia de Europa desde Sócrates o Platón hasta nuestros días es la historia de un error. El nihilismo asalta al hombre además como experiencia y sentimiento indicativo de un estado crítico de nuestros valores, de nuestra cultura vuelto brutalmente actual. Se trata de la pérdida de sentido, del agotamiento de los sentidos. Faltan las metas. Es el gran cansancio, gran hastío. El nihilismo es la expresión de la voluntad decadente, de la voluntad de poder impotente que retrocede ante la afirmación de la vida. El nihilismo es la negación de la vida.

            Hay un nihilismo inicial que desemboca finalmente en un nihilismo total pasivo y manifiesto. Entre ambos momentos se desarrollan diversas formas de nihilismo. El nihilismo pasivo total es la voluntad de la nada. Para acabar con este estado de decadencia, Nietzsche preconiza un nihilismo positivo o nihilismo del nihilismo.

 

3. La voluntad de poder.

            Nietzsche afirma la inmanencia. La voluntad de poder es la esencia de lo real, del mundo. Esta voluntad de poder consiste siempre en la autosuperación, ya sea en el sentido de fuerza activa o en el sentido de fuerza reactiva.

            El hombre prefiere tener voluntad, aunque sea voluntad de la nada que no tener voluntad en absoluto.

 

4. El eterno retorno.

            Esta teoría-simulacro de Nietzsche afirma que todo se repite. Lo que estamos ahora viviendo se repetirá infinitamente en el futuro y ya se ha repetido infinitamente en el pasado.

            El tiempo es circular. Se puede querer hacia delante o querer hacia atrás, retrospectivamente. La inmanencia de Nietzsche, la muerte de Dios, exige la teoría del eterno retorno. El tiempo circular es la negación misma del tiempo. Es un paso continuo siempre presente en eterno retorno. Esto supone la afirmación de la inocencia del devenir y del sí a todo.

            Puede ser interpretado el eterno retorno como una ficción o un simulacro  útil para la voluntad de poder. Todo va a seguir siendo igual, lo mismo. Entonces ¿Qué sentido tendría la acción si todo da igual y todo es lo mismo y todo vale igual?

            Ante este pesimismo pasivo, nihilista, decadente, reactivo, débil, resentido, Nietzsche propone la actitud del Superhombre, que asume decididamente la ausencia de sentidos trascendentes, la muerte de Dios. SI. La respuesta es un sí, la risa del superhombre que dice que sí a todo, acepta el devenir, el eterno retorno de lo idéntico. Es la reconciliación con la existencia.

            El eterno retorno como simulacro tiene la función de seleccionar entre los que son capaces de soportarlo y los que no. Aceptar el valor de la vida, el mundo, el devenir tal y como es. De eso se trata. No hay progreso ni finalidad. Todo es azaroso. El amor fati es la aceptación fatalista del destino. Es la consecuencia del eterno retorno.