lunes, 30 de diciembre de 2019

Duodécima oda a Franco

Duodécima oda a Franco.
Franco, hombre superior.
Salvador de la Patria y del Estado.
Padre de la Patria....
Insigne prócer.
Hombre de Estado.
Estamos sin tí jodidos.
Necesitamos otro hombre superior.
España sólo progresa en dictadura.
España es lo más importante.
Lo único importante.
Todo lo demás sobra:
democracia, oligarquía, izquierda, derecha.
Venciste al hombre inferior.
Sí, ese de izquierdas.
Sí, el majadero dialectal.
Lástima que no fueras más terrible.
Ahora vemos tus errores.
No ahondar en tus medidas tonificantes.
No ser más implacable.
Quedaron rescoldos y escoria.
Lo deleznable volvió a sus fueros.
Era la democracia.
Con la sofística hay que ser implacables.
Con los separatistas no dejar ni uno.
Los realistas lo sabemos.
La victoria debe ser total,
absoluta.
El pueblo debe ser feliz.
No aguantar a chimpancés.
Ni a malnacidos llegados a la política.
Sólo alguien como tú
salvarnos puede.
limpiar los establos de Augías.
y vencer a Euristeo.
Así están las cosas Caudillo.
Quieren ser antifranquistas.
Viven del cuento.
Viven contra tí.
Otra cosa no saben ofrecer.
Son sofistas.
Delincuentes, asesinos.
Estafadores.
En fin, seguiremos pensando en tí.
Ellos nos lo recordarán.
Arriba España.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Cuba, éxitos del socialismo.

Más de la mitad de los hogares cubanos (55,4%) viven bajo el umbral de la pobreza (un tercio de ellos vive con un dólar al día), alrededor del 80% no tiene suministro eléctrico continuado, el 70% no dispone agua de manera permanente, y el 78% asegura que no recibe ningún tipo de asistencia social por parte del Estado. Estos son algunos de los datos recogidos por el informe sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba, realizado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), presentado este martes en Madrid. Esto es lo que hay. Lo demás son cuentos, cuentos de izquierdas, progres, comunistas. El comunismo a la postre ha resultado ser una gran estafa, una máquina aniquiladora de pueblos, la estupidez, el fanatismo, la barbarie. El comunismo en Cuba ha resultado ser la desgracia de un pueblo, igual que en Rusia. La economía socializada es una catástrofe. Es la destrucción de las fuerzas productivas, pobreza, miseria, hambre, despotismo.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Viva Vox, Ultravox e Hispavox

 Vox es el fenómeno político patriótico nacional español que busca revertir la degeneración del Régimen de 1978. Busca la libertad, la tolerancia y sobre todo, una España viable, con futuro y unida. Votar Vox es votar la unidad de España y por lo tanto, oponerse al consenso progresista-separatista del Régimen de 1978. Todos los partidos del Régimen presuntamente nacionales, estatales están pringados con los separatistas desde el comienzo. Todos apoyan el chochogenericismo, el dialectalismo, el mariconismo, el animalismo, el ecologismo, la inmigración masiva de lumpemproletariado mahomético africano y asiático. Todos están fundados en el antifranquismo. Todo eso tiene que acabar. El pueblo, el obrero español lo que quiere es que le dejen en paz. Que esas gilipolleces sin ninguna base racional ni utilitaria para sus intereses desaparezcan. El obrero lo que quiere es vivir en paz, trabajar en paz y disfrutar del mercado pletórico de bienes. El obrero idiota no es el que vota a la derecha, antes bien al contrario, es el que vota a los progresistas, a los izquierdistas que le roban sus ahorros e ingresos y los reinvierten en lumpemproletariado y en subvencionar asociaciones estúpidas para fines estúpidos que socavan sus intereses. La unidad nacional de la nación española exige unidad en un único idioma y la supresión de las autonomías y de las policías dialectales y la ilegalización de todos los partidos políticos secesionistas. Sólo Vox defiende esto que he dicho más arriba. Por todo esto votaré a Vox y sin complejos frente a la idiotez y a la malignidad progresista y separatista.

lunes, 21 de octubre de 2019

La reina Doña Urraca I


La reina Urraca I.

La reina Urraca I. (1109-1126). La práctica del concepto de imperium legionense en la primera mitad del siglo XII. Ediciones Trea, Universidad Adolfo Ibáñez (Santiago de Chile). Ángel G. Gordo Molina y Diego Melo Carrasco. Abril de 2018. Gijón. 173 páginas.

            El libro pretende ser una biografía política de la reina doña Urraca I, pero se queda en un esbozo inicial, en una tentativa, puesto que no abarca todo el reinado de doña Urraca I, León, 1081- Saldaña, 1126.  Parece ser que Doña Urraca, por ser mujer tuvo que padecer las consecuencias de una postura antifeminista radical por parte de Diego Gelmírez y de los cronistas de las Crónicas anónimas y de la Crónica Compostelana.[1]

            Alfonso VI fue Imperator Totius Hispaniae. Así pues, Urraca I entonces fue imperatrix Totius Hispaniae también. Ella fue quien transmitió la doctrina imperial a su hijo Alfonso VII. “En la práctica del regnum imperium legionense de Urraca I encontramos elementos propios de la tradición leonesa, los mismos que logró transmitir a su hijo Alfonso VII y por lo tanto eminentemente propios del ethos político leonés, como por ejemplo la idea imperial leonesa,”[2]

            Urraca tuvo la plenitudo potestatis. No lo hizo como subordinada, sino como verdadera soberana y reina propietaria y madre del futuro emperador Alfonso VII. Los autores afirman que Urraca ejerció plenamente su legítimo poder político pero por otra parte sostienen que como mujer sufrió violencia de género y fue descalificada por el mero hecho de ser mujer. Urraca fue la primera reina que hubo en Europa Occidental. Una mujer podía ser heredera y reinar de manera directa sin depender de un varón.

            El 30 de junio de 1109 murió Alfonso VI. Urraca emite el 22 de julio un documento que inaugura la colección diplomática como soberana Domini institutione totius Yspanie Regina. Doña Urraca se convierte en la primera reina de Occidente. Alfonso VI fue emperador y Alfonso VII, el hijo de Doña Urraca también lo fue. El libro pretende rehabilitar políticamente a Doña Urraca como emperatriz que fue con todos los derechos y con la plenitudo potestatis.

            Doña Urraca tuvo que contraer matrimonio con Alfonso I de Aragón y de Pamplona (1104-1134) en 1109. El enlace fue anulado por los prelados reunidos en el concilio de Palencia del año 1114. Fue un matrimonio de Estado que salió mal. Urraca I puso como condición ser bien tratada por su marido: “me debes honrar como buen hombre a su buena esposa”.[3] El incumplimiento de este precepto sería causa de separación. El rey Alfonso debía ser un buen marido y debía mantener el respeto debido a su mujer. Las consecuencias personales involucraban consecuencias políticas para el rey y su jurisdicción sobre León. Lo que no está claro es si el fracaso del matrimonio se debió a razones psicológico-personales, violencia de género como dicen los cursis de hoy en día imbuidos de la ideología de género o por razones más bien políticas relacionadas con la lucha por el poder político. Un historiador debe ir a razones objetivas, políticas más que a razones psicológicas o de violencia de género, sintagma éste introducido en el texto para complacer a las feministas de acuerdo con los tiempos actuales. Decir que hay violencia de género es afirmar que el varón por ser precisamente varón eo ipso es un maltratador potencial, que la causa de su conducta radica en su sexo, en su género dicen los cursis. Por cierto que confundir sexo con género es pura metafísica, es locura y necedad.

            De todos modos, los autores del libro oscilan entre una concepción realista, política para explicar la separación de los reyes y la estúpida ideología de género en la que caen para atraerse tal vez el aplauso del público progresista, muy aficionado éste de acuerdo con el espíritu de los tiempos a explicarlo todo desde los estudios de género en la historia. Todo esto se ve cuando se atribuye la separación de la pareja a la fuerte y desmedida represión que efectuó Alfonso sobre Galicia. Esto sería una de las causas. Pero por otro lado “Cuando la reina Urraca I señale las causas que la llevaron a separarse del Batallador, consignará motivos de género: malos tratos y agresiones contra la integridad física y psíquica de la reina, pero también razones de carácter religioso y político.”[4]

            Urraca era reina propietaria de León y de tota Hispania. El fraccionamiento del reino de León era un concepto que no encajaba en la ideología imperial leonesa. Sí cabía la praeparatio del futuro monarca heredero de la corona.

            ¿Cuál es el concepto de imperium legionense? ¿En qué consiste eso? En la potestad regia parecen querer decir los autores. Este concepto de imperio leonés era un concepto netamente intrahispano. No era como el concepto de imperio sostenido por la ideología carolingia o la pontificia. “Recordemos que los reyes de León son primeramente eso, reyes, y que por lo tanto su carácter de imperatores no varía su condición regia. Si, como se ha propuesto, siguiendo a Maravall, Sánchez Candeira y a Gambra principalmente, el imperator legionens fue concebido como el rey hispánico de reyes peninsulares, cristianos o no, según la tradición de Fernando I y Alfonso VI, no es de extrañar y para nada hace tambalear el edificio ideológico del concepto de imperio en León el que el rey o la reina se reconozcan a sí mismos meramente como rex o Regina.”[5] Regina totius Hispanie. Siempre se habla de España.

            Doña Urraca I es imperatris. “En septiembre de 1110, la reina aparece en una donación como “regina et imperatrix Yspanie”.[6]

             Es reina de León pero también ostenta el imperio, la titulatura imperial, un dominio teórico sobre todos los demás reinos y dominios hispanos. Además, “A finales de aquel mismo año de 1110 la reina Urraca figura totius Ispanie imperatrix” figura en otra donación. El título imperial leonés significa que el rey de león está situado en una posición excepcional sobre una diversidad de territorios, señoríos, reinos y soberanos pero todo ello referido a totius Spanie. “Se pierde el carácter universal del Imperio germánico en la idea imperial leonesa.”[7] Los documentos siguientes que hacen alusión a la dignidad imperial del cargo de que está investida Urraca I se refieren a ella como “imperatrix Ispanie” en 1112 y “totius Hispaniae imperatrix” en el mes de octubre de 1114. El título imperial leonés era solamente panhispánico.

             Por lo demás, “Ya desde la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, e incluso antes de este evento, los reinos de Pamplona y Aragón reconocían a través de sus cancillerías la superioridad institucional del monarca de León”-[8]

            En fin, sabemos ya algo de Doña Urraca I y de sus problemas con Alfonso I el Batallador y acerca de en qué consiste el concepto de Imperium legionense. El libro apenas dice más, bueno sí, habla de la ideología de género aplicada, extrapolada ilegítimamente a la época de Doña Urraca. Una ideología estúpida y falsa y encima se utiliza para explicar o deformar la situación y la biografía política de Doña Urraca. Un guiño al espíritu de los tiempos presentes.

            En este punto creo conveniente y necesario para una mejor inteligencia de los hechos y de los conceptos recurrir y exponer la doctrina del Imperio presente en Gustavo Bueno y en otros autores.

La doctrina del Imperio de Gustavo Bueno.

         El gran filósofo español Gustavo Bueno (1924-2016) desarrolló en su obra “España frente a Europa”, 1999,  una doctrina filosófica de la Idea de Imperio  que puede servirnos acaso para entender qué es el Imperium legionense.

            Para empezar el término imperio no es unívoco, sino análogo de atribución y tiene cinco acepciones.

            La acepción I del Imperio significa la facultad subjetual del imperator. Se trata del concepto subjetual. Tiene que ver con el mando, que en última instancia es el poder de obligar del ejército. Es la potestas del general, del caudillo, del césar. No es algo meramente físico, sino un mando legítimo aceptado voluntariamente y de buen grado por los que obedecen. Es necesaria pues también la auctoritas del imperator para que el mando se ejerza correctamente. El mando como dice Julien Freund nada es sin la obediencia.

            El mando del imperator está al servicio de la eutaxia del Estado, del poder público, de la paz pública. Esta primera acepción del Imperio sólo tiene sentido político.

            La acepción II del Imperio significa el ámbito del ejercicio del poder político por parte del imperator. Es el espacio antropológico en el que se desenvuelve el ejercicio del imperio. Es el territorio dominado por el imperator, hasta donde se extiende su poder, su soberanía.

             La acepción III del Imperio es sistema de Estados subordinados al Estado hegemónico.

            Este tercer concepto de imperio es el imperio diapolítico . Este imperio diamérico es un sistema de Estados dirigidos por un Estado hegemónico que ejerce su imperio sobre ellos. Dirige a los Estados a él subordinados. El imperio  comúnmente puede ser o entenderse como concepto diapolítico de imperio.  Este imperio puede ser o bien depredador o bien generador. El Estado depredador hegemónico se rige exclusivamente por su razón de Estado por su propia eutaxia. Un ejemplo, el imperio egipcio o el imperio asirio. En el fondo el imperio depredador tiene una depredación francamente dirigida hacia la explotación económica.

            La acepción IV es un imperio transpolítico o metapolítico. La Idea de Imperio viene formulada desde algún lugar que es exterior a las sociedades políticas realmente existentes, desde Ideas metapolíticas. Sólo desde una perspectiva transpolítica, más allá del Estado es posible trascender la dimensión diapolítica del Imperio. Se alcanza así una perspectiva universal. El mando imperial del Estado hegemónico necesita de la obediencia voluntaria, consenso, consentimiento de buen grado. Tiene que haber una legitimación del Imperio, una legitimidad. Se llega así a la codeterminación de los Estados entre sí, entre el imperio y los Estados subordinados, acción y reacción. Llegamos así al Imperio Universal. O bien es un concepto teológico de Imperio o bien es un concepto metafísico de Imperio.

            La acepción V del Imperio es la Idea filosófica de Imperio. Es una Idea límite y desemboca en la eliminación del papel hegemónico de un Estado sobre los demás. El Emperador se convierte en soberano de todo el imperio, tanto del Estado hegemónico inicial como de los otros Estados. El Emperador pasa a tener una autoridad, una auctoritas abstracta. El Imperio pasa de ser un imperio depredador a ser un imperio generador. Se produce una ecualización entre el centro del Imperio y sus dependencias, su periferia, sus Estados subordinados. Hay un proceso de fusión e integración. La Idea de Género Humano aparece ligada con la Idea filosófica de Imperio.

            El proyecto de una Historia Universal puede recuperarse como proyecto filosófico de una Historia de los Imperios Universales. La Historia Universal es pues la historia de los Imperios Universales. Lo demás es antropología o etnología. La Historia Universal es pura metafísica entendida como historia del Género Humano.

            La tradición occidental consiste en concebir al Imperio como un coorden de sociedades políticas previas entendidas como ciudades. Esto empieza con el imperio de Alejandro Magno. Es pues el primer imperio generador de la historia.

El Imperium legionense.

         Ciertamente, La Idea de Imperio ha estado presente en España desde el siglo IX al menos con Alfonso II. Los reyes de Asturias, de León y de Castilla asumieron sucesivamente el título de Emperadores. Eran Emperadores hispánicos, de España. La España de los Reyes Católicos era un Imperio. Desde un punto de vista de la Idea filosófica de Imperio, el Estado de los Reyes Católicos es un Imperio. La Monarquía Hispánica se aproximó más que ninguna otra a la Idea filosófica de Imperio. Según Gustavo Bueno la relación entre la unidad histórica de España y su identidad como Imperio no es accidental, sino necesaria. Esto es, se trata de una relación esencial.

            Menéndez Pidal ha hablado con insistencia de Imperio hispánico. Alfonso III asume el título de  Emperador. A Ordoño II se le llamará en la crónica najerense imperator legionensis. Ramiro II fue llamado imperator y basileus. Alfonso V de León volverá a titularse Emperador. Sancho III asumió también el título de Emperador. Alfonso VI se titulará Imperator totius Hispaniae. Alfonso VII se hace coronar en León Emperador de España.

            Con estas breves apostillas o notas hemos pretendido esclarecer el concepto de Imperium legionense que a nuestro juicio los autores del libro comentado por nosotros no alcanzan a establecer de manera clara y distinta. Hay que entender el concepto de Imperium legionense como la encarnación de la Idea filosófica de Imperio sobre España, lo que liga a España con la Idea de Imperio, un imperio que fue generador y no depredador.

 

 



[1]   Presentación, página 15 José Luis Martín M. Catedrático de la Universidad de Salamanca.
[2]  Op. Cit. Página  18.
[3] Op. Cit. Página 52.
[4] Op cit. Pág 57.
[5] Op. Cit. Páginas 146-147.
[6] Op. Cit. Pág 151.
[7] Op. Cit. Pág.  152.
[8] Op. Cit. Pág 154.

jueves, 17 de octubre de 2019

Undécima Oda a Franco

Undécima Oda a Franco.
Oh, Franco, ya te vienen a exhumar.
Te quieren denigrar,
pero tú eres superior.
Eres impasible....
Eres inmutable.
Eres imperator.
Caudillo supremo de España.
Salvador del pueblo, la Patria y el Estado.
Sóter, evérgetes, nicátor, nicandro.
Te odian los enanos,
los seres inferiores
los defectuosos.
No soportan tu grandeza.
No soportan tus victorias.
Resentidos, llenos de pasado,
impotentes con el tiempo.
Es irreversible, lo sabemos.
Nada pueden contra el pasado.
Se vengan de un muerto,
profanándo su tumba.
Estos son los valientes progresistas.
Sólo pueden ofrecer al vulgo tu desenterramiento.
Así son, pura mierda.
Grandes propagandistas.
Grandes sofistas.
Demagogos, ladrones y asesinos.
Amigos de terroristas y separatistas.
No podrán nunca quitarte tu grandeza.
Hombre superior providencial,
católica majestad.
Arriba España.

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sábado, 13 de julio de 2019

Materialismo filosófico y socialismo


Materialismo filosófico y socialismo.

            Se trata de analizar la conexión  entre materialismo filosófico y socialismo. En el marxismo el proletariado es la clase universal, el sujeto revolucionario, el demiurgo que destruirá la sociedad capitalista o burguesa y nos liberará de la alienación a toda la sociedad. El marxismo está ligado a la revolución bolchevique y por lo tanto a la URSS. La revolución comunista nunca terminó y por ello nunca fue. El sujeto revolucionario llamado Partido Comunista ha desaparecido. Destruido el proletariado, destruido el partido comunista, el marxismo se convierte en una doctrina de libro, en un clásico. Ha fracasado.

            Bueno propuso la vuelta del revés de Marx. El marxismo era un proyecto ontológicamente monista y escatológico y finalista en lo moral y en lo político. La historia de las sociedades políticas era considerada como un error. La verdadera historia estaba por venir. La ontología materialista dialéctica del Diamat era monista y metafísica y conllevaba una política utópica. El comunismo era pues un comunismo utópico.

            La lucha de clases era concebida como el conjunto de enfrentamientos metaméricos entre géneros supremos restaurándose así el realismo de los universales. Había dos clases o dos géneros que se enfrentaban entre sí. Dualismo de clases, dualismo entre base y superestructura, dualismo naturaleza/espíritu. Dualismos heredados del idealismo alemán. La doctrina gnoseológica de Lenin era un realismo adecuacionista. El diamat distinguía rígidamente entre conciencia y materia.

            Bueno introdujo un esquema de conexión diamérica entre conceptos conjugados para poder pensar las relaciones entre base y superestructura. Las fuerzas productivas y las relaciones de producción son conceptos conjugados. Las relaciones sociales no son epifenómenos como decía Marx, sino infraestructuras.

            Bueno rescató de Aristóteles el concepto de eutaxia para pensar las sociedades políticas. La eutaxia no es otra cosa que la reestructuración anamórfica de la propia desestructuración de la sociedad natural. Lo político surge por anamorfosis de la sociedad natural. El Estado es la estructura política que constituye políticamente las diferencias de clases. Las clases sociales no son anteriores al Estado. El Estado no es un instrumento de la clase dominante. La clase dominante domina políticamente una sociedad ya constituida políticamente.

            Bueno rechaza la teoría del excedente de producción. El Estado no es un instrumento de represión, o máquina de guerra. Bakunin sostenía que el Estado era anterior a la sociedad clasista. Es una tesis parecida a la que sostiene Bueno. Aristóteles dice en la “Política” que la salvación de la oligarquía es la eutaxia. El Estado está objetivamente y neutralmente orientado por la necesidad de la eutaxia o paz civil.   

            Esto es como la teoría de la premoción física divina. Las divergencias no son extrapolíticas. La concordia y la paz civiles son el objetivo del Estado, en lo cual no anda Bueno muy lejos de Hobbes. Gobernados y gobernantes son partes extra partes y tienen proyectos políticos distintos. Gobernar es tener en cuenta los intereses del equilibrio del sistema. Es tener en cuenta los intereses globales, el bien común.  El Estado busca el interés general. Por lo tanto se impone la necesidad de la concordia ordinum, de las clases. El Estado es siempre un sistema de equilibrio aun con inestabilidades eventuales.

            Gustavo Bueno no cree pues en el socialismo marxista. Su filosofía política está originada por el fracaso del socialismo marxista y el hundimiento de la URSS y del socialismo real. La URSS es un proyecto político trasnochado. El marxismo no podía explicar lo ocurrido en el Este entre 1988 y 1992.

            La eutaxia no está ligada necesariamente al socialismo marxista. Tampoco está ligada necesariamente a ninguno de los tipos de socialismo.

            El proletariado es un concepto límite, pero es también un concepto metafísico, ideal, universal metaempírico. No es un concepto empírico o sociológico. Si el proletariado no es revolucionario no es entonces proletariado. El proletariado pues es igual al proletariado. La eutaxia es indefinible. Existe conforme se realice. El sacrificio de las generaciones presentes en aras del futuro, ya sea del socialismo o del reino de Dios es inmoral y no se puede consentir. La idea de eutaxia tiene un uso regulativo y hablar de Pueblo, Humanidad es algo metafísico y el autogobierno de la humanidad y de la sociedad política es utópico por imposible.

viernes, 21 de junio de 2019

Sentencia infame

El supremo ha perpetrado una infame sentencia antijurídica con respecto a los cinco varones componentes de "La Manada". Eleva las penas ya establecidas por otros tribunales inferiores y considera violación lo que ocurrió en julio de 2016 entre ellos y la mujer de 20 años que copuló con ellos voluntariamente como se ve perfectamente en el video que ellos imprudentemente publicaron con la conciencia de que había sido una orgía consentida por ambas partes. Si no hubieran publicado el video la cosa no hubiera provocado la denuncia de ella y punto. Cometieron la estupidez, imprudencia de hacerlo y ella se sintió mal al saber que era vista por todo el mundo copulando voluntariamente con cinco varones. El movimiento feminista chochogenérico ha triunfado y las autoridades y tribunales han perpetrado una infamia. Ahora Si es no, sí, no es no, sí, todo depende de las chochogenéricas, que por cierto nada dicen de los múltiples delitos sexuales cometidos impunemente por los musulmanes en España. Inseguridad jurídica y atropello. Eso es todo.

martes, 2 de abril de 2019

Décima Oda a Franco

Décima Oda a Franco.
Invicto Caudillo de Espàña,
nicátor, nicandro, sóter, evérgetes,
Insigne varón español,
héroe de derechas,...
católico, carnívoro, cazador.
A los rojos venciste,
A los fachas convenciste,
A la Iglesia protegiste,
Al capitalismo fomentaste,
poliorcetes, estrategos,
político, dirigente,
insigne, protector de España,
hombre superior providencial.
Pasaste por encima del hombre inferior,
rojo, defectuoso, estúpido y criminal.
Todavía te odian esas ratas nihilistas.
Incapaces de otra cosa,
resentidos de mierda y fango,
Inútiles hasta decir basta,
enanos insignificantes,
pulgones inextinguibles,
delincuentes profesionales,
Antiespaña pòr vocación.
Tu los superas con ventaja
en excelencia y grandeza,
promotor de la eutaxia,
orden y disciplina,
desarrollo de las fuerzas productivas,
enemigo de la barbarie,
de la burricie y de la bruticie.
La Patria a tí agradecida.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Novena Oda a Franco

Novena Oda a Franco:
Sóter, Evérgetes,
Pater Patriae,
Héroe español,
Caudillo de España,...
Magno,
Edad de Oro trajiste.
Feliz al vulgo hiciste,
a la Patria cuidaste.
El bienestar trajiste,
A los seres inferiores castigaste,
Socialismo de derechas nos diste,
Seguridad social para el pueblo,
Catolicismo restauraste,
Los rojos resentidos,
incapaces, incompetentes,
idiotas, delincuentes,
te siguen odiando.
Tu en el Averno,
con paso firme caminas,
a los necios abominas.
No podrán contigo.
Hombre superior providencial,
socialista de derechas,
realista político,
Victorioso siempre.

lunes, 28 de enero de 2019

Goethe


¿Quién fue Goethe?.

Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) fue un hombre que hizo de su vida una obra de arte. Un hombre corriente y epicúreo y egoísta a decir de Eugenio Trías, sin embargo, podemos decir que Goethe fue un hombre muy trabajador y disciplinado, adornado con saberes humanísticos, literarios, filosóficos y versado en ciencias naturales. Con  una sólida formación estética.

Todas las decisiones que adopta un hombre, están saturadas de temporalidad y de historicidad, y eso se aplica tanto a un hombre corriente y vulgar como  a un genio tal como era Goethe. El entorno social, sus relaciones sociales pesan sobre el carácter de uno o sobre la trayectoria vital de cada cual, excentricidades, manías operan y pesan causalmente y simultáneamente incluso cuando se trata de un individuo insigne e ilustre como lo es Goethe, un hombre por cierto que no era nada ardiente en perseguir sus aspiraciones. Uno se elige a sí mismo siempre. Somos los padres de nuestras obras y somos los hijos de nuestras obras pero no somos individuos aislados o mónadas individuales.

Tal vez su genio fue en primer lugar el arte de buen vivir, en armonía con su época y con sus circunstancias y sacar el máximo provecho de todo lo que se encontró.

Según Eugenio Trías,[1] Goethe se aparece como un hombre corriente, fundamentalmente sano. Era un hedonista, un epicúreo, un egoísta racional, inteligente. Despreciaba lo fúnebre, la muerte, lo ruinoso, lo patético. Por eso el romanticismo alemán le resultaba ajeno y extraño. Goethe sólo trata de temas corrientes. Novalis dixit. Sus obras son una exaltación de lo normal, de lo corriente, habitual, de la vida cotidiana.

Fue un hombre superdotado en las humanidades y en las ciencias naturales, con facilidad para aprender idiomas, para escribir poesía y literatura. Fue un hombre universal.

Su vida podemos dividirla en dos etapas: la primera llegaría hasta el año 1775 cuando invitado por el duque de Sajonia-Weimar Karl August llega a Weimar y se instala allí y la segunda hasta su muerte en Weimar en 1832.

Goethe estudió Derecho en Leipzig (1765); allí conoció los escritos de Winckelmann sobre arte y cultura griegas, pero una grave enfermedad le obligó a dejar los estudios en 1768 y volver a Fráncfort. Katharina von Klettenberg, amiga de su madre, le cuidó y le introdujo en el misticismo pietista, que ponía su énfasis en el sentimiento dentro de la confesión protestante; por entonces compuso sus primeros poemas. Retomó los estudios en 1770 en Estrasburgo y los concluyó al año siguiente. Esos dos años allí fueron muy importantes para él: conoció a Friederike Brion, que le inspiró la mayoría de sus personajes femeninos, y trabó amistad con el teólogo y teórico del arte y la literatura Johann Gottfried von Herder. Herder le introdujo en la poesía popular alemana, le descubrió el universo de Shakespeare y le liberó definitivamente del Neoclasicismo francés y de la confianza en la razón de la Aufklärung (Ilustración) alemana.

Empezó a hacer prácticas de abogacía en Wetzlar y colaboró con Herder en la redacción del manifiesto fundador del movimiento Sturm und Drang («Tempestad e ímpetu»), considerado el preludio del Romanticismo en Alemania: Sobre el estilo y el arte alemán (1772). En esta obra se reivindica la poesía de James MacPherson (Ossian) y de Shakespeare. Otra vez de vuelta en Fráncfort, escribió la tragedia Götz von Berlichingen (1773) que lo hizo popular y conocido en toda Alemania y al año siguiente escribió su novela Las penas del joven Werther (1774). La inspiración del Werther la había encontrado a mediados de 1772, cuando hacía prácticas de abogacía en el tribunal de Wetzlar: se había enamorado de Charlotte Buff, novia y prometida de su colega, también abogado en prácticas, Johann Christian Kestner, y Karl Willhelm Jerusalem, otro abogado atormentado por un amor no correspondido, se suicidó utilizando una pistola prestada por Kestner. Goethe unió ambas historias para su novela Werther, en parte epistolar, y alcanzó un éxito tan grande al representar en la figura del protagonista el desencanto de las jóvenes generaciones, que suscitó una epidemia de suicidios de adolescentes en el país. Goethe ya tenía fama en toda Alemania.

El mismo año que el Werther (1774) Goethe publica su drama Clavijo mientras intentaba abrir con poca fortuna un bufete de abogado en Fráncfort, y en la primavera de 1775 se comprometió con la hija de un banquero de la ciudad, Lili Schönemann. Sin embargo, las diferencias sociales y de estilo de vida entre ambas familias terminaron por desbaratar este compromiso, que no llegó a formalizarse en matrimonio. El noviazgo terminó en el otoño de ese mismo año y, ansioso de escapar de este ambiente, no dudó en aceptar la invitación a la Corte de Weimar de Carlos Augusto de Sajonia-Weimar-Eisenach, heredero del ducado de Sajonia-Weimar. Tras publicar su Stella (1775), marchó inmediatamente hacia Weimar, huyendo prácticamente de dos cosas: el compromiso sentimental con Lili Schönemann y el ejercicio de la abogacía. No quería casarse, tener hijos y familia y vivir como un vulgar burgués gentilhombre. Quería estar libre y descomprometido. Él veía incompatible el arte, la literatura, la poesía con la vida burguesa vulgar y acomodada, familiar, esposa, hijos, convenciones, etc.. Prefería el hedonismo y el epicureísmo.

Al servicio del príncipe heredero Carlos Augusto en 1775, fijará su residencia en Weimar ya hasta su muerte. No obstante, las numerosas tareas que éste le encomendaba le hicieron abandonar la literatura durante casi diez años, a pesar de que Ana Amalia de Brunswick-Wolfenbüttel, madre de Carlos Augusto, había empezado a crear un círculo de intelectuales con el preceptor de su hijo, Wieland, y lo amplió al incluir en él a Goethe y posteriormente a intelectuales tan destacados como Herder y Friedrich von Schiller; fugazmente pasaron también por allí Jakob Michael Reinhold Lenz y Friedrich Maximilian Klinger. Goethe destacó enseguida y pasó de ser consejero secreto de legación (1776) a consejero secreto (1779), y finalmente se convirtió en una especie de ministro supremo. Otra de sus funciones fue la supervisión de la Biblioteca ducal, que bajo su dirección llegó a ser una de las más importantes de toda Alemania. Inicia en esa época sus investigaciones científicas. Interesado por la óptica, concibió una teoría distinta a la de Isaac Newton sobre los colores y también investigó en geología, química y osteología, disciplina esta última en que descubrió el hueso intermaxilar en marzo de 1784, que pone una de las primeras piedras en la teoría de la evolución del hombre, aunque en esto se le adelantó por muy poco el anatomista francés Vicq d'Azyr, lo que le supuso una gran frustración. Las cartas a Charlotte von Stein dan fe de esta época de su vida, envuelta en todo tipo de encargos y gestiones para reformar el muy pequeño y humilde Estado de Weimar.

Desde un puesto tan importante tuvo la oportunidad de relacionarse con la alta aristocracia y conoció a personajes notables, como Napoleón Bonaparte, Ludwig van Beethoven, Friedrich von Schiller y Arthur Schopenhauer. En 1782 fue añadida la partícula von a su apellido por el mismo Duque Carlos Augusto pese a las protestas de la nobleza, para formar parte de la Corte con un cargo equiparable al de los restantes ministros, pertenecientes todos a ella.  Así podía sentarse a comer en su mesa con el Duque. Cosas del Antiguo Régimen.

Ingresó en la Masonería el 11 de febrero de 1783, aunque según el escritor masónico Lorenzo Frau Abrines, la fecha de su ingreso es anterior, el 23 de junio de 1780, dentro de la efímera logia Amalia, que abatió columnas dos años después. En 1830, dos años antes de su muerte, Goethe compuso un poema titulado Para la fiesta de San Juan de 1830 en ocasión de celebrarse su cincuentenario como miembro de la masonería. A su condición de masón y a su paso por la Masonería, así como a otras aficiones que al parecer cultivó, se atribuye influencia en su obra, especialmente en Fausto.

Por otra parte, seguía profundizando en el estudio del teatro de William Shakespeare y de Pedro Calderón de la Barca, algunas de cuyas obras (por ejemplo, El príncipe constante de Calderón) hace representar con éxito como encargado del teatro en la Corte de Weimar; en estas funciones empezó a cartearse con Schiller. Las lecturas teatrales de estos autores amplían notablemente los horizontes de su espíritu. Le domina además el entusiasmo ante la falsa poesía céltica de Ossian y escribe un famoso monólogo del gran dios del Romanticismo, Prometeo, que personificaba el genio rebelde de los creadores y del cual se sintió justamente orgulloso:

Fue como la mecha que provocara el estallido que descubrió y sacó a plena luz las más secretas condiciones de hombres dignos.

Así fue en efecto, en lo referido al movimiento conocido como titanismo, uno de cuyos más preclaros representantes fue Giacomo Leopardi. Merced a Goethe, Weimar se convirtió en el auténtico centro cultural de Alemania: Herder, Schiller, Fichte, Schelling, Novalis, Hegel, los hermanos Schlegel, etc; allí compuso poemas inspirados por Charlotte von Stein, amiga suya a la que escribió unas 1500 cartas, y empezó la redacción de sus obras más ambiciosas, como sus dramas Ifigenia en Táuride (1787) Egmont y Fausto, que luego revisaría a fondo tras la profunda impresión que recibió en su trascendental viaje a Italia (1786-1788), que cambió su desequilibrada estética romántica por el equilibrio clásico. Empezó en Venecia, donde compuso sus Epigramas venecianos, y terminó en Roma, donde estudió la cultura grecolatina a fondo; de esta época son sus Elegías romanas. El viaje a Italia supone el comienzo de su periodo clásico.

Sin embargo, a su regreso a Weimar en 1788 se encuentra una gran oposición a su nueva estética, el llamado Clasicismo de Weimar; es más, se forma un cierto escándalo cuando llega a divulgarse que desde ese mismo año vive amancebado con una jovencita, Christiane Vulpius (1765-1816), que le dio al año siguiente un hijo, Julius August Walther von Goethe (1789-1830); cuatro abortos sucesivos posteriores inducen a creer que entre ambos había incompatibilidad de grupos sanguíneos, en aquella época desconocida. Goethe legitimó a su único hijo en 1800. Aquella relación con la Vulpius era como un matrimonio pero sin ceremonias a decir de Goethe.

No abandonó completamente su pretensión de labrarse una carrera científica. En Zur Farbenlehre, 1810, intentó refutar con poca fortuna la teoría de los colores de Newton. En el primer volumen de esta obra se halla la que es sin duda la primera historia comprensiva de la ciencia.

 Dirigió el Teatro ducal entre 1791 y 1813 y con motivo de este cargo conoció en 1794 al dramaturgo Friedrich von Schiller, con el que sostuvo una luenga amistad y cierta correspondencia epistolar hasta la muerte de éste en 1805. Schiller publicó las hasta entonces inéditas Elegías romanas de Goethe en su periódico, Las Horas, en 1795. También imprimió la novela Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1796) y la novela en verso Hermann y Dorothea (1798). Schiller incitó a Goethe a que prosiguiera en la gran obra de su vida, el Fausto, poema que no paraba de corregir y ampliar y cuya primera versión apareció en 1808. Desde dos años antes se hallaba ya casado con Christiane Vulpius, quizá para acallar a quienes criticaban su estilo de vida. El hecho más importante quizá de esta época de su vida es su entrevista en Erfurt con Napoleón I en 1808, cuando el ejército francés ocupaba parte del territorio prusiano en el marco de las guerras Napoleónicas. Recibió en 1808 de Napoleón la Legión de Honor en Erfurt, de la que presumía haciendo gala de ello y suscitando así el enfado del duque de Weimar.

La Revolución francesa supuso para Goethe un gran trastorno. Algunos de sus epigramas venecianos ya tratan este tema, pero como su pensamiento se hallaba por completo imbuido del equilibrio y armonía del clasicismo y veía el ser como una totalidad orgánica a partir de la filosofía de Kant y de la de Espinosa, el desarrollo de la revolución y el cambio provocado por la violencia le parecían una atrocidad. Él había hecho su carrera dentro del Antiguo Régimen. Se había hecho conservador y de orden y por eso es por lo que prefería en palabras suyas la injusticia al desorden. Eso se plasmó en algunas obras de entonces, como la colección de novelitas breves Conversaciones de emigrados alemanes (1795), la obra épica Germán y Dorotea (1797) y la tragedia La hija natural (1799 y ss.). Algo después aparecen las novelas de madurez: Las afinidades electivas (1809) y Los años de peregrinaje de Wilhelm Meister (1821, revisado en 1829), así como un diario de su viaje por Italia, Viajes italianos (1816), su autobiografía Poesía y verdad en varias entregas (1811-1833) y un poemario, Diván de Oriente y Occidente (1819), donde se deja sentir algo el influjo de la poesía oriental. Goethe murió en Weimar el 22 de marzo de 1832. La versión final de su gran poema coral Fausto apareció póstuma ese mismo año.

En cuanto a su carrera literaria, Goethe la inició en el seno de un exasperado Romanticismo deudor del Sturm und Drang, cuya obra más representativa se encargó de escribir él mismo: Las cuitas del joven Werther. El viaje a Roma supuso para él ir arrinconando esa estética en una evolución que le hizo al cabo renegar del Romanticismo e identificarse con el equilibrio clásico grecolatino, lo que puso fin a su tormentosa vida interior. Fue esa la revelación del Clasicismo, verdadera raíz con la que podía identificarse la cultura alemana. «Ahora comprendo el sentido del mármol», escribirá en una de sus Elegías romanas.

De ese viaje por Italia son fruto también los Epigramas venecianos, entre los cuales hay algunas meditaciones profundas sobre la contemporánea Revolución francesa o el significado de la vida y de la cultura. La postura política de Goethe es, sin embargo, conservadora: «prefiero la injusticia al desorden», escribirá. Eso le supuso algunos recelos por parte de otros artistas a los que no les importaba en lo más mínimo no acordarse con su contexto social, como por ejemplo Beethoven. En las dos versiones de su complejo y grandioso Fausto se encuentra el último mito que fue capaz de engendrar la cultura europea, el de cómo la grandeza intelectual y la sed omnímoda de saber pueden, sin embargo, engendrar la miseria moral y espiritual. Por otra parte, en la lectura y estudio de Spinoza encuentra también un consuelo al desequilibrio romántico que le embargaba, como cuenta en Poesía y verdad, donde se extiende en comentar especialmente su frase de que «quien bien ama a Dios, no debe exigir que Dios le ame a él».

Goethe disfrutó ya en vida de fama, respeto, prestigio y admiración. Delacroix le retrató en una litografía en 1827, aparte de ilustrar Fausto y Götz von Berlichingen. Por ello, fueron muchos los jóvenes de su época que quisieron conocerle en persona o, como suele decirse pedantemente: vera effigies. Por otra parte, su secretario, Eckermann, anotaba cuidadosamente sus conversaciones con el maestro a lo largo de los años y escribió unas Conversaciones con Goethe, donde aparecen reflejadas las opiniones que en sus últimos años sostuvo sobre esas visitas.

Fausto.

La mejor obra dramática de Goethe es sin duda el Fausto, que ha pasado a ser una obra clásica de la Literatura Universal. La primera versión, el Urfaust o Fausto original, estaba acabada en 1773. Pero el autor la siguió retocando hasta 1790, año en que publicó un fragmento; ya en abril de 1806 estaba completo, pero las guerras napoleónicas demoraron dos años la publicación hasta 1808; la segunda versión o segunda parte sólo sería publicada en 1833, un año después del fallecimiento del autor. La tragedia Fausto original se articula en torno a dos centros fundamentales; el primero es la historia de cómo Fausto, en la búsqueda de lo absoluto y de la plenitud vital desespera de su búsqueda y de sus conocimientos científicos y filosóficos y por ello, fatigado de la vida y decepcionado de la ciencia, desengañado por el intelecto, busca la solución en la voluntad, en  la acción y como consecuencia de ello hace un pacto con el diablo que le devuelve la juventud a cambio de su alma. Fausto es el  arquetipo del hombre permanentemente insatisfecho; el segundo es la historia de amor entre Fausto y Gretchen, en la que Fausto da muestras de un donjuanismo irresponsable e incauto, también llamada Margarita, que Mefistófeles manipula de forma que Fausto llegue al homicidio —mata a la madre de Margarita y luego mata al hermano de su amada— y Gretchen tenga un embarazo indeseado, que le conduce primero al infanticidio y luego a ser ejecutada por asesinar a su hijo y por asesinar antes a su madre.. Todo lo que le acontece a Fausto es trágico pero además, la tragedia es la vida misma, su ejercicio de la libertad, decida lo que decida, entre las consecuencias aparece la tragedia, la desgracia. La acción es el principio del mundo pero toda acción contiene dolor y error. Eso es inevitable y a eso nos conduce toda elección que realicemos. Una conclusión evidentemente pesimista.

La historia empieza en el cielo, donde Mefistófeles hace un pacto con Dios: dice que puede desviar al ser humano favorito de Dios (Fausto), que está esforzándose en aprender todo lo que puede ser conocido, lejos de propósitos morales. La siguiente escena tiene lugar en el estudio de Fausto donde el protagonista, desesperado por la insuficiencia del conocimiento religioso, humano y científico, se vuelve hacia la magia para alcanzar el conocimiento infinito. Sospecha, sin embargo, que su intento no está obteniendo resultados. Frustrado, considera el suicidio, pero lo rechaza cuando escucha el eco del comienzo de la cercana Pascua. Va a dar un paseo con su ayudante Wagner y es seguido a casa por un caniche vulgar. En el estudio de Fausto el caniche se transforma en el diablo. Fausto hace un trato con él: el demonio hará todo lo que Fausto quiera mientras esté en la tierra, y a cambio Fausto servirá al demonio en la otra vida. El trato incluye que, si durante el tiempo que Mefistófeles esté sirviendo a Fausto éste queda complacido tanto con algo que aquel le dé, al punto de querer prolongar ese momento eternamente, Fausto morirá en ese instante. Tras este marco, Goethe desarrolla las dos historias: la relación entre Mefistófeles y Fausto y la de Fausto y Gretchen/Margarita.

El tema general es cómo la riqueza de conocimiento material acarrea sin embargo la miseria moral y espiritual. .. Goethe establece que la tragedia tiene un final de salvación católica por cierto curiosamente tratándose de un escritor alemán protestante, luterano al aparecer que aparezca la Virgen María salvando a Fausto en la segunda parte haciendo que se salvara Gretchen al final de la primera parte en un ambiente católico, puesto que Margarita aparece como una cristiana católica, apareciendo la letra del Requiem, típica  composición católica, anticipando así la salvación de Fausto al término de la segunda, cuando los demonios que quieren llevarse su alma tienen que retirarse ante la llegada de una legión de ángeles. Mefistófeles demuestra su homosexualidad al verse fascinado por los traseros de los ángeles y al estar distraído, éstos consiguen apoderarse de la parte inmortal de Fausto, obrándose así la salvación de Fausto.  “Aquel que se afana siempre aspirando a un ideal, podemos nosotros salvarle”.Además Goethe cambia el impulso que mueve a Fausto: el deseo que lo acercaba a la brujería no es codicia, maldad o vagancia, sino el ansia de saber, el deseo de grandeza, de plenitud, de totalidad. La moraleja que acaso tenga la obra será que ese deseo de conocimiento conlleva la miseria moral. Es una tragedia porque la libertad lleva a situaciones indeseadas. La tragedia es la vida, la libertad, las elecciones que hacemos.

La obra ha sido interpretada modernamente por Walter Benjamin, por Thomas Mann en su novela Doktor Faustus donde se trata de Schoenberg mediante los escritos musicales de Teodoro Adorno, y por el hijo de éste, Klaus Mann, en Mephisto, en la que concibe el pacto con el diablo como una metáfora del pacto de Alemania con Hitler.

 

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[1] Goethe, 1988, Mondadori, página 111,