sábado, 3 de noviembre de 2018

Apuntes populares sobre Aristóteles


ARISTÓTELES.

 

1. Ontología.

            Aristóteles distingue entre teoría y praxis. Las ciencias teóricas son universales, objetivas y necesarias y además se cultivan de forma especulativa, desinteresada. Son: Filosofía primera (teología), Filosofía segunda (física) y matemática. La  matemática trata de los seres inmutables pero sensibles. La física trata de los seres sensibles y móviles y la teología trata del ser inmutable pero suprasensible.

            Aristóteles en varios lugares de su obra nos habla de una filosofía primera que trataría del Ser en cuanto tal. Como para Aristóteles no hay ciencia sino de lo universal, de lo que constituye un género, tal ciencia filosófica tendría que tratar de lo más universal que existe, del ser en cuanto ser y de sus atributos esenciales. La  filosofía primera tendría que ser entonces ontología. Debería ser así la ciencia de las primeras causas y principios, es decir, la ciencia de las condiciones de posibilidad de todo orden. Sin embargo, esto es sólo un proyecto.

            En otros lugares de la “Metafísica” afirma Aristóteles que la ciencia más elevada o por excelencia ha de tener por objeto el ser por excelencia, o sea, la filosofía primera ha de ser teología. Se pasa así de una posible ontología o ciencia del ser en cuanto tal a una ciencia de la sustancia o ousiología y de ahí finalmente a la teología.

            La filosofía primera de Aristóteles es el origen de la ontoteología. El ser no es un género unívoco ni es un género equívoco. La unidad de sentido del ser es la que será llamada analogía de atribución.

            El ser se dice de varias maneras. Hay diversos modos de predicación. Son las categorías.

            Las categorías son diez: Substancia, relación, cualidad, cantidad, espacio, tiempo, hábito posición, estado, acción y pasión. Se dividen en dos grupos: por un lado está la Substancia y por el otro los accidentes. Los accidentes son los atributos o modificaciones de la Substancia. La Substancia es el sujeto de toda predicación.

 

2. La Substancia.

            La Substancia es la categoría esencial. Responde a la pregunta  por la cosa. Quid est? O ¿Qué es? La substancia es el individuo concreto. Es el sujeto. La substancia primera es el individuo concreto.

            En el fondo, todos los predicados o atributos lo son de la substancia. La substancia segunda no existe de forma separada, se trata del género y de la especie. La substancia es lo efectivamente real. Es el sujeto último de toda predicación. No puede predicarse de otro ni en otro. Sólo la substancia tiene esencia y tiene definición.

 

3. Materia y forma.

            En las substancias reales y concretas hay dos principios constitutivos y entitativos.

            La substancia, el individuo concreto es un synolon o compuesto de materia (hyle) y forma (morphé, eidos). La forma corresponde a la Idea platónica. Es la substancia segunda, la especie y el género y es eterna. Es la estructura permanente y universal, repetida en todos los individuos de una misma especie o clase y no existe sino en la materia.

            En cambio, la materia es el elemento neutro e indiferenciado que constituye el principio de individuación. Es incognoscible. Es lo indeterminado. La materia es ininteligible. La forma es inteligible. Materia y forma son eternas. Sólo existen en el synolon.

            La forma es prioritaria ontológicamente.

La forma es en primer lugar la esencia de cada cosa.  Es lo que algo es. En segundo lugar es la naturaleza de cada cosa. Es lo común a toda la especie (eidos) por lo que posee un carácter supraindividual. En cambio, la materia individualiza a las formas, a la especie.

            La substancia es en primer lugar forma, en segundo lugar es el synolon de materia y forma y en tercer lugar es la materia.

 

4. La teología de Aristóteles.

            En el libro VIII de la Física, afirma Aristóteles que el movimiento es eterno. Según Aristóteles, todo lo que se mueve, se mueve porque algo lo mueve. Tiene que haber en consecuencia un Primer Motor Inmóvil que mueva sin ser movido.

            En el libro XII de la Metafísica afirma Aristóteles que el tiempo es eterno y continuo, por lo tanto, el movimiento es continuo. La causa de dicho movimiento ha de ser eterna e inmaterial. Por lo tanto, el Primer Motor Inmóvil tiene que ser eterno, inmaterial, sustancia y acto puro, pura forma. Sustancia eterna, inmóvil y separada de lo sensible, sin magnitud, carente de partes, indivisible, impasible e inalterable. Mueve siendo inmóvil y siendo en acto no puede ser de otro modo. Su substancia es acto. El acto puro mueve como objeto de deseo, como objeto de amor. Es causa final. El Acto puro es un telos, un fin. Los movimientos regulares de las esferas se consuman en dirección al Acto Puro. Es una causa ideal, ejemplar. Dios mueve porque es amado. Todos los seres tienden al bien. El Acto Puro hace que haya cosmos y no caos. Hay un orden teleológico del cosmos.

            Aristóteles es el creador de la teología. La esencia de Dios es ser pensamiento del pensamiento (noesis noéseos). El entendimiento es lo más divino y la contemplación es lo más noble. El Acto Puro pensará sólo en sí mismo.

 

5. El cambio.

            La Física versa sobre el cambio o sobre los seres que cambian. Los principios del cambio son tres: el sustrato, la forma y la privación. El sustrato es el sujeto del cambio. La forma es algo que se pierde o se adquiere. Un sustrato pasa de una privación a la posesión de la forma correspondiente

            Además de la distinción entre sustrato o materia, forma y privación, Aristóteles elabora la distinción entre acto y potencia.

            La potencia es la capacidad de llegar a ser algo. No toda cosa puede llegar a ser algo o cualquier cosa. A la potencia se le opone el acto, que es la realidad actual, la actividad presente.

            El acto es la plenitud actual. El cambio pues, consiste en el paso de la potencia al acto. El cambio es la culminación de la potencia en cuanto tal. El cambio es la actualización de la potencia.

 

6. Tipos de cambio.

            Cambio sustancial es la generación y la corrupción. Una cosa deja de ser lo que era y se transforma en otra distinta. La generación es el nacimiento y el surgimiento. La corrupción es la muerte y la destrucción.

            En el cambio accidental la cosa sigue siendo la misma, pero cambia en algún aspecto cuantitativo o cualitativo o simplemente cambia de lugar.

            El cambio cuantitativo consiste en el crecimiento o decrecimiento, aumento y disminución. Consiste en la sustitución de una cantidad por otra en la substancia. Aquí cabe tanto el cambio natural como el artificial.

            El cambio cualitativo es la alteración. Es la sustitución de una cualidad por otra en una entidad. La alteración puede ser natural o artificial.

            El  movimiento local consiste en la traslación espacial. El cambio de lugar o locomoción es la traslación de un lugar a otro. Puede ser natural o artificial.

            Además, Aristóteles distingue entre cambios naturales y cambios artificiales. Un cambio es natural cuando es espontáneo y brota de la misma cosa. Un cambio artificial es un cambio provocado por la interferencia humana.

 

7. Las causas.

            Son las explicaciones científicas. Son respuestas a unas preguntas.

            Hay  cuatro tipos de factores explicativos:

  1. La materia (hyle). Es el sustrato. Es la causa material.
  2. La forma (eidos, morphé). Es la causa formal.
  3. El iniciador (kinoun). Es la causa eficiente.
  4. El para qué, (hou héneka). Es la causa final, el telos.
     
    Toda entidad natural tiene un telos interno. Si es artificial su telos es extrínseco. La causa formal, la causa eficiente y la final son causas formales. Aquí la causa es la forma, el eidos. Queda la causa material. Al final todo se reduce a la distinción entre materia y forma.
     
    8. El alma en Aristóteles.
                El alma es la forma del cuerpo, ligada a él y por consiguiente, desaparece con él.
                El alma es la forma de un cuerpo material, es decir, de un cuerpo que posee en sí mismo el principio de su propio movimiento. Es la forma de un cuerpo natural que posee la vida en potencia, es decir, de un cuerpo provisto de órganos adecuados para cumplir las funciones que exige la vida. El alma es el principio vital mediante el cual el cuerpo se encuentra “animado” y a falta del cual retorna a la pura materialidad.
                El alma es acto, forma, fin y el cuerpo es materia, potencia, instrumento. El alma no subsiste por sí misma. La substancia no es el alma, sino el compuesto de alma y cuerpo.
                Hay tres partes del alma humana: vegetativa, sensitiva e intelectiva. El entendimiento es una trascendencia en el alma. La intelección es el acto común de la inteligencia y de lo inteligible pero ¿Qué es lo que hace pasar simultáneamente a acto la inteligencia y lo inteligible? Es un principio intelectual que está en acto.
                El intelecto agente está siempre en acto. El entendimiento paciente está siempre en potencia. El entendimiento agente es inmortal, eterno e impasible.
                Santo Tomás de Aquino lo piensa como individual. Alejandro de Afrodisíade lo interpreta como Acto Puro, esto es, como lo que de Dios hay en nosotros. Averroes piensa que el entendimiento agente es Uno y es común a todos los hombres.
     
    9. Ética. La felicidad.
                Toda acción humana tiende al bien. Siempre deseamos el Bien. Nadie desea el mal a sabiendas.
                Lo bueno y lo malo de la conducta humana están en función del bien que se persigue. Toda acción que conduzca al fin del hombre será buena y toda acción que no conduzca al fin del hombre será mala.
                Hay bienes que lo son por sí mismos y bienes que son medios para otros bienes más importantes. El bien supremo es la felicidad (eudaimonía). El hombre tiende a buscar la felicidad por sí misma.
                La felicidad es una cierta actividad conforme a la areté o virtud perfecta y es una actividad que debe durar toda la vida.
     
    10. La virtud.
                Vivir conforme a la virtud significa que la razón es la que dirige todos los actos del hombre. La virtud es un hábito producido por un largo ejercicio o hábito. La felicidad consiste en vivir de acuerdo con la naturaleza de cada uno.
                Algo es bueno respecto a una función propia que realice bien o mal, según que posea o no la correspondiente eficacia o virtud.
                La virtud humana consiste en la ejecución de la función propia del hombre.

  1. La virtud procede del hábito.
  2. La virtud es esa fuerza para buscar el bien, la propia plenitud humana, la excelencia. Es una huida de la mediocridad.
  3. La virtud es un hábito voluntario y libre, que implica deliberación y elección.
  4. La virtud consiste en un término medio entre dos extremos. Este término medio es distinto para cada uno.
     
    11. Las virtudes éticas.
                Los deseos del hombre han de estar sometidos a la razón. La virtud ética consiste en el control de la parte volitiva de la naturaleza humana por su parte pensante.
                La volición persigue el bien como fin. Respecto a los fines no hay deliberación ni demostración. Ni elección.
                La voluntad del hombre sano está naturalmente orientada hacia un bien. Sólo cabe deliberación respecto a los medios necesarios para alcanzar el fin.
                La virtud o areté moral consiste pues, en un hábito de decidir bien y conforme a regla.
                La virtud es una disposición a decidir el término medio adecuado para nosotros, conforme al criterio que seguiría el hombre prudente y experimentado.
                El término medio lo es entre dos extremos, uno por defecto y otro por exceso que son vicios.
                La virtud es inseparable del hábito. Se forma por repetición de actos.
     
    12. Las virtudes dianoéticas.
                Son las virtudes de la dianoia, del entendimiento. Hay virtudes contemplativas o teóricas o dianoéticas del alma (intelectuales) y hay virtudes prácticas del entendimiento que son las virtudes dianoéticas prácticas. Así pues hay virtudes dianoéticas contemplativas, prácticas y productivas.
                La virtud dianoética práctica es la phrónesis. Es la prudencia. Es la racionalidad práctica, encargada de establecer la adecuación de las reglas, de determinar cuál es el curso de acción que hay que seguir.
                La prudencia puede ser individual, familia y política. La razón práctica ha de indicar al ethos lo que ha de hacer. La razón práctica es pues normativa. Nuestros deseos han de dejarse controlar y dirigir por la razón práctica.
                La prudencia no es ciencia. La ciencia trata de lo universal mientras que la prudencia lo es respecto de lo particular. Los jóvenes por tal razón no son prudentes porque la prudencia se adquiere por la experiencia.
                Las virtudes dianoéticas más elevadas son las científicas o contemplativas. Se busca la verdad de forma especulativa y desinteresada.
                La sabiduría (sophía) comprende por un lado la intuición intelectual (nous) y por otro la ciencia demostrativa (episteme).
     
    13. La vida teórica.
                La ciencia teórica no sirve para nada. Es un puro lujo, el más excelso de los lujos. El lujo por excelencia del hombre en su plenitud. Es el fin último del hombre. Esto es la felicidad.
                La felicidad del hombre consiste en la vida contemplativa. Cuando el hombre piensa puede llegar a ser feliz. Tal vida, sin embargo, sería demasiado excelente para el hombre. No viviría en esa manera en cuanto hombre, sino en cuanto en él hay algo de divino.
                Esto nos indica que en Aristóteles ser feliz es poco menos que imposible o simplemente imposible.
     
    14. La política.
                Todo hombre es social. El hombre no puede vivir aislado. Sólo en comunidad puede satisfacer sus necesidades y desenvolverse plenamente.
                La más elemental unidad social es la familia. La familia tiende al fin más elemental que consiste en la satisfacción de las necesidades cotidianas.
                La segunda forma de sociedad es la aldea o unión de varias familias. Aparece para satisfacer necesidades no cotidianas de la vida.
                La tercera forma social es la polis o Estado. Es el agrupamiento de varias aldeas. El fin de la polis es la buena vida. Es una comunidad natural, no artificial. Es por naturaleza. El hombre es un animal político (zoon politikón). El hombre tiene que vivir en una polis si quiere desarrollarse plenamente. La polis es por naturaleza anterior y más importante que el individuo y la familia. La polis es la mínima unidad política.
                Hay animales que son gregarios o sociales pero sólo tienen voz (pone) y sólo comunican su dolor y su placer.
                En cambio, los hombres están dotados de logos, de palabra y pueden hablar unos con otros sobre lo justo y lo injusto, lo conveniente y lo perjudicial, pudiendo llegar así a un acuerdo objetivo sobre tales cuestiones. Tal acuerdo es el origen de las leyes de la polis, de la constitución (politeia) de la polis.
                La polis es ontológicamente  anterior a la familia y al individuo. Una polis es un conjunto de ciudadanos suficiente para vivir en autarquía y dotado de una constitución. La ley debe regir la polis. Aquí aparece la Idea de un Estado de derecho. La justicia es la igualdad, pero no para todos, sino para los iguales y se piensa que la desigualdad es justa, pero no para todos, sino para los desiguales.
                El buen ciudadano ha de poseer la areté política, ha de saber mandar y obedecer. La justicia es la virtud del ciudadano.
                Los regímenes políticos justos son tres: Monarquía: Gobierna uno solo. Aristocracia: gobiernan los mejores. Politeia o democracia legal : Gobierna el pueblo. Gobiernan todos. Si los gobernantes gobiernan para su exclusivo interés, entonces tenemos los regímenes degenerados: Tiranía: Es la desviación de la Monarquía. Oligarquía, Gobierno de los ricos, desviación de la aristocracia. Demagogia o democracia degenerada, una democracia en la que gobiernan los pobres. Desviación de la democracia.
                A Aristóteles lo que le importa en el fondo es el funcionamiento real de los regímenes políticos. Lo importante es la eutaxia política, la duración y la estabilidad política.
                Así, pues, en el fondo, empíricamente, los regímenes políticos son dos: la democracia (entendida como gobierno de los pobres) y la Oligarquía, gobierno de los ricos. Aristóteles desea una constitución en la que prevalezca la clase media. Esta clase asegura la estabilidad política del Estado. Propone así un régimen mixto, mezcla de democracia y oligarquía. Se recurrirá a la elección y al sorteo.
               
               
     
     

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