lunes, 11 de abril de 2016

¿Para qué sirven las asociaciones de padres?




 
         Desde que la LODE en 1985 entró en vigor empezaron a proliferar de oficio las APA , Asociaciones de Padres de Alumnos para cubrir los consejos escolares. El propio fundamento de la LODE es absurdo desde un punto de vista teórico, no así desde un punto de vista de la conveniencia política tal y como la entendían los jerarcas del PSOE que ocuparon los escalafones de la administración educativa para su uso y disfrute y convirtieron el sistema educativo nacional en 17 cortijos privatizados para uso y disfrute de las oligarquías regionales, locales, nacionales y nacionalistas que para el caso son lo mismo a efectos prácticos: una desgracia para España.
         La doctrina al uso sostiene que las masas, el vulgo, encarnado en la sociedad de las familias, que a su vez encuentran su cauce de expresión más adecuado en las APA, tienen el derecho de participar, controlar y hasta dirigir los procesos educativos y de instrucción pública. Lo dice la Constitución me dijeron una vez unos cretinos del APA del IES “Butarque”, también me lo recordó el jefe-cacique-coordinador local de IU en Leganés, el ínclito Eduardo Cuenca Cañizares, típico representante de la fauna izquierdista nacional que busca desesperadamente un nicho ecológico útil en el que proliferar para poder trepar por la pirámide ecológico-jerárquica del régimen de 1978.
         Sí, ya sé que nuestra Constitución de 1978 lo dice, que los padres participarán en la educación, bueno, es una desgracia para la educación como otra cualquiera. Desde entonces la educación pública española es una piltrafa llena de reglamentos, incompetencia, comisarios políticos, demagogos y trepas. Eso tiene una repercusión para la enseñanza: su degradación técnica y moral. Ni se enseña ciencia ni raciocinio ni la objetividad ni se cultiva la memoria ni se fomentan valores éticos valiosos. Sólo se fomenta lo políticamente correcto, las modas al uso de lo bienpensante. Ni los manuales franquistas de buenos modales cayeron nunca tan bajos y por supuestos no fueron tan eficaces en el fomento de la ñoñería y el infantilismo.
         Se convierte así al Instituto en una prolongación de la familia con el consiguiente infantilismo del vulgo. Nadie le pediría a las masas el diagnóstico médico ni una asesoría jurídica, pero parece razonable que sean ellas quienes dirijan la enseñanza a través de los Consejos Escolares y a través de directores y jefes de estudios cómplices y ansiosos por ganarse a su favor a tales sujetos para medrar. A su vez, las APA son organismos infiltrados por malandrines y sindicatos que sólo buscan la promoción social personal de sus dirigentes que sólo se representan a sí mismos y a quienes les gusta jugar con el invento. El APA da rienda suelta a las pasiones del vulgo: la pasión por el aprobado, el proteccionismo del alumno tendente al cretinismo. En suma, la barbarie educativa en manos del vulgo. La enseñanza no tiene nada que ver con la democracia. Es un proceso asimétrico y confidencial entre alumno y profesor y todo lo que sea que terceros intervengan destruye este proceso. Además, como los padres son a la vez juez y parte en todo esto, presionan parcialmente y sin ecuanimidad ni equidad en los Consejos Escolares o a los periodistas analfabetos para despotricar contra los profesores díscolos y que no se ajustan a sus inclinaciones ni les han sabido amaestrar y decir en necio lo que el vulgo pide para sentir gusto.
         Las APA son correas de transmisión de sindicatos y partidos políticos cuando no de oscuros sujetos impresentables o de la canalla de la peor especie. Son un instrumento para neutralizar políticamente a los institutos, para sembrar la intriga y la ineficacia en los institutos y para atacar a los profesores díscolos con la LOGSE y con la demagogia oficial del Movimiento del PSOE o de lo que sea.
         Las APA son el gobierno de la masa, sensible a la adulación, inestable en sus odios  y amores, cobarde y gregaria, apoyada en el número, en el anonimato y en el apoyo de la Inspección y de la Administración cuando no de los partidos políticos oligárquicos que así ejercen el clientelismo amén de la barbarie periodística que echa así carnaza a sus lectores, oyentes o televidentes para vender más y no dudando en mentir y renunciando a una información veraz. El gobierno del cretinismo. No olviden que ningún tonto es bueno.  Las APA no sirven para nada bueno y sí para deteriorar la enseñanza pública. Esto lo he comprobado yo fehacientemente en el IES Butarque de Leganés y en el IES Isidra de Guzmán de Alcalá de Henares.
 
Felipe Giménez, 22 de mayo de 2000.

 

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