El Régimen de 1978 es un
régimen político español surgido de las entrañas mismas del franquismo. Esto
es, han sido los propios franquistas dirigidos y asesorados por los EE.UU. la
CIA mediante, los que han arrumbado el franquismo a partir de 1975. Los EE.UU.
temerosos del comunismo, en plena guerra fría y sufriendo continuas derrotas
entre 1973 y 1980 no estaban dispuestos a consentir que en España se instaurara
un régimen comunista. Creían que el PCE era poderoso y capaz de ganar las
elecciones en una España democrática y para ello se fijaban en lo que pasó en
Portugal entre 1974 y 1975. Resultado de estas consideraciones y de estas
circunstancias fue la elaboración de una Constitución calcada de la alemana de
1949 y de la italiana de 1947. Se optó por un Estado de partidos parlamentario,
lo más corrupto de las formas democráticas. Los partidos se repartirían el
Estado siguiendo cuotas electorales. Entre estos partidos obtuvieron una cuota
de poder mayor que la que se merecían los partidos separatistas. El Régimen de
1978 se configuró pues como una oligarquía de partidos parlamentarios con un
régimen autonómico dialectal. Todos los elementos para demoler España estaban
ya puestos en la Constitución de 1978.
La capa conjuntiva de la
sociedad política española: Oligarquía de partidos, autonomismo, dialectalismo,
liquidación del español. Corralitos lingüísticos para acabar con la nación
española y para beneficiar a las élites regionales. Consenso, virtud de la
oligarquía. Imposición de la ideología progresista antifranquista como
ideología oficial legitimadora del Régimen de 1978.
La capa basal del cuerpo de la
sociedad política española fue liquidada: liquidación de la industria pesada,
liquidación de la minería, privatización de empresas públicas. Todo por el europeísmo:
vulgo, sumisión incondicional a Alemania y a Francia. Paro crónico altísimo
desde entonces en un país sin industria pesada y dedicado al turismo, a la
hostelería, a los servicios.
La capa cortical también
sufrió serias transformaciones: entrada en la OTAN, desaparición del servicio
militar obligatorio, expansión de la ideología antiautoritaria y pacifista,
debilitamiento de las fuerzas armadas. Debilitamiento de la religión católica,
laicismo, anticlericalismo, deísmo, aparición por refluencia de las religiones
primarias y secundarias, introducción del protestantismo y sobre todo del
Islam. Islamofilia del Régimen de 1978. Pactos con los terroristas
secesionistas dialectales vascos.
El Régimen de 1978 ha
desnacionalizado España siguiendo la doctrina negrolegendaria engendrada en el
siglo XVI por los enemigos exteriores de España y asumida por el pueblo español
durante dos siglos: la historia de España es un error. Hay que empezar de cero
siguiendo las doctrinas políticas progresistas europeas, humanistas,
armonistas, animalistas, democráticas, los derechos humanos y el relativismo
moral de una sociedad burguesa de mercado pletórico de bienes y propia de
consumidores satisfechos en el consumo masivo y opulento.
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