miércoles, 27 de abril de 2016

El mito de la izquierda


Recensión de “El mito de la izquierda”.

 

            En 2003 Gustavo Bueno ha publicado el resultado de sus reflexiones y análisis en torno a la izquierda. En 1994, en la revista El Basilisco[1] había elaborado una teoría cromática de la izquierda y la derecha en torno a la distinción entre ética y moral. En 2001, anticipando el libro que pretendemos comentar volvió a abordar el tema.[2]

            Bueno lo formula así el contenido de la tesis fundamental del libro: “mientras cabe reconocer una unidad unívoca, de fondo, a las derechas, en cambio no cabe reconocer una unidad semejante a las izquierdas.”[3] Se puede pues hablar de derecha, pero no de izquierda. La derecha tiene un solo y único proyecto político, mientras que las diversas izquierdas tienen proyectos políticos diferentes y hasta incompatibles, por lo que no cabe hablar de la “unión de la izquierda”. Por tanto, el uso de izquierda de forma unívoca es un uso ideológico. La izquierda considerada en singular, de forma unívoca, es un mito confusionario y oscuro.

            Para los que creemos que la distinción entre izquierda y derecha tuvo su sentido entre 1789 y 1991, lo que el profesor Gustavo Bueno hace es una arqueología política empírico-trascendental[4]. Describe Gustavo Bueno un escenario que fue y que ya no es. Habla de esencias inexistentes. El criterio para distinguir izquierda y derecha es histórico y cuando las condiciones históricas cambian, cambia el sentido de tal distinción. No sólo es mito decir que hay una izquierda y no muchas sino que es un mito mucho más peligroso, engañoso y oscuro el afirmar que todavía hoy en 2003 tiene sentido distinguir entre izquierda y derecha. Hoy quien dice que es de izquierda es como el astrólogo que pretende vendernos que puede adivinar el futuro con sus horóscopos. Oír hablar a un político que afirma que es de izquierdas es como oir a un vidente de esos que tanto aparecen en la televisión basura. El mérito de Gustavo Bueno, por tanto, lo entendemos aquí como el esclarecimiento de algo que tuvo lugar hace tiempo y que extiende sus conclusiones y consecuencias causales hasta nuestro presente (2003) aunque sea de forma ideológica y, por tanto, falsa. Yo creo que hay que ir más lejos y prescindir valientemente de tan simplista distinción que ya ha perdido todo su sentido y toda su utilidad. Sólo hay políticas eutáxicas o no eutáxicas.

            Por lo demás, el propio Gustavo Bueno reconoce paladinamente que “los criterios políticos por los cuales la oposición fue establecida a raíz de la Asamblea Revolucionaria de 1789, tienen que ver con la oposición entre el Antiguo Régimen (trono y altar) y el Nuevo Régimen. La izquierda y la derecha aparecen por tanto en el contexto de la Revolución Francesa.”[5]

            Bueno reconoce al Estado como marco o contexto propio para dibujar la oposición entre izquierda y derecha.

            Distingue Bueno entre izquierdas definidas e izquierdas indefinidas. “las izquierdas definidas son el primer analogazo de la clase generalísima de las izquierdas.”[6] Las izquierdas definidas son las izquierdas políticas por excelencia. Como hemos dicho antes, es el Estado el que las define. Por eso son izquierdas políticas.

            Como la izquierda es un género plotiniano, más bien es necesario utilizar un método genético o genealógico para conocer cuánta izquierdas ha habido.

            La primera generación de izquierdas es la jacobina. Esta desemboca en la dictadura bonapartista. Pasó luego a llamarse radicalismo político. En España podemos destacar a Manuel Azaña Díaz y a los republicanos burgueses. A las izquierdas en España sólo les unía su anticlericalismo y su odio hacia la derecha. Los republicanos burgueses fueron los tontos útiles de los socialistas y de los comunistas.

            La izquierda de la segunda generación es el liberalismo. Esta corriente política ha tenido mejor fortuna histórica. Hoy es una ideología política que está operando con plena eficacia en los países capitalistas avanzados.

            La segunda generación de la izquierda sin embargo, ha sido considerada como derecha.

            La tercera generación de la izquierda es el anarquismo.

            La cuarta generación de la izquierda es el socialismo y la socialdemocracia.

            La quinta generación de la izquierda es el comunismo

            La sexta generación de la izquierda es la izquierda asiática: el maoísmo.

            Según Gustavo Bueno y según también otros teóricos de la ciencia política, en los regímenes democráticos liberales con Estado del Bienestar se produce la ecualización de la izquierda y la derecha. Cada vez los partidos del régimen se parecen más en programas, actitudes y conductas. “La democracia del Estado de Derecho y del Estado de Bienestar ecualiza, como hemos dicho, a las izquierdas y a la derecha, que mantienen esta democracia.”[7]

            Gustavo Bueno dice que para que hubiera diferencias entre izquierda y derecha hoy en 2003 debería haber una “formulación de objetivos políticos concretos, que tuvieran un signo opuesto a los objetivos propios de la derecha, en materia de política real y no meramente administrativa.”[8] Luego, el propio Gustavo Bueno admite que la diferencia entre izquierda y derecha se ha esfumado, porque “todas estas diferencias en el terreno de la administración y de la gestión no pueden tener como objetivo el desarrollo de algún proyecto de izquierda propiamente dicho. Su objetivo es únicamente la consecución del poder ejecutivo y legislativo en las siguientes elecciones.”[9] Vamos, que el único valor que tiene un programa electoral es el de motivar al vulgo. Los programas electorales de izquierdas no tienen ningún valor real para diferenciarlos de los de la derecha. La distinción entre izquierda y derecha sólo tiene un valor sentimental, para motivar al vulgo a votar.

            Pero ¿Es que hay acaso alguna diferencia hoy entre izquierda y derecha? Bueno afirma que la derecha en España defiende la unidad nacional y la izquierda es disgregacionista. Entonces, más que de izquierdas y derechas habría que hablar de políticas eutáxicas, sensatas y de políticas distáxicas o estúpidas. La diferencia es entre sensatez y estupidez.

            Por lo demás, también considero mitológico afirmar que haya una sola derecha. Hay muchas derechas, mejor dicho, hubo. El ejemplo histórico empírico que se puede suministrar para demostrar mi aserto es señalar la pluralidad de las derechas en la Alemania de Weimar entre 1919 y 1934. Los nazis tuvieron que suprimir a los otros partidos conservadores. El alzamiento del 18 de julio en España es el alzamiento de un verdadero frente de las derechas: tradicionalistas, monárquicos alfonsinos, falangistas, católicos, etc. Por lo demás, si la derecha está asociada a la defensa del Antiguo Régimen, a la defensa del trono y del altar, ya no tiene ningún sentido hablar hoy de derecha.

            La pregunta para los que creen en la distinción hoy entre izquierda y derecha es ¿Dónde está la izquierda? También se podría preguntar ¿Dónde está la derecha? Creo que hay que hablar de liberalismo, socialdemocracia, fascismo, etc.  ¿Cuál es la función del libro de Bueno? Es como la escalera de la que habló Wittgenstein: se sube por ella y luego se tira.

 

Felipe Giménez Pérez.

 



[1] “La Ética desde la izquierda”, “El Baslisco, nº 17, 1994, págs. 3-36.
[2] “En torno al concepto de “izquierda política”, nº 29, 2001, págs. 3-28.
[3] “El mito de la izquierda”, Ediciones B, Barcelona, 2003, p. 7.
[4]  Para emplear la denominación que el propio Gustavo Bueno utilizó en “Ensayos Materialistas” (1972) para explicar el que los géneros de materialidad fueran tres y precisamente tres.
[5] “El mito de la izquierda”, op. Cit. P. 35.
[6] “El mito de la izquierda”, op. Cit. P. 155.
[7] “El mito de la izquierda”,op. Cit. P. 273.
[8] “El mito de la izquierda”, op. Cit. P. 275.
[9] “El mito de la izquierda”, op. Cit. P. 275.

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