domingo, 3 de abril de 2016
Cosas del pasado
A partir de 1980 intensifiqué mi lectura de los libros de Gustavo Bueno que tenía disponibles. No conocía a nadie que compartiera mis gustos filosóficos con la excepción del profesor D. Juan Bautista Fuentes Ortega y éste nunca quiso conversar conmigo, conque mis lecturas fueron solitarias y no compartidas con nadie: Ensayos materialistas, El papel de la filosofía, metafísica presocrática, etnología y utopía, Ensayo sobre las categorías de la economía política....El animal divino...Hacia 1988, después de regresar de la RDA y de haber terminado ya mis estudios universitarios filosóficos egresando de la UCM, en 1985, accedí a la condición funcionarial de profesor de filosofía de instituto, condición en la que aún sigo y comencé a impartir filosofía, utilizando para eso lo que yo sabía del materialismo filosófico y contando con el Symploké, el manual materialista de filosofía de primero de bachillerato. Tuve que empezar entonces a sufrir las miserias de la sociedad de las familias, de la inspección y de algunos alumnos bastardos. Así ha venido sucediéndome intermitentemente desde entonces. Y es que el Régimen de 1978 es un régimen en el que la enseñanza se ha corrompido y se ha demolido para mayor bien de demagogos, pedagogos, psicólogos y trepadores y arribistas. Curiosamente, los progres del PSOE y de IU son profesores que después de ensalzar las reformas progresistas han sido los primeros en abandonar la enseñanza en cuanto se les ha brindado la primera oportunidad disponible. Los apuntes elaborados por mí para impartir filosofía adaptada a la mentalidad del vulgo siempre han partido como presupuesto teórico del materialismo filosófico de Gustavo Bueno. En ello sigo y ahí están para corroborarlo los tres libros de filosofía digitales escritos en colaboración con el Dr. D. José Manuel Rodríguez Pardo. Todo siempre por y para instruir a los alumnos y desasnarlos en la medida de lo posible con la oposición de algunos profesores que confunden su progresismo con su ciencia, directores de instituto, oportunistas siempre dispuestos a complacer al vulgo para hacer carrera, sociedad de las familias, lo más pacato, ñoño, sectario y estúpido que quepa concebir y la administración, dispuesta a complacer al vulgo utilizando a los profesores de instituto como carnaza política.
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