Recensión de “El mito de la izquierda”.
En
2003 Gustavo Bueno ha publicado el resultado de sus reflexiones y análisis en
torno a la izquierda. En 1994, en la revista El Basilisco[1] había
elaborado una teoría cromática de la izquierda y la derecha en torno a la
distinción entre ética y moral. En 2001, anticipando el libro que pretendemos
comentar volvió a abordar el tema.[2]
Bueno
lo formula así el contenido de la tesis fundamental del libro: “mientras cabe
reconocer una unidad unívoca, de fondo, a las derechas, en cambio no cabe
reconocer una unidad semejante a las izquierdas.”[3] Se
puede pues hablar de derecha, pero no de izquierda. La derecha tiene un solo y
único proyecto político, mientras que las diversas izquierdas tienen proyectos
políticos diferentes y hasta incompatibles, por lo que no cabe hablar de la
“unión de la izquierda”. Por tanto, el uso de izquierda de forma unívoca es un
uso ideológico. La izquierda considerada en singular, de forma unívoca, es un
mito confusionario y oscuro.
Para
los que creemos que la distinción entre izquierda y derecha tuvo su sentido
entre 1789 y 1991, lo que el profesor Gustavo Bueno hace es una arqueología
política empírico-trascendental[4].
Describe Gustavo Bueno un escenario que fue y que ya no es. Habla de esencias inexistentes.
El criterio para distinguir izquierda y derecha es histórico y cuando las
condiciones históricas cambian, cambia el sentido de tal distinción. No sólo es
mito decir que hay una izquierda y no muchas sino que es un mito mucho más
peligroso, engañoso y oscuro el afirmar que todavía hoy en 2003 tiene sentido
distinguir entre izquierda y derecha. Hoy quien dice que es de izquierda es
como el astrólogo que pretende vendernos que puede adivinar el futuro con sus
horóscopos. Oír hablar a un político que afirma que es de izquierdas es como
oir a un vidente de esos que tanto aparecen en la televisión basura. El mérito
de Gustavo Bueno, por tanto, lo entendemos aquí como el esclarecimiento de algo
que tuvo lugar hace tiempo y que extiende sus conclusiones y consecuencias
causales hasta nuestro presente (2003) aunque sea de forma ideológica y, por
tanto, falsa. Yo creo que hay que ir más lejos y prescindir valientemente de
tan simplista distinción que ya ha perdido todo su sentido y toda su utilidad.
Sólo hay políticas eutáxicas o no eutáxicas.
Por
lo demás, el propio Gustavo Bueno reconoce paladinamente que “los criterios
políticos por los cuales la oposición fue establecida a raíz de la Asamblea
Revolucionaria de 1789, tienen que ver con la oposición entre el Antiguo
Régimen (trono y altar) y el Nuevo Régimen. La izquierda y la derecha aparecen
por tanto en el contexto de la Revolución Francesa.”[5]
Bueno
reconoce al Estado como marco o contexto propio para dibujar la oposición entre
izquierda y derecha.
Distingue
Bueno entre izquierdas definidas e izquierdas indefinidas. “las izquierdas
definidas son el primer analogazo de la clase generalísima de las izquierdas.”[6] Las
izquierdas definidas son las izquierdas políticas por excelencia. Como hemos
dicho antes, es el Estado el que las define. Por eso son izquierdas políticas.
Como
la izquierda es un género plotiniano, más bien es necesario utilizar un método
genético o genealógico para conocer cuánta izquierdas ha habido.
La
primera generación de izquierdas es la jacobina. Esta desemboca en la dictadura
bonapartista. Pasó luego a llamarse radicalismo político. En España podemos
destacar a Manuel Azaña Díaz y a los republicanos burgueses. A las izquierdas
en España sólo les unía su anticlericalismo y su odio hacia la derecha. Los
republicanos burgueses fueron los tontos útiles de los socialistas y de los
comunistas.
La
izquierda de la segunda generación es el liberalismo. Esta corriente política
ha tenido mejor fortuna histórica. Hoy es una ideología política que está
operando con plena eficacia en los países capitalistas avanzados.
La
segunda generación de la izquierda sin embargo, ha sido considerada como
derecha.
La
tercera generación de la izquierda es el anarquismo.
La
cuarta generación de la izquierda es el socialismo y la socialdemocracia.
La
quinta generación de la izquierda es el comunismo
La
sexta generación de la izquierda es la izquierda asiática: el maoísmo.
Según
Gustavo Bueno y según también otros teóricos de la ciencia política, en los
regímenes democráticos liberales con Estado del Bienestar se produce la
ecualización de la izquierda y la derecha. Cada vez los partidos del régimen se
parecen más en programas, actitudes y conductas. “La democracia del Estado de
Derecho y del Estado de Bienestar ecualiza, como hemos dicho, a las izquierdas
y a la derecha, que mantienen esta democracia.”[7]
Gustavo
Bueno dice que para que hubiera diferencias entre izquierda y derecha hoy en
2003 debería haber una “formulación de objetivos políticos concretos, que
tuvieran un signo opuesto a los objetivos propios de la derecha, en materia de
política real y no meramente administrativa.”[8]
Luego, el propio Gustavo Bueno admite que la diferencia entre izquierda y
derecha se ha esfumado, porque “todas estas diferencias en el terreno de la
administración y de la gestión no pueden tener como objetivo el desarrollo de
algún proyecto de izquierda propiamente dicho. Su objetivo es únicamente la
consecución del poder ejecutivo y legislativo en las siguientes elecciones.”[9] Vamos,
que el único valor que tiene un programa electoral es el de motivar al vulgo.
Los programas electorales de izquierdas no tienen ningún valor real para
diferenciarlos de los de la derecha. La distinción entre izquierda y derecha
sólo tiene un valor sentimental, para motivar al vulgo a votar.
Pero
¿Es que hay acaso alguna diferencia hoy entre izquierda y derecha? Bueno afirma
que la derecha en España defiende la unidad nacional y la izquierda es
disgregacionista. Entonces, más que de izquierdas y derechas habría que hablar
de políticas eutáxicas, sensatas y de políticas distáxicas o estúpidas. La
diferencia es entre sensatez y estupidez.
Por
lo demás, también considero mitológico afirmar que haya una sola derecha. Hay
muchas derechas, mejor dicho, hubo. El ejemplo histórico empírico que se puede
suministrar para demostrar mi aserto es señalar la pluralidad de las derechas
en la Alemania de Weimar entre 1919 y 1934. Los nazis tuvieron que suprimir a
los otros partidos conservadores. El alzamiento del 18 de julio en España es el
alzamiento de un verdadero frente de las derechas: tradicionalistas,
monárquicos alfonsinos, falangistas, católicos, etc. Por lo demás, si la
derecha está asociada a la defensa del Antiguo Régimen, a la defensa del trono
y del altar, ya no tiene ningún sentido hablar hoy de derecha.
La
pregunta para los que creen en la distinción hoy entre izquierda y derecha es
¿Dónde está la izquierda? También se podría preguntar ¿Dónde está la derecha?
Creo que hay que hablar de liberalismo, socialdemocracia, fascismo, etc. ¿Cuál es la función del libro de Bueno? Es
como la escalera de la que habló Wittgenstein: se sube por ella y luego se
tira.
Felipe Giménez Pérez.
[4] Para emplear
la denominación que el propio Gustavo Bueno utilizó en “Ensayos Materialistas”
(1972) para explicar el que los géneros de materialidad fueran tres y
precisamente tres.
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