"Que cada uno de los particulares asalariados a
los que esos llaman sofistas...no enseña otra cosa sino los mismos principios
que el vulgo expresa en sus reuniones, y esto es a lo que llaman ciencia. Es lo
mismo que si el guardián de una criatura grande y poderosa se aprendiera bien
sus instintos y humores y supiera por dónde hay que acercársele y por dónde
tocarlo y cuándo está más fiero o más manso, y por qué causas y en qué
ocasiones suele emitir tal o cual voz y cuáles son, en cambio, las que le apaciguan
o irritan cuando las oye a otro; y, una vez enterado de todo ello por la
experiencia de una larga familiaridad, considerase esto como una ciencia, y,
habiendo compuesto una especie de sistema, se dedicara a la enseñanza ignorando
qué hay realmente en esas tendencias y apetitoso de hermoso o de feo, de bueno
o de malo, de justo o de injusto, y emplease todos estos términos con arreglo
al criterio de la gran bestia, llamando bueno a aquello con que ella goza, y
malo lo que a ella molesta". (Rep.
VI, 493 a-c)
Algunos
pensamientos sobre la educación.
Uno de
los temas que la izquierda en estos últimos años ha descuidado desde un punto
de vista ideológico es el tema de la educación. Lejos quedan los días en que
Marx se pasó 20 años leyendo diariamente una montaña de libros en la biblioteca
del British Museum. También quedan lejos los días de los ateneos libertarios y
del obrero autodidacto que se tomaba todo el tiempo libre disponible para leer,
para estudiar, para aprender. Hoy la izquierda se ha idiotizado. Se ha hecho
posmoderna. Ha confundido el "progresismo" con el plebeyismo.
No veo
una seria oposición por parte de la izquierda a ese proceso progresivo de
idiotización de las masas que venimos padeciendo de unos años para acá. La
LOGSE constituye, a mi parecer, el jalón decisivo en ese proceso. Los
sindicatos "de clase" (bueno, son sindicatos amarillos como los
demás) UGT y CC.OO. la han saludado como un progreso. Aparte de que no creo que
un sindicato de la enseñanza se deba preocupar por cuestiones pedagógicas
-zapatero a tus zapatos-, puesto que se deberían preocupar por cuestiones
estrictamente profesionales, cosa en la que nos hacen a los enseñantes a decir
verdad un flaco servicio, creo que su actual actitud de sumisión y de connivencia
con el régimen son algo realmente repulsivo y repugnante. Por otro lado, la
entidad IU{PCE,PASOC,IR, y material de deshecho} también la saluda como un paso
adelante. Adelante hacia el embrutecimiento y la demagogia y a eso se le llama
izquierda. Hemos llegado a una situación tal que los obreros no quieren educar
a sus hijos en serio y apuestan decididamente por una guardería y por picar el
cebo de la demagogia con el aprobado general. ¡Viva el sucedáneo de la
educación!
Decía
el viejo G. Lukacs que educación es llevar la verdadera cultura al pueblo, la
auténtica literatura, la auténtica filosofía, etc. Tal y como están las cosas,
lo que se está enseñando en los institutos es una caricatura de lo que es un
auténtico conocimiento que haga a las personas libres, cultas, críticas. La
LOGSE consagra el actual estado de cosas y apunta hacia su agravamiento. Veamos
su estructura: 1º Educación de 6 a 12 años---un buen entretenimiento de los
niños. Como ahora en EGB /Fabrica de analfabetismo funcional/ 2º E.S.O. Educación
secundaria obligatoria. 12-16 años. Prolongación de la antigua EGB.
Idiotización sistematizada. Promoción automática. 3º Microbachillerato (se pasa
de 4 a 2 años) Todo o casi todo es optativo. Es la ceremonia de la confusión.
Fragmentación. Un poco de todo que es como nada de nada. Dispersión del
conocimiento. Destrucción de las humanidades. Tecnificación instrumental de la
enseñanza. Final de trayecto. Ya tenemos el obrero-masa socializado que carece
de cultura general y sirve para incorporarse a cualquier proceso productivo.
Nada sabe. Es feliz, los dirigentes están contentos, los padres, también. Los
progresistas se felicitan.
El
componente clasista de semejante planteamiento es evidente. Los
proletarios-masa-clase media están satisfechos con semejante labor de
beneficencia y dan su anuencia al sistema a cambio. Los padres participan en
instituciones vacías de poder y de significado (los consejos escolares). Ello
les llena de vanidad, como a los niños una chocolatina. A cambio se adhieren al
bondadoso régimen que estaciona a sus hijos hasta los 18-20 años en los INB.
¡Qué gran progreso!
El
saber hoy día no goza de prestigio social. "no sirve para nada". Es
que el saber no tiene por qué servir para nada. El saber vale por sí mismo
independientemente de cualquier aplicación práctica inmediata. Servir, sólo
sirve ganar dinero. Yo diría que saber sirve para una elemental cosa: no acabar
siendo un pobre gilipollas.
La
izquierda condenó la memoria, la erudición por ser rasgos burgueses de una
enseñanza burguesa. Es que deberíamos precisamente comprender que la burguesía
ha sido una clase culta y deberíamos tomar de nuestro enemigo lo mejor que
tiene: la cultura burguesa con sus aportaciones a la historia de la
civilización. Es asombroso cómo la izquierda se entretiene en gilipolleces
pedagógicas en vez de ir al problema de fondo. Su "democratismo" del
saber es que todos sean igual de ignorantes. Así no habrá competitividad.
Veamos, si hay competitividad en la sociedad burguesa, en la sociedad civil,
lógicamente tendrá que haber competitividad también en el seno de la escuela.
La escuela no puede ser una campana de aire esterilizado, una cama de algodones
para anestesiar al alumno. Hay que dejarse de paternalismos y fomentar la idea
de que nadie nos va a sacar las castañas del fuego, que no hay salvación y de
que cada uno es hijo de sus obras y no esa actual actitud de autocomplacencia
en la que vive la sociedad española, escandalizándose del fracaso escolar y no
escandalizándose del fracaso económico, profesional y vital.
En
consecuencia, la situación, a mi modo de ver, no es como para felicitarse o
estar ufano, sino más bien, todo lo contrario.
Felipe Giménez Pérez, 14-XII-1991
SOBRE LA
DULZURA Y LA DUREZA EN LA ENSEÑANZA.
Se me dice: "Tal vez no tengas
razón y los alumnos son bondadosos y tú eres injusto puesto que la filosofía
harto compleja es". Quién sabe qué es justo o injusto. Una vez leí a
Platón, ese autor de la Antigüedad Clásica (algo que nuestros supremos comandantes
quieren desterrar como sea de las mentes del pueblo y a fe mía que lo están
consiguiendo para regocijo de ellos y para quebranto de los ilustrados) que
escribió el diálogo "Gorgias", el cual nos valdrá para nuestro
propósito ilustrar, y en tal diálogo llega un momento en el que Sócrates afirma
"Me da igual lo que digas, a mí no me confundes, yo sé muy bien lo que
está bien y lo que está mal". Bien, entonces algo parecido debiera yo
replicar a tal objeción.
Siempre se plantea la cuestión de la
blandura y de la dureza y siempre presuponiendo que el profesor blando es
mejor, más dulce, maleable, "progre", humanista, comprensivo, etc. A
mi juicio tal cuestión, -en sus verdaderos términos- se escamotea
sistemáticamente y no sé si por miedo o por ignorancia o por interés. Hoy día
está de moda ser "bueno" y se afirma algo así como la adaptación del
contenido de la enseñanza al continente del entendimiento del alumno. Eso es
como decir que se aceptan de todo punto las posiciones de partida y que nada
hay que hacer ahí. Los esclavos están en el fondo de la caverna mirando las
sombras. La enseñanza ha de ser de sombras puesto que mirar arriba, al sol, los
cegaría indefectiblemente. Creo que la cuestión de la moralidad del profesor
está estrechamente ligada con esto. Se trata de saber si enseñanza de y para la
verdad o enseñanza conservadora del actual statu quo social y
político-ideológico. Si es verdad lo que la LOGSE dice respecto a que no hay
que enseñar tanto contenidos como destrezas y actitudes, respecto a esto último
no se puede decir que estemos enseñando nobles actitudes ante la verdad ni
espíritu crítico ni ansiedad por la emancipación. Más bien percibo en el
alumnado la presencia progresiva de actitudes reaccionarias impresentables. Si
es mejor el laissez faire en la enseñanza, entonces debería también respetarse
el derecho de cátedra de los enseñantes, faceta para la que no hay tantos
miramientos.
No veo qué tiene de malo ser exigente y
preocuparse de la extensión del conocimiento científico y racional. Tenemos que
tomar conciencia de que muchos alumnos no están en el lugar adecuado y que
esclarecerles su situación es pura mayéutica. Cuando la razón práctica y el
imperativo categórico penetren en la enseñanza de este país la seriedad volverá
en el trato a los enseñantes y con ella el respeto y la alta estima. Supongo
que también hacen falta otras condiciones materiales para que ocurra tal
efecto, no soy tan ingenuo como para creer que la conciencia sola por sí se
basta para cambiar el mundo pero he señalado la presencia de una cierta
contradicción entre la crítica que los enseñantes hacen de las condiciones
subjetivas de la enseñanza y su técnica de enseñanza que no incide en el cambio
de tales condiciones.
Tácito Zarco Manjavacas, asnóctonos.
SOBRE
"LA FILOSOFÍA EN LA REFORMA EDUCATIVA".
He
leído la ponencia de Augusto Klappenbach aparecido en la revista
"Paideia" de Octubre-Diciciembre de 1993 y en ella aparecen algunos
extremos que quisiera comentar. Discrepo del tratamiento que hace el autor de
determinadas cuestiones.
Para
empezar, no estoy de acuerdo con el conformismo del autor respecto a la
deplorable situación de la filosofía en el sistema de enseñanza (carece de
sentido hablar de "sistema educativo". Es éste un sintagma
pretencioso y vacuo que nada significa). Necesario es que haya una autocrítica
de todo el colectivo de enseñantes de la filosofía, incluidos los que trabajan
en la Universidad, puesto que ellos también están afectados a medio plazo por
tal demolición. También deberían crearse plataformas críticas para ejercer
presión y no esperar a que algún déspota ilustrado cambie las cosas. Ya
conocemos lo que llegó a decir Platón
Todas
las disciplinas teóricas han de justificarse. El problema es que no pueden
pensar, conocen pero no piensan. Bien es cierto que son racionales, pero su
racionalidad desfallece a la hora de plantearse su significado y su sentido. La
filosofía en cambio, incluye como parte integrante el trámite de su
autoconcepción. Las otras disciplinas teóricas lo son de primer grado. La
filosofía es una reflexión crítica, racional, de segundo grado. Es la filosofía
la que las justifica. De ahí la necesidad de la obligatoriedad de la filosofía
en el bachillerato. La ciencia es absurda sin una reflexión metacientífica.
Es
cierto que el hedonismo barato y la razón instrumental gobiernan la vida de las
sociedades capitalistas monopolistas tardías. La filosofía ha de ejercer un
papel ilustrado, crítico, emancipador, para evitar que la conciencia humana se
llene de ilusiones e ideologías que pueden llegar a ser perjudiciales para la
salud mental y física de los ciudadanos.
Augusto
Klappenbach, muy preocupado por la filosofía moral, olvida que hoy la filosofía
moral cumple el papel de discurso legitimador formal, abstracto, de las
sociedades burguesas. La ética sin ontología se convierte en un mero
bizantinismo escolástico. Recuerda a las discusiones sobre el sexo de los
ángeles que tuvieron los escolásticos españoles en el siglo XVI. Ahora se habla
del neocontractualismo y de la ética dialógica. Nunca analizan el mundo real,
del ser, sólo el del deber ser. Se olvida de la gran importancia que hoy tienen
la ontología (G. Bueno, M. Bunge, etc.) y la filosofía de la ciencia. Toda la
filosofía moral descansa sobre supuestos ontológicos y gnoseológicos. No hay
que sentir vergüenza de hablar de ontología y de gnoseología a los alumnos
La
filosofía en el bachillerato ha de ser por un lado historia de la filosofía
filológica y por otro, filosófica. Hay que informar como primer paso para
conocer la filosofía estrictamente, posteriormente o, algunas veces
simultáneamente, hay que hacer filosofía. Hay que tomar partido, siempre que
nos demos cuenta de lo que piensan los otros y de sus argumentos. Es verdad la
primacía de la razón práctica de la que habló Kant, pero es ésta una primacía
que da por supuesto que hay un uso teórico de la razón. La ética ha de
descansar en una ontología, en una gnoseología. No se puede saber qué es lo que
debemos hacer si no sabemos qué es lo que podemos hacer y esto último es imposible
sin saber qué hay. La filosofía tiene una dimensión dual: es teórica y es
práctica. Los dos aspectos son ineludibles en la enseñanza de la filosofía en
lo poco que nos han dejado en el bachillerato. Felipe
Giménez
¿POR QUÉ NO SOY LOGSIANO?.
La L.O.G.S.E. es una ley orgánica
(término inventado por Franco, por cierto) lo cual significa que es poco menos
que inmutable. Surgió en 1990 en pleno vacío mental e intelectual de la
izquierda. La Derecha (véase, PP) se opuso, claro está que debido a su coherencia
ejemplar, ahora ya no se opone. La LOGSE es una ley del Régimen en
consecuencia. Este régimen bajo el cual vivimos se identifica con tal ley. Ello
hace que sea muy difícil su cambio o enmienda. Los progres saludaron tal ley.
Equivalía a la puesta en práctica de sus ideales antiilustrados. La ley refleja
la ideología del PSOE tendente a la creación de una enseñanza pública
degradada, una enseñanza para pobres, lo cual revela un profundo clasismo y
elitismo social y económico al servicio de los cuales ha puesto el PSOE su
política. Por sus hechos los conoceréis. La práctica posterior de la
Administración ha demostrado mi aserto anterior: hay que crear una enseñanza
para pobres. El pobre, el proletario no debe saber nada, debe ser un obrero
útil y dócil para la industria.
Luego surgieron los currículos o
planes de estudios que reflejan los contenidos a impartir y ahí se ve más
claramente aún si cabe el propósito gubernamental de convertir la enseñanza
pública en una formación profesional generalizada y obligatoria para toda la
población. Se han suprimido todas las asignaturas que implican la reflexión
crítica, la formación de un buen ciudadano. Se busca por parte gubernamental el
fomentar el cultivo de la razón instrumental: conocimiento de los medios, no de
los fines. Sobre los fines no se discute. Los institutos se convierten en
centros de asistencia social y de formación ideológica del obrero-masa
socializado.
Quisiera resumir mis objeciones a
la LOGSE:
1ª Es una ley clasista que favorece como
nunca la enseñanza privada elitista social y económicamente.
2ª Es ley que da como resultado una
enseñanza demagógica, clientelista, embellecedora de la realidad, anestesiadora
de todo espíritu crítico.
3ª Su desarrollo es una catástrofe y
contribuirá a formar analfabetos funcionales contentos y satisfechos.
4ª Fomenta un bellum omnium contra omnes
entre el profesorado.
5ª Desarrolla un conservadurismo radical
ante lo real: adaptación del contenido y la forma al contexto social. Dejar las
cosas como están.
6ª Convierte a los alumnos en niños
inmaduros. Los incapacita para ser autosuficientes e independientes.
7ª Destruye el conocimiento de la
tradición y herencia cultural de Occidente.
8ª No fomenta el conocimiento, sino la
obediencia y la sumisión.
9ª Fomenta el que todas las asignaturas
sean iguales y los profesores intercambiables. Una falta total de seriedad.
10ª Desarrolla como nunca el control
ideológico sobre la enseñanza. Queda suprimida de facto la libertad de cátedra.
El Director se convierte en "los ojos y los oídos del Gran Rey" o
missus Dominici junto con la Inspección. El Instituto queda convertido en el
"Comité de Defensa de la Reforma Educativa" y los disidentes son
perseguidos y marginados sistemáticamente. Se desarrolla el arribismo.
Más cosas se podrían decir sobre
tal aberración intelectual y moral. Otros las han dicho con mayor claridad y
sabiduría que yo. Sólo quisiera decir que nuestra época es esencialmente
trágica para la enseñanza, para la cultura y para la moralidad y que ello tendrá
consecuencias de todo tipo en otros terrenos de la praxis humana. No seamos
complices de la barbarie ni del oscurantismo socialfranquista. Onóctonos.
ORDEN PÚBLICO Y ENSEÑANZA.
Los últimos acontecimientos incívicos. El
ambiente de permanente oprobio, insulto, chulería, insolencia, inmoralidad,
trapacería, marrullería que se padece en este instituto deben servir para
reflexionar sobre algunas concepciones del mundo que se hallan firmemente
establecidas en muchas personas y que por ello precisamente posibilitan la
desintegración de la enseñanza pública, un bien inestimable y con un gran valor
civilizatorio y desasnador.
El rearme moral e ideológico ha
de ser implacable. No podemos tolerar ya más agresiones contra nuestro gremio.
No podemos tolerar que se nos utilice como carne de cañón política para
complacer al vulgo. Somos moneda de cambio para el caciquismo socialfascista.
No es de recibo que unos indocumentados traspasen los límites de la decencia y
de lo tolerable para fusilar o linchar moralmente a un profesor. Ya es hora de
utilizar otro lenguaje, otros contenidos y otra lógica diferente. Nosotros
tenemos razón, la razón. Debemos sostener tales tesis. Dejemos la autocrítica
para otros momentos más apacibles. Ahora es el momento de desfacer estos
entuertos que nos quieren colar siempre.
Ya se acabaron los tiempos de la
tolerancia y la permisividad absolutas mal llamadas "democráticas".
Es la hora de revivir el orden y la disciplina, la racionalidad moral y los
valores cívicos de la dignidad y el respeto hacia la persona. No vendría mal
hacer una propaganda ideológica fuerte a favor de las tesis racionales y en
contra de la demagogia barata que usa la enseñanza como moneda de cambio
política.
La L.O.G.S.E. empeorará tal situación
con toda probabilidad. La presión será insoportable para muchos enseñantes.
Siempre la cantinela demagógica: "Éste, como suspende a muchos, tiene la
culpa". Argumento democrático para gusto de la plebe. El problema es que
muchos profesores ya se lo creen y ello es conceder al enemigo mucha razón,
demasiado.
Es de todo punto inadmisible y
contrario a la más mínima sindéresis moral el consentir actos de vandalismo,
hunismo o visigotismo (Nota erudita: vandalismo, propio de los vándalos de
Genserico, año 455, el peor saqueo de Roma. Hunismo, dícese de hunos, pueblo
asiático y embrutecido, que vivían a caballo, comían carne cruda y bebían
sangre en cráneos. Su jefe Atila fue el terror del mundo civilizado durante
unas décadas. Visigotismo, díces de los visigodos, cuyo jefe Alarico saqueó
Roma en 410. Luego vinieron a Hispania y algunos se instalaron en Cuenca. Tal
vez haya una filiación entre ellos y los cristales rotos del Instituto.) Es
preciso demostrar ahora nuestra decidida intención o voluntad de proscribir
tales actos del Instituto.
Sé muy bien que como decía
Platón, la multitud no es en modo alguno filósofa. Sólo les pido que no
intenten meterse en asuntos que no les conciernen ni entienden por rebasarles
ampliamente sus condiciones de posibilidad intelectual. Digamos que Zapatero a
tus zapatos. Hay que impedir que los profesores sean reos de vejaciones,
injurias e insultos y acusaciones falsas, gratuitas e infundadas.
En fin, hay que sancionar a los
alumnos inmorales, insolentes, infractores de las normas, con la máxima
contundencia. Está en juego el orden público y la paz interna del instituto,
que no es poco.
Doctor Asnóctonos.
2007. UNA
ODISEA EN EL VACÍO.
Año 2007. Se reúne el gabinete del
P.S.O.E. en la Moncloa, donde siguen los de siempre. Tras departir sobre temas
diversos, el Sr. Ministro de Educación de turno pronuncia el siguiente
parlamento:
"Excelencia, yo por mi parte tengo
que darle a Vuesa Merced el siguiente parte de combate. Quiero decir que es una
noticia harto positiva: Se ha cerrado la última facultad de filosofía que
quedaba. Siendo así, la guerra contra la "cultura elitista" ha
terminado victoriosamente por nuestra parte.
Llevamos en nuestro proyecto
"socialista" luchando encarnizadamente desde hace varios lustros contra
la cultura no accesible al pueblo. Luchamos para que todos sean iguales y
cultiven la virtud del consenso. Primero creamos gabinetes psicopedagógicos
para meditar en el ocio y en el retiro espiritual sobre qué enseñanza era la
mejor para el pueblo, puesto que somos un partido popular. Luego, dimos un paso
adelante e inventamos la L.O.D.E., que sirvió para atraernos a la opinión
pública en contra de los "reaccionarios" y "fanáticos".
Falaz elitismo intelectual trasnochado. Más técnica, menos latín, griego,
filosofía y esos ajados saberes críticos innecesarios ante la presencia de
nosotros los "progres", los socialistas, en el gobierno y las
instituciones de este país. Hemos creado una maravillosa red de clientelismo
moral, económico, político, ideológico, etc. Los Consejos Escolares garantizan
la homogeneidad del sistema educativo, la fidelidad a la continuidad o
renovación del proyecto socialista. Se trata de ser flexible y de hacer
participar simbolicamente a las masas en la gestión académica. Es revolucionario
hacer que las masas se aprueben o se suspendan. Así se hacen cómplices y
solidarias de nuestras acciones, por algunos fanáticos tachadas de inmorales,
para mí, el precio necesario de la modernización de un país sometido
secularmente a la derecha cavernícola, agreste y montaraz. Sin embargo, eso no
bastaba. Había que conseguir varios objetivos. 1º Ahorrar dinero y dar un
servicio público gratuito. 2º Suprimir los saberes críticos. 3º Crear un
obrero-masa socializado. 4º Controlar la difusión de saberes inconvenientes e
impopulares. 5º Convertir los Institutos es prolongaciones del Hogar paterno.
6º Satisfacer las ansias populares de éxitos académicos mediante la promoción
automática explícita o implícita. Y 7º Ejercer el clientelismo político con los
padres siguiendo el siguiente esquema: Tú me respetas y me ayudas y yo te
apruebo a tu hijo y hago que sea feliz. Estos objetivos se lograron por la
propia evolución "natural" e inevitable de las cosas y por la
implantación progresiva de la L.O.G.S.E. que introdujo, por primera vez en la
historia, la noción de que se puede aprender sin esfuerzo y con placer,
conciliando la concupiscencia y el intelecto, que para Platón, filósofo de
nefasta influencia en Occidente, permanecían separados. Introdujimos la idea de
educar para ser buenos sin necesidad de ser sabios. Se puede ser tonto y ser
virtuoso, no como dicen los reaccionarios al equiparar el tonto con el
criminal.
Hubo problemas con algunos partidos. El
P.P. se opuso al principio, pero por su interés en ser un partido del sistema y
en granjearse el favor popular, no podía oponerse a ello, a la inexorable
marcha de la historia y cedió. Siendo los profesores de derechas también
apasionados defensores de la L.O.G.S.E. Ya teníamos atrapados a los recalcitrantes.
La victoria era total. Los órganos de prensa divulgaban nuestras ideas y
planteamientos y silenciaban sistemáticamente las vanas opiniones opuestas sin
necesidad de decirles nada. Los sindicatos, muy burocratizados aplaudían el
hecho de que todos los obreros aprobaran. Les encantaba la perpetuación de la
clase obrera y con ello la permanente posibilidad de ejercer su magisterio
espiritual sobre el proletariado, de ejercer su paternidad política y moral
sobre la clase obrera. Hicimos oposiciones al cuerpo de profesores consiguiendo
la masiva entrada de adictos a las nuevas e innovadoras ideas. Los
"progres" dominaban. También los de derechas, absurdamente
despotricaban contra nosotros y sin darse cuenta, realizaban el propósito
inconsciente de la Astucia de la Razón hegeliana. De hecho ejercían de
Logsianos. La derecha despotricaba contra nosotros pero desde la asunción
tácita de nuestros valores pedagógicos. Puedo decirle Excelencia, que los
maestros socialmente conservadores se adhirieron a nuestro proyecto. Fueron
sumisos, lo que ya es mucho, aprobaban a mucha gente. Eso era lo importante. Lo
demás ya no importaba. Nuestra victoria era aplastante. Los recalcitrantes
fueron sometidos a enormes presiones. Se ejercieron todo tipo de acciones para
garantizar al pueblo el derecho a un aprobado en condiciones y para extirpar el
maldito "fracaso escolar". Los institutos y de ello estoy orgulloso,
se han convertido en auténticos "comités de defensa de la revolución
educativa". Sólo unos cuantos fanáticos reaccionarios y retrógrados
afirman que hay que dar conocimientos rigurosos y exactos. ¡Qué ingenuos!
Ignoran que el pueblo prefiere lo práctico, el éxito académico, los resultados
concretos. La multitud no es en modo alguno filósofa decía Platón. Pues
entonces, nadie ha de ser filósofo. Creo que es un buen argumento democrático.
Los saberes odiosos para el pueblo
fueron extinguidos por imperativo revolucionario. El griego fue extirpado de un
sistema educativo que amenazaba la parálisis total. El pueblo no percibía la
utilidad del estudio del aoristo o de Tucídides o del significado de areté y
obedecimos al pueblo, congraciándonos con los padres. Estos padres nos estarán
agradeciendo eternamente lo que hicimos por sus hijos: privarles del estudio de
tales fruslerías. Lo mismo hicimos con el latín. Tampoco era necesario saber
qué significaba dominus, castra-orum, ratio, etc. No era razonable saber quién
era Cicerón y que su nombre significaba "garbanzo". La gente prefiere
comprar garbanzos grandes de La Bañeza. La filosofía no podía ser menos. Los
filósofos españoles la odiaban y además, ya que teníamos tantos filósofos en
nuestras filas no podíamos tener el descuido de criar otros filósofos que
fuesen críticos con nosotros. Para crítica la nuestra. Es ocioso criar nuevos
filósofos que no sean de fiar. Nosotros somos la filosofía. Somos los
"progres". No queda nadie a nuestra izquierda. Comprobamos que el
alumnado despreciaba el razonamiento siguiendo nuestras consignas intelectuales
sin saberlo. Era la generación del socialismo, del proyecto socialista.
Habíamos conseguido una generación de misólogos. No se nos presentaría jamás
otra ocasión igual en la historia de España, así que decidimos aprovechar un
clima tan favorable para la reforma y así se hizo: supresión de la filosofía
primero en un 75% en el segundo año de bachillerato logsiano, luego, supresión
en la selectividad logsiana. El golpe mortal estaba dado. Era ya una
"maría" y así lo percibía el alumnado, que es muy inteligente para la
percepción sensible. Los años hicieron insoportable la presión popular para
conseguir su supresión como saber superfluo e inútil y unos años después
decidimos suprimirla de la enseñanza secundaria. Sin embargo, aún nos quedaba
un bastión por asaltar: la Universidad. Era cuestión de bajas vegetativas,
jubilaciones incentivadas y jubilaciones naturales. En unos años había
matriculados 5 alumnos por curso. La situación era ridícula y comenzó entonces
el progresivo cierre de las facultades de filosofía de este país hasta culminar
en el día de hoy, en el que puedo declarar con orgullo lo siguiente: En el día
de hoy, vencido y desmoralizado y desarmado el ejército retrógrado de
ilustrados intelectualistas en el Bachillerato, en la calle, en la sociedad,
cerradas todas las facultades zánganas de griego, latín y filosofía, extirpados
tan innobles y nocivos saberes para la convivencia y la paz pública, declaro
concluida la aplicación de la reforma educativa y alcanzados los últimos
objetivos: Nadie sabe nada de tales saberes, excepto nosotros que con que
nosotros los sepamos basta. La oposición frontal de los fanáticos y retrógrados
recalcitrantes ha cesado."
Los miembros del Gobierno socialista,
al terminar tal intervención prorrumpieron en estruendosos aplausos y gritaron
palabras tales como "torero, bravo," etc.
Asnóctonos.
ÉRASE UNA VEZ LA ENSEÑANZA.
Érase una vez la enseñanza y vinieron
unos señores llamados "progres" que no eran más que unos borricos e
inventaron la "pedagogía". Érase una vez el sentido común y vinieron
unas malas bestias e inventaron la "comprensión".
Había antes la sana costumbre de
sancionar a los inútiles y de premiar a los eficaces y entonces llegaron los
caciques y colonizaron jurídicamente la enseñanza e inventaron la
"educación". Resultó que la educación no fue en los valores cívicos
de respeto, sentido ético y moral y afán de superación, sino en el sentido
oportunista, comodidad, ser, en resumidas cuentas, unos trepas.
Nuestros institutos se han convertidos
en unos centros residenciales de la "segunda edad" para complacer al
vulgo y a la plebe. Los jóvenes se aniñaron y convirtieron en niñatos, buen
ganado no cualificado para contratos basura de aprendizaje a 27.000 ptas al mes.
Pero nadie les dice la verdad. ¿Es esto la educación? Sí, es la educación
propia de un régimen corrupto y oligárquico en la que se les inculcan valores
repugnantes donde los haya: adoración a la incompetencia, desprecio del saber,
desvergüenza en hacer alarde de inutilidad, mezquindad. Son unos buenos
electores del futuro, o, tal vez, en algunos casos, del presente. En el aula,
en el centro, pueden hacer lo que les plazca, tienen más poder que los
profesores, pues son más. En la democracia, régimen de la opinión, sólo hay
opiniones, todas las opiniones son equivalentes, y, puestos así, sólo valen las
opiniones sostenidas por un mayor número de individuos. ¿Cómo un alumno puede
tener la insolencia de criticar a un profesor cuando él no cumple,no da ni
golpe y es analfabeto funcional perfecto? ¿Cómo personas ajenas a la enseñanza
se permiten opinar, evaluar, juzgar a los enseñantes, siendo así que sólo
defienden el mezquino interés en engañarse a sí mismos y a los demás en la vana
ilusión de aprobar con solo unas manchas de tinta en un impreso oficial? ¿Cómo
es que tales espíritus mezquinos son complacidos por los caciques locales y
centrales con la única intención de complacer y darle gusto al vulgo hablándole
en necio?
Nos podríamos formular éstas y otras
preguntas más crudas tal vez sobre estos asuntos. Ocurre que destinamos más de
20 horas a la semana a la enseñanza y tenemos que soportar esto, algunas veces
alentándolo y favoreciéndolo, que de todo hay en la viña del señor.
Realmente, los valores decadentes que
se enseñan merecen todo mi desprecio. La enseñanza actual es el mundo al revés,
es un atentado contra el más elemental sentido común tanto teórico como
práctico.Todo su contenido ofende a la inteligencia y a la sindéresis moral. No
entiendo cómo podemos intentar enseñar filosofía, física, matemáticas, latín,
griego, historia, biología, a individuos que no saben leer ni escribir. Esto es
realmente absurdo. Más absurdo es que encima protesten y no tan absurdo es que
unos gobernantes corruptos ejerciten su demagogia en una ciénaga tan turbia y
hedorosa. Mi posición es minoritaria, pero aristocrática y verdadera. Sólo
pretendo que la profesión se dignifique y se prestigie y que la enseñanza sea
digna e independiente, como la justicia, sin depender de presiones extraacadémicas.
Que todos los miembros de la comunidad escolar acepten las reglas del juego
consistentes en premiar a los buenos y sancionar a los ineptos y que se acepte
tal veredicto.
Onóctonos.
SOBRE LA ENSEÑANZA Y LOS PROBLEMAS DE ORDEN
PÚBLICO.
El orden público se viene deteriorando
en los institutos de enseñanza media desde hace unos años. De tal manera es
este un asunto importante que el bienestar de la comunidad escolar futura
depende de una solución contundente e implacable de semejante carcinoma maligno.
Una de las peores plagas ideológicas
que este país ha tenido que soportar en el siglo XX es el fenómeno de los
"progres". El progre surgió en los años sesenta y desde entonces no
ha hecho más que extenderse implacablemente. El progre es un animal irracional
que se opone instintivamente a todo lo que huela a derecha, elitismo, cultura,
autoridad, orden, filosofía, tradición, moral, etc. El progre tiene una
determinada y específica representación imaginativa de lo que debe ser y la
aplica convencido sin detenerse a pensar en sus consecuencias, caiga quien
caiga. Es severo con los demás hasta la bruticie. No tanto con él mismo, puesto
que él es progre y se tiene merecido un reposo. Es el reposo del progre de
tantos años en la clandestinidad. Debe disfrutar de las rentas del Estado,
puesto que él se lo ha currado en la clandestinidad. El progre desprecia el
marxismo, puesto que es una "ideología trasnochada". Él es
socialdemócrata, social liberal, lo que se lleve y sea elegante y fino. No es
amigo de convulsiones violentas. Quiere conservar el orden social, ya sea con
jersey de lana, con chupa de pana o con trajes burgueses clásicos.
La fauna progre se encuentra en los
partidos llamados de "izquierda": P.S.O.E. (máxima concentración de
progres) e I.U. (también una considerable dosis de progres). Hay muchos en la
enseñanza (así nos luce el pelo a los enseñantes) y ello ha tenido unas
consecuencias catastróficas. En fin, las burocracias sindicales se pueden
preciar de contar con muchos entre sus filas.
El progre es un animal sin peligro de
extinción. Nuestro sistema político y social, de opacidad extrema, favorece la
floración de semejantes especímenes, que se aclimatan a nuestro decadente mundo
con extraordinaria facilidad.
En la enseñanza, los progres han
barrido todo lo que fuese "orden público". Les sonaba a franquista.
Entregaron a la plebe el poder de decidir las tasas de suspensos y aprobados.
El progre estima que lo que expresa el vulgo en sus reuniones es ciencia y lo
aplica a rajatabla. Decidieron no ilustrar, sino complacer. Para el progre,
democracia es el gobierno de la plebe y lo que a la plebe le complazca tiene
fuerza de ley. Es el argumento democrático: Lo que la mayoría decida es
legítimo y moral. La consecuencia es que los alumnos hacen lo que quieren y
consideran que es legítimo faltar al respeto a los profesores, ser ignorantes y
ufanarse de ello. los profesores progres han destruido la seriedad en la
enseñanza. Ahora todos son "colegas" y procuran parecer jocosos para
no parecer autoritarios ni mandones. Fomentan la indisciplina y la ociosidad y
la molicie. Así, los institutos son fábricas de plebeyos insolentes, groseros,
sumidos en la bruticie y en la burricie. Todo se les disculpa fundándose en su
inmadurez. Sin embargo, se les debe tratar como personas morales. Tienen
derecho a muchas cosas. No entiendo, señores progres cómo se puede tener
derecho a tantas cosas si se reconoce por otro lado la absoluta
irresponsabilidad del alumnado, al cual no se le puede pedir cuentas de nada.
Seamos consecuentes y coherentes.
El día en que un vendaval arrastre toda
la podredumbre que tenemos, ese día aparecerá el vacío. Será un acto de
nihilismo positivo frente al nihilismo pasivo que padecemos. La gente prefiere
ser progre a reconocer que no es nada, que está instalada en el vacío. Alguien
tiene que tirar de la cadena algún día para liberarnos del hedor que padecen
nuestros olfatos, unos acostumbrados o insensibilizados, otros sufrientes con
estoicismo a la espera de tiempos mejores.
Doctor Asnóctonos.
POR UNA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
MATERIALISTA.
Toda posición filosófica es polémica.
Esto es, se opone, piensa frente a una antítesis. Hay un materialismo educativo
y un formalismo o idealismo educativo.
La doctrina del materialismo educativo
afirma que la educación es el proceso de constitución de la persona, siendo
ésta la confluencia y la resultante de una multiplicidad de componentes. No
siendo posible reducir los factores a uno sólo o a varios. La ciencia no puede
formular una teoría coherente de la educación (Ni es ésa su tarea). No hay una
"ciencia de la educación". Tal sintagma es una construcción
ideológica. La pedagogía no es ciencia, sino una yuxtaposición de diversos
saberes (psicología, sociología, etc.) en la que unas veces prima la
sociología, otras la psicología.
La Idea de educación es una Idea
filosófica, trascendental, pues trasciende a las categorías científicas. Así
pues, la filosofía tiene entre una de sus Ideas a la Idea de educación, la cual
está estrechamente relacionada con la Idea de persona y con la Idea de libertad
o de moralidad.
La educación tiene que ver con la
persona. Dependiendo de cómo entendamos el proceso de constitución del hombre
en persona o proceso de personalización, dependerá la Idea de educación que
tengamos. También tiene que ver con la libertad. Hay que fomentar la conquista
de la libertad y hay que reconocer que la coacción forma parte de la libertad
como un requisito indispensable para que haya libertad. También tiene que ver
con la moralidad y la política.
La educación es un proceso social, que
tiene lugar en la sociedad. Existen diversas instituciones sociales que son
educativas a la vez específicamente. Hay instituciones sociales que sólo
tangencialmente son educativas. Entre las instituciones públicas y sociales
está la enseñanza o instrucción pública, la gran novedad introducida en Europa
desde el siglo XVIII. La filosofía de la educación ha de ocuparse 1º de la Idea
de educación, 2º de la educación como proceso social, 3º de la relación entre
las instituciones públicas de enseñanza con el proceso social y político, 4º de
la diferencia entre la educación y la enseñanza, 5º de cómo debe ser el sistema
de instrucción pública.
Aquí sólo nos vamos a ocupar de cómo
organizar las instituciones públicas de instrucción o enseñanza.
Hay que pensar en un sistema nacional
de enseñanza obligatorio (sólo hasta los 12 años) y gratuito (hasta el final).
Habría que establecer una enseñanza primaria elemental de los 4 a los 12 años.
Sería obligatoria y su objetivo sería el saber leer y escribir perfectamente,
de tal manera que no hiciera falta aprender posteriormente. Al final de tal
ciclo habría un examen de Estado realizado por los Institutos de Bachillerato para
seleccionar al alumnado. Luego habría otra etapa desde los 12 a los 18 años que
sería la etapa de BAchillerato. Voy a diseñar los planes de estudios.
1º de Bachillerato.
Asignaturas: Matemática, Física,
Química, Historia Universal, Literatura Universal, Lengua, Dibujo, Educación
Física. Inglés, Francés y/o Alemán. De los 12 a 13 años.
2º de Bachillerato.
Asignaturas: Matemática, Física,
Química, Historia Univeral, Literatura Universal, Lengua, Dibujo, Educación
Física, Música, Inglés, Francés y/o Alemán. De los 13 a los 14 años.
3º de Bachillerato.
Asignaturas: Matemática, Física,
Química, Biología, Historia de España, Literatura Española, Lengua, Filosofía
moral, Educación Física, Música. Inglés, Francés y/o Alemán. De los 14 a los 15
años.
4º de Bachillerato. 2 bachilleratos. 1.
Bachillerato científico: Asignaturas: Matemática, Física, Química, Biología,
Geología, Geografía, Filosofía política. Inglés, Francés y/o Alemán, Educación
física.
2. Bachillerato humanístico:
Asignaturas: Latín, Griego, Historia de Europa, Historia de la filosofía I.
Francés, Inglés y/o Alemán, Filosofía política, Educación física.
Edad. de los 15 a los 16 años.
5º de Bachillerato. 2 bachilleratos. 1.
Bachillerato científico: Asignaturas: Historia de la filosofía I, Matemática,
Física, Química, Biología, Historia universal, Gramática, Retórica. Inglés,
Francés y/o Alemán.
2. Bachillerato humanístico.
Asignaturas: Griego, Latín, Historia de la Filosofía II. Historia de la
literatura. Historia universal, Gramática, Retórica, Inglés, Francés y/o
Alemán.
Edad, de los 16 a los 17 años.
6º de Bachillerato. 2 bachilleratos. 1.
Bachillerato científico. Historia de la filosofía II, Gnoseología, Física,
Química, Matemática, Biología, Historia Contemporánea, Gramática, Retórica, Inglés,
Francés y/o Aleman.
2. Bachillerato humanístico.
Asignaturas: Griego, Latín, Historia de la Filosofía III. Historia de la
literatura española, Gramática, Retórica, Inglés, Francés y/o Alemán.
Edad de los 17 a los 18 años.
Examen de Estado hecho por un tribunal
nombrado al azar, con preguntas orales y escritas, sin derecho a reclamación e
inapelable.
Supresión de consejos escolares.
Disciplinarización de las instituciones de enseñanza. Plenos poderes a cada
profesor. Poderes sancionadores del profesorado. Supresión de los tutores,
guardias, bibliotecas y horas complementarias. Supresión de la figura del
director de nstituto y sustitución de tal institución por un colegio de
profesores elegidos democráticamente por el claustro entre los cuatro profesores
más votados, con un mandato de dos años renovables solo 1 vez.
Supresión de la figura del interino.
Supresión de todos los currículos y presentación simple de una lista de
contenidos. Libertad de cátedra. Supresión de todos los inspectores políticos.
Los inspectores serán por oposición. Última palabra del Seminario en las notas
finales del curso. Expulsión automática de cualquier alumno con más de dos
asignaturas pendientes. Prohibición de repetir curso más de una vez.
Constitución de un sistema de enseñanza
pública voluntaria y gratuita para los alumnos mayores de 12 años que no puedan
entrar en el bachillerato. El abanico de enseñanzas será muy amplio y se
introducirá la idea de la optatividad. Se podrán estudiar las mismas
asignaturas que en el bachillerato, pero no habrá notas. Todos aprobarán. Se
llamará a tal institución: Bachillerato popular. El que termine tal
bachillerato podrá trabajar y tendrá un oficio o dos aprendidos. No podrá
ingresar en la Universidad.
Doctor
Asnóctonos.
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