domingo, 21 de junio de 2020

Recuerdos

Puedo decir orgulloso que he estado enseñando en los institutos materialismo filosófico desde 1988 hasta 2016. Mucho antes que los demás. Punto. Luego se apuntaron otros muy tardíamente. También puedo decir que muchas de mis desventuras habidas en el sistema educativo progresista por mi parte se las debo a mi coherencia y a mi empeño en ejercitar la libertad de cátedra que los progresistas de derecha y de izquierda han cercenado siempre. Nunca han reconocido tal derecho. Sólo les preocupaba el vulgo ignaro, la sociedad idiota de las familias y la corrupta burocracia educativa.

sábado, 13 de junio de 2020

Democracia sin libertad

Cada vez queda más claro que la democracia sin libertad, sin garantías, con censura, es una puta mierda y no vale la pena apostar por ella. Gustavo Bueno finalmente declaraba que por lo menos en la democracia el gobernante no puede ostentar el poder político indefinidamente. Las elecciones periódicas son un freno a la arbitrariedad.
Pues esto es un magro consuelo. La democracia no garantiza la libertad ni la propiedad, ni las garantías judiciales y por supuesto tampoco garantiza la igualdad ante la ley. Esto lo afirmo desde España. El Régimen de 1978 es un régimen democrático parlamentario de partidos en el cual no hay libertad, hay censura, persecución por ideas y creencias y una curiosa unanimidad ideológica digna de los países del socialismo real del Este de Europa a los que por aquel entonces se les reprochaba su falta de pluralismo ideológico e informativo. Ahora voluntariamente, por mecanismos económicos y democráticos hemos abocado al mismo resultado que antaño criticábamos.
En resumidas cuentas si la democracia es esto, la verdad es que no vale la pena porque ni hay libertad ni pluralismo y encima no hay garantías judiciales ni libertad de expresión. Censura en las redes sociales consentida por el Estado democrático y dictadura implacable del progresismo y de sus gilipolleces anejas. La democracia sin libertades carece de legitimidad.

jueves, 4 de junio de 2020

La mala suerte de Gustavo Bueno Martínez

Gustavo Bueno tuvo mala suerte. Nunca se le tributó un homenaje en condiciones correspondientes a sus múltiples méritos teóricos y filosóficos y a su importancia en la historia de la filosofía. Fue un marginado, un solitario con creciente aislamiento con respecto a las instituciones universitarias o académicas y editoriales. Aún hoy estamos ayunos de una edición crítica, rigurosa de sus obras completas. Rábade, Millán Puelles, Ortega, Aranguren, Julián Marías, etc., cuentan con ediciones de sus obras completas en buena presentación editorial pero a Gustavo Bueno le ha caído en suerte que sus herederos no han querido, por la razón que sea, hacer lo mismo con Bueno. Gustavo Bueno está muerto y bien muerto y enterrado y a día de hoy ha caído en el olvido. Sus libros son imposibles de encontrar y no se reeditan. Sus artículos se encuentran en peor situación. No se ha compuesto un volumen con todos sus artículos. La Fundación Gustavo Bueno nada hace al respecto. Gustavo Bueno ha tenido la desgracia de ir siendo progresivamente arrinconado y olvidado. Una mala suerte editorial y una Fundación Gustavo Bueno que no cumple con su propósito fundacional. Gustavo Bueno está muerto, enterrado y olvidado. Esperemos que otras personas e instituciones hagan lo que es debido en un futuro tal vez lejano y que ahora tanta falta hace.

sábado, 30 de mayo de 2020

Situación revolucionaria

Nos hallamos a día de hoy en una situación revolucionaria en España. El Gobierno camina hacia la consolidación de su poder merced a la excepcionalidad de los estados de alarma y hacia el deterioro político e institucional. Está claro que no estamos en una situación normal. Por eso la oposición está haciendo el idiota y está alejada de la realidad y por lo tanto no obra de acuerdo a lo que exige una situación revolucionaria: salvar al Estado tomando conciencia de la gravedad de la situación. Todas las instituciones del Estado están podridas excepto la Jefatura del Estado y los aparatos represivos y las fuerzas armadas. De ahí los ataques continuos que sufren la Guardia Civil y el Rey. Se busca un cambio de régimen político pero no por vía regular, sino por vía irregular, excepcional, por la vía de los hechos consumados. Es un golpe de Estado revolucionario del PSOE-Podemos apoyados por la antiespaña de ETA, Bildu, ERC, etc. Sólo hay dos modos de frenar la deriva revolucionaria acompañada de la bancarrota del Estado y del actual estado de penuria económica del pueblo: la externa: OTAN y UE  y la interna: golpe de Estado por parte de las fuerzas armadas. O bien la revolución progresista-bolivarianista populista o bien la contrarrevolución constitucional. Están provocando continuamente y tensando cada vez más la cuerda. Huida hacia adelante del Gobierno sin moderar los gastos y sin tomar medidas acertadas para salvar al Régimen y al Estado y para garantizar la eutaxia política. Clientelismo nacional inviable económicamente con el subsidio mínimo vital, paro de 8 millones, déficit disparado y reducción drástica del P.I.B. nacional así como de los ingresos fiscales. Pablo Iglesias sabe que sólo puede prosperar en situaciones de excepcionalidad y por ello intenta aprovechar la situación que no se volverá a dar seguramente en muchos años. Se trata de elegir entre el golpe de Estado revolucionario que se está dando ya o el golpe de Estado cotrarrevolucionario  en favor del orden, de la disciplina, del buen sentido. La oposición es impotente y no comprende la situación de excepcionalidad en la que estamos y la catástrofe que se atisba en el horizonte.

lunes, 18 de mayo de 2020

Hay razón para rebelarse

Hay razón para rebelarse, para la desobediencia civil, para la insurrección cuando el pueblo es gobernado por idiotas, incompetentes, inútiles y delincuentes. Este es el caso de España con un gobierno hecho para negociar con los separatistas y concederles todo lo que estos pidieran. Les llegó el coronavirus y no hicieron nada. Bueno, sí, mentir, robar y prohibir. Su gestión ha sido desastrosa. Además ha habido un recorte de libertades públicas necesarias para mantener en el poder al Gobierno, no para combatir la epidemia. La protesta ha surgido espontáneamente y el Gobierno trata de minimizar sus efectos con sus periodistas sicarios, malandrines y espadachines a sueldo para convencer al vulgo de lo maravilloso que son Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Han traído la muerte, el hambre, paro, miseria y arbitrariedad a España. Quieren darle de comer ideología basura progresista al vulgo a ver si lo engañan de nuevo. Habrá estallido social. La situación es crítica, límite. La desobediencia es legítima para derribar gobiernos ilegítimos.

domingo, 17 de mayo de 2020

La muerte de Julio Anguita

Julio Anguita (1941-2020) ha muerto. Era muy bueno, muy honrado pero con ideas absolutamente erróneas que en última instancia eran perjudiciales para el pueblo y para el buen sentido. Entró en el PCE en 1972. Fue alcalde de Córdoba en 1979, diputado autonómico andaluz, diputado nacional, secretario general del PCE y coordinador general de IU. Marxista convencido, luchó contra el PSOE y su corrupción, valga la redundancia. Programa, programa y programa era su doctrina. Que se cumplieran la Constitución y los derechos humanos, solemnes majaderías para cualquier marxista. Gustavo Bueno lo llamaba el Doctor Firme, impasible el ademán. También decía que el PSOE estaba en una orilla y él en otra. Tuvo tres infartos, el tercero lo mató.  Firmó el pacto de Estella con la ETA indicando así su débil patriotismo español siempre dispuesto a ser sacrificado por otras bastardas razones. Se retiró de la vida política en 2000 y en 2002. Como privatus fue maestro y luego gran pensionario de España y apoyó a Podemos como el último recurso de la izquierda: maricones, chochogenéricas, transexuales, lumpemproletariado internacional, ocupas, animalistas, meteorologistas y otras miserables existencias. Un hombre que odia al capital, la empresa privada, la propiedad privada y el mercado libre es un hombre carente de buen sentido. Firmó el pacto de Estella con la ETA, así que perdió el oremus o, más bien, siguió siendo un comunista y por lo tanto, perjudicial para España, esto es, para el pueblo porque uno no entiende en qué puede beneficiar al pueblo el descuartizamiento de España que su partido o coalición perseguía por aquel entonces y todavía ahora. Ahora vaga por el Averno. Era antes comunista que español. Fue enterrado con la bandera comunista. Su Patria no era España sino el comunismo. En su entierro se mostró una vez más el amoralismo de la izquierda: se saltaron cientos de izquierdistas el confinamiento obligatorio, obligatorio para todo el mundo salvo para los militantes de izquierdas. Es la superioridad moral de la izquierda.

viernes, 15 de mayo de 2020

Gustavo Bueno e izquierda y derecha

Gustavo Bueno fue de izquierdas muchos años. No es que lo diga yo, sino que él se declaró marxista, admirador de la URSS, cuatro siglas, cuatro mentiras. y él mismo se declaró de izquierdas. Bien es verdad que criticó al marxismo y quiso ponerlo del revés. Atacó la ridícula metafísica del Diamat soviético y fue compañero de viaje del PCE. Progresivamente se fue distanciando de toda esta pandilla de sofistas y a partir de 1991 tuvo que dejar de admirar a la URSS y certificó su fracaso y derrumbamiento y se hizo cargo de las consecuencias. Fue virando pues hacia la derecha. Nunca militó en ningún partido ni ligó su filosofía a ninguna ideología política. Se enemistó con las izquierdas y pagó por ello las consecuencias. Con su conferencia sobre España en 1998 manifestó su patriotismo insobornable y eso le alejaba de las izquierdas, claro. Llegó a alegrarse de las victorias del PP y a desear su victoria electoral. Criticó al sofista Zapatero y al trilero Pedro Sánchez así como al sofista Pablo Iglesias, a la izquierda cínica, a la izquierda puta. Tarde pero bien rectificó sus errores ideológicos. Descubrió que la izquierda no valía ni un duro como manifestó en su obra posterior a 2000 y frente a Carrillo en la TVE con Sánchez Dragó de presentador. Todos nos equivocamos. Gustavo Bueno dijo una vez que el marxismo no podía morir y se equivocó, la caída del socialismo real equivalía a una verdadera refutación del marxismo. El marxismo murió y ahora es un viejo perro muerto. Sic transit gloria mundi. Gustavo Bueno rectificó pero tarde. Son cosas que pasan.