Marx afirmó que en el siglo XVI la revolución se gestó en el cerebro de un fraile. El marxismo despreciaba el catolicismo y valoraba positivamente el luteranismo y en general, el protestantismo.
Engels escribió una obra sobre la guerra de los campesinos de 1525, una revolución fracasada, al igual que la de 1848. Hasta los años 1950 la investigación de la RDA contemplaba a Lutero como un contrarrevolucionario, lo cual era y es algo estrictamente verdadero. Sin embargo, hacia 1975 proliferaron los trabajos sobre Thomas Müntzer. Es lo que se dió en llamar la Frühbürgerliche Revolution. Se comenzaron a introducir elementos sobreestructurales. De aquella posición que identificaba a la RDA con Thomas Müntzer, de la RDA con Lutero, se pasó a la búsqueda de tradiciones más palpables que conectaran con la Alemania del pueblo, de los trabajadores, en contraste con la otra, tan burguesa.
Muchas de las reivindicaciones revolucionarias de 1523-1525, que jamás pudieron lograrse bajo las condiciones del feudalismo y del capitalismo imperialista, sólo se llevaron a cabo cuando el pueblo alemán fue liberado del fascismo hitleriano por la Unión Soviética en 1945 y como consecuencia de la lucha antifascista en el suelo de la RDA. Con la configuración de la sociedad socialista desarrollada se abre el camino al comunismo, que realizará aquellas osadas aspiraciones de los revolucionarios de 1525 por una sociedad sin clases, sin explotación, sin opresión. Así pensaban los historiadores marxistas de la RDA.
1983, quinto centenario del nacimiento de Lutero. La RDA vincula su figura a la RDA. La RDA legitima su existencia como una continuación de tradiciones que tienen su origen en la figura de Lutero. La RDA se identifica con la reforma luterana. Lutero fue reivindicado como el origen de las reformas de la Iglesia, que expresaban las ansias de transformación de la burguesía y de las reivindicaciones populares, que culminaban con la RDA. Martín Lutero fue reivindicado como un revolucionario progresista, su reforma quedó inscrita en las tradiciones progresistas alemanas, tradiciones que fueron luego asimiladas por la clase obrera alemana y por todo el pueblo. Todo esto culminó con el triunfo del socialismo en la RDA.
Todo esto es historiografía alemana marxista aberrante.
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