martes, 9 de octubre de 2018

El uso práctico de la razón


 


EL USO PRÁCTICO DE LA RAZÓN.

1.Las máximas de la acción y el imperativo categórico

            Querer no es desear. Es decidirse en el transcurso de una acción. Según Kant, tal decisión es moralmente buena solamente si se realiza por mor de cumplir el deber de uno.

Según Kant, el valor moral de las acciones radica "en la máxima de acuerdo con la que se han decidido". "Una máxima es el principio subjetivo de la acción..." es decir, "el principio de acuerdo con el que él debe actuar". Es posible, por supuesto, que la máxima del agente pueda conformarse con la ley moral, así como también que su máxima o máximas sean incompatibles con ella.

            Una máxima  es un principio subjetivo de la acción. es moral si concuerda con la ley moral. La moralidad de una acción no radica en los deseos o intención del agente o en sus consecuencias        Una máxima es moral si concuerda con la ley moral      

Las normas impuestas reciben el nombre de imperativos. Las máximas son principios subjetivos. Los imperativos son objetivos.

            Dentro de los imperativos hay que distinguir entre los hipotéticos y los categóricos. Los hipotéticos tienen la forma de “si…..entonces…..” Son condicionales. Los hay de dos tipos: técnicos o problemáticos (reglas de habilidad) buscan la comodidad. Los imperativos de prudencia asertóricos (reglas de sagacidad) que son útiles para buscar la felicidad. Los imperativos hipotéticos son juicios analíticos a priori porque quien quiere el fin, quiere los medios.

            El imperativo categórico es apodíctico o moral. Es la ley moral. Obliga de modo incondicional. El imperativo categórico es un juicio sintético a priori apodíctico, universal y necesario.

            Así pues, hay que distinguir entre máximas/imperativos. Los imperativos se dividen en dos: Imperativos hipotéticos o preceptos/Imperativos categóricos o Leyes morales.

            El hombre, a diferencia de los seres santos, entenderá el principio formal de moralidad como un imperativo. El imperativo del deber, lo que nos ordena cumplir nuestro deber y cumplirlo por mor del deber, depende, como pronto veremos, de una acción. No nos dice "cumple con tu deber si esto o aquello o a menos que eso...". Es categórico.

 

2. El imperativo categórico.

            El imperativo categórico es el principio formal de la moralidad. La filosofía de Kant es un formalismo moral. Este imperativo admite una diversidad de formulaciones. La primera es "actúa sólo con la máxima que quieras que sea al mismo tiempo una ley universal". También puede formularse de la siguiente manera: "actúa como si la máxima de tu acción llegara a ser, mediante tu voluntad, una ley universal de la naturaleza".

            La aplicación del imperativo categórico a las máximas nos permite trazar una distinción absoluta entre las que son morales y las que no lo son. ¿Cómo se justifica el imperativo categórico de Kant?

            Exige Kant que debe probarse una conexión entre el concepto de "un ser racional en general" y la adopción del imperativo categórico hecha por ese ser.

            Exige, además, que debe probarse que esa conexión es sintética.

            Debe probarse, además, que la conexión es a priori. Se trata de probar que todo ser racional debe estar sometido al imperativo categórico.

            Además, debemos probar que nuestra conexión sintética a priori es una clase especial, la del principio sintético a priori práctico, es decir, una clase que pueda determinar nuestra voluntad independientemente de nuestros deseos e incluso en oposición a ellos.

            Una voluntad sometida al imperativo categórico, obedézcalo o no, no es necesariamente una voluntad racional humana. La voluntad de cualquier ser racional está así sometida al imperativo categórico.

            ¿Cómo puede el imperativo categórico determinar la voluntad? Esta dificultad, afirma Kant, puede superarse. "Suponiendo que exista algo cuya existencia tenga en sí misma valor objetivo, es decir, algo que como un fin en sí mismo pudiera ser la base de determinadas leyes, entonces en ese algo, y sólo en él se hallaría la base de un imperativo categórico o, lo que es lo mismo, de una ley práctica." En otras palabras, si puede mostrarse que existe un fin en sí mismo o un fin independiente de cualquier tipo de deseo, entonces debería ser obligatoria a toda voluntad racional la ley prescrita para la consecución de este fin.

            En este sentido introduce Kant un postulado: "El hombre como todo ser racional existe como fin en sí mismo, no solamente como medio para el uso arbitrario de esta o aquella voluntad, sino que debe considerarse en todas sus acciones...al mismo tiempo como un fin."     

            Cuando Kant dice que el hombre, o todo ser racional, es un fin en sí mismo (un fin absoluto) quiere decir que, en cierto sentido el hombre queda fuera de toda cadena causal y, por lo tanto, fuera de toda jerarquía de medios y fines. El hombre es un ser racional, una persona, un fin en sí mismo.

3. El deber.

            Kant define el deber como la necesidad de una acción por respeto a la ley moral. Si una máxima coincide con el imperativo categórico, entonces la máxima es moral. Pero para que una acción sea moral, debe ejecutarse por mor del deber, por el deber mismo. Es el deber por el deber.

            No basta con que una máxima coincida con el imperativo categórico. Yo debo obrar por mor del deber para que mi acción sea moral. Según esto, las acciones pueden ser 1. Morales, coinciden externa e internamente con la ley moral. Se ejecutan por mor del deber. 2. Amorales, coinciden sólo externamente con la ley moral.. Se ejecutan por otras razones diferentes al mero respeto por la ley moral. 3. Inmorales, están en abierta contradicción con la ley moral interna y externamente.

El deber es la ratio cognoscendi de la libertad y la libertad es la ratio essendi del deber.

4. La autonomía de la voluntad.

            Todo ser racional se encuentra sometido al imperativo categórico. La voluntad de todo ser racional está sometida al imperativo categórico.

            Los seres racionales no sólo están sometidos al imperativo categórico, sino que son también sus creadores. Todo ser racional no sólo está sometido a la ley moral, sino que también es legislador. Llegamos así a la "idea de la voluntad de todo ser racional como una voluntad universalmente legisladora". Ser moralmente autónomo es ser libre. La libertad consiste en regirse uno a sí mismo moralmente por el imperativo categórico. Sólo se es libre si se es autónomo moralmente.  La voluntad o razón práctica no sólo está sometida al imperativo categórico, sino que es el fin mismo de la ley y por lo tanto es legisladora universal del deber. El ser racional actúa determinado por las leyes que su propia voluntad impone.

            Kant califica de heteronomía la suposición de que es la voluntad de un ser racional la que está sometida a leyes o principios morales y no el resultado de su propia legislación en cuanto voluntad racional.

5. Los postulados de la razón práctica.

            La antinomia de la Razón Práctica consiste en la posibilidad o no del enlace entre virtud y felicidad. No hay una conexión analítica entre virtud y felicidad. En el mundo empírico puede perfectamente no darse conexión alguna entre virtud y felicidad. La salida de esta antinomia está en los postulados de la razón práctica, libertad, inmortalidad y Dios.

            Como lo único bueno que hay en el mundo es la buena voluntad y la buena voluntad no es buena por lo que consigue, por sus fines, sino por sí misma, surge la posibilidad entonces como hemos señalado, de que no funcione el cálculo racional de la felicidad y que los más sabios no sean siempre los más felices.

"Estos postulados no son dogmas teóricos, sino presupuestos que tienen necesariamente sólo valor práctico. Consecuentemente no amplían el conocimiento especulativo (teórico), sino que dan a las ideas de la razón práctica en general realidad objetiva (por su relación con lo práctico)..." CRPr. Los postulados de la razón práctica determinan que las ideas de Dios, libertad e inmortalidad tienen "objetos", pero son objetos fenoménicos cuya existencia es garantizada sólo por la aprehensión de la ley moral.

Los tres postulados de la razón práctica son los siguientes:

  1. El hombre es libre.

  2. Dios existe.

  3. El hombre es inmortal.

El postulado de la libertad ha quedado expuesto a propósito de la autonomía de la voluntad.

            He aquí el argumento por el que Kant intenta establecer la conexión entre el imperativo categórico y el postulado de la inmortalidad del hombre: "La adecuación completa de la voluntad con la ley moral es la santidad, una perfección que ningún ser racional es capaz de lograr en ningún momento de su existencia. Dado, sin embargo, que se requiere como algo prácticamente necesario, puede hallarse solamente en un progressus que se sigue hasta la infinitud...Sin embargo, este progreso infinito es posible sólo si suponemos una existencia infinitamente última del mismo ser racional (la cual es llamada la inmortalidad del alma)"

            La idea de Dios no tiene objetividad teórica. La tesis se sigue de forma inconfundible de la posición del idealismo trascendental. Cuando Kant califica de postulado de la razón práctica a la tesis de que "Dios existe", está implicando que la ley moral le da objetividad práctica.

            El argumento ético de la existencia de Dios hace uso de la concepción del sumo bien que implica la moralidad completa y "la felicidad que es igual que aquella". Como seres morales debemos exigir no sólo una situación ideal en la que todos los seres racionales sean santos, sino también otra en la que sus estados anímicos se caractericen por la intensidad y clase de felicidad que merezcan. Lo que debe ser, debe ser posible, pues toda obligación moral implica la libertad (moral) de realizarlo.

"Debemos tratar de promover el sumo bien (que, por lo tanto, ha de ser posible). En consecuencia, debemos postular la existencia de una causa de la naturaleza toda, que sea distinta de la naturaleza y que contenga el fundamento...de la proporcionalidad exacta de la felicidad y la moralidad." CRPr. Kant muestra que Dios, el ideal de la razón pura es esa causa. Su argumento consiste en que el bien supremo no es realizable si Dios no existe...Dado que como él mismo insiste, la posibilidad de realizar el sumo bien implica la posibilidad de que el hombre logre la santidad, el argumento ético de la existencia de Dios está ligado al argumento de la inmortalidad del hombre.

 

 

 

 

 

 

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