miércoles, 23 de marzo de 2016

Escritos del Doctor Asnóctonos

"Que cada uno de los particulares asalariados a los que esos llaman sofistas...no enseña otra cosa sino los mismos principios que el vulgo expresa en sus reuniones, y esto es a lo que llaman ciencia. Es lo mismo que si el guardián de una criatura grande y poderosa se aprendiera bien sus instintos y humores y supiera por dónde hay que acercársele y por dónde tocarlo y cuándo está más fiero o más manso, y por qué causas y en qué ocasiones suele emitir tal o cual voz y cuáles son, en cambio, las que le apaciguan o irritan cuando las oye a otro; y, una vez enterado de todo ello por la experiencia de una larga familiaridad, considerase esto como una ciencia, y, habiendo compuesto una especie de sistema, se dedicara a la enseñanza ignorando qué hay realmente en esas tendencias y apetitoso de hermoso o de feo, de bueno o de malo, de justo o de injusto, y emplease todos estos términos con arreglo al criterio de la gran bestia, llamando bueno a aquello con que ella goza, y malo lo que a ella molesta". (Rep. VI, 493 a-c)
Algunos pensamientos sobre la educación.
         Uno de los temas que la izquierda en estos últimos años ha descuidado desde un punto de vista ideológico es el tema de la educación. Lejos quedan los días en que Marx se pasó 20 años leyendo diariamente una montaña de libros en la biblioteca del British Museum. También quedan lejos los días de los ateneos libertarios y del obrero autodidacto que se tomaba todo el tiempo libre disponible para leer, para estudiar, para aprender. Hoy la izquierda se ha idiotizado. Se ha hecho posmoderna. Ha confundido el "progresismo" con el plebeyismo.
         No veo una seria oposición por parte de la izquierda a ese proceso progresivo de idiotización de las masas que venimos padeciendo de unos años para acá. La LOGSE constituye, a mi parecer, el jalón decisivo en ese proceso. Los sindicatos "de clase" (bueno, son sindicatos amarillos como los demás) UGT y CC.OO. la han saludado como un progreso. Aparte de que no creo que un sindicato de la enseñanza se deba preocupar por cuestiones pedagógicas -zapatero a tus zapatos-, puesto que se deberían preocupar por cuestiones estrictamente profesionales, cosa en la que nos hacen a los enseñantes a decir verdad un flaco servicio, creo que su actual actitud de sumisión y de connivencia con el régimen son algo realmente repulsivo y repugnante. Por otro lado, la entidad IU{PCE,PASOC,IR, y material de deshecho} también la saluda como un paso adelante. Adelante hacia el embrutecimiento y la demagogia y a eso se le llama izquierda. Hemos llegado a una situación tal que los obreros no quieren educar a sus hijos en serio y apuestan decididamente por una guardería y por picar el cebo de la demagogia con el aprobado general. ¡Viva el sucedáneo de la educación!
         Decía el viejo G. Lukacs que educación es llevar la verdadera cultura al pueblo, la auténtica literatura, la auténtica filosofía, etc. Tal y como están las cosas, lo que se está enseñando en los institutos es una caricatura de lo que es un auténtico conocimiento que haga a las personas libres, cultas, críticas. La LOGSE consagra el actual estado de cosas y apunta hacia su agravamiento. Veamos su estructura: 1º Educación de 6 a 12 años---un buen entretenimiento de los niños. Como ahora en EGB /Fabrica de analfabetismo funcional/ 2º E.S.O. Educación secundaria obligatoria. 12-16 años. Prolongación de la antigua EGB. Idiotización sistematizada. Promoción automática. 3º Microbachillerato (se pasa de 4 a 2 años) Todo o casi todo es optativo. Es la ceremonia de la confusión. Fragmentación. Un poco de todo que es como nada de nada. Dispersión del conocimiento. Destrucción de las humanidades. Tecnificación instrumental de la enseñanza. Final de trayecto. Ya tenemos el obrero-masa socializado que carece de cultura general y sirve para incorporarse a cualquier proceso productivo. Nada sabe. Es feliz, los dirigentes están contentos, los padres, también. Los progresistas se felicitan.
         El componente clasista de semejante planteamiento es evidente. Los proletarios-masa-clase media están satisfechos con semejante labor de beneficencia y dan su anuencia al sistema a cambio. Los padres participan en instituciones vacías de poder y de significado (los consejos escolares). Ello les llena de vanidad, como a los niños una chocolatina. A cambio se adhieren al bondadoso régimen que estaciona a sus hijos hasta los 18-20 años en los INB. ¡Qué gran progreso!
         El saber hoy día no goza de prestigio social. "no sirve para nada". Es que el saber no tiene por qué servir para nada. El saber vale por sí mismo independientemente de cualquier aplicación práctica inmediata. Servir, sólo sirve ganar dinero. Yo diría que saber sirve para una elemental cosa: no acabar siendo un pobre gilipollas.
         La izquierda condenó la memoria, la erudición por ser rasgos burgueses de una enseñanza burguesa. Es que deberíamos precisamente comprender que la burguesía ha sido una clase culta y deberíamos tomar de nuestro enemigo lo mejor que tiene: la cultura burguesa con sus aportaciones a la historia de la civilización. Es asombroso cómo la izquierda se entretiene en gilipolleces pedagógicas en vez de ir al problema de fondo. Su "democratismo" del saber es que todos sean igual de ignorantes. Así no habrá competitividad. Veamos, si hay competitividad en la sociedad burguesa, en la sociedad civil, lógicamente tendrá que haber competitividad también en el seno de la escuela. La escuela no puede ser una campana de aire esterilizado, una cama de algodones para anestesiar al alumno. Hay que dejarse de paternalismos y fomentar la idea de que nadie nos va a sacar las castañas del fuego, que no hay salvación y de que cada uno es hijo de sus obras y no esa actual actitud de autocomplacencia en la que vive la sociedad española, escandalizándose del fracaso escolar y no escandalizándose del fracaso económico, profesional y vital.
         En consecuencia, la situación, a mi modo de ver, no es como para felicitarse o estar ufano, sino más bien, todo lo contrario.
Felipe Giménez Pérez, 14-XII-1991



















SOBRE LA DULZURA Y LA DUREZA EN LA ENSEÑANZA.

         Se me dice: "Tal vez no tengas razón y los alumnos son bondadosos y tú eres injusto puesto que la filosofía harto compleja es". Quién sabe qué es justo o injusto. Una vez leí a Platón, ese autor de la Antigüedad Clásica (algo que nuestros supremos comandantes quieren desterrar como sea de las mentes del pueblo y a fe mía que lo están consiguiendo para regocijo de ellos y para quebranto de los ilustrados) que escribió el diálogo "Gorgias", el cual nos valdrá para nuestro propósito ilustrar, y en tal diálogo llega un momento en el que Sócrates afirma "Me da igual lo que digas, a mí no me confundes, yo sé muy bien lo que está bien y lo que está mal". Bien, entonces algo parecido debiera yo replicar a tal objeción.
         Siempre se plantea la cuestión de la blandura y de la dureza y siempre presuponiendo que el profesor blando es mejor, más dulce, maleable, "progre", humanista, comprensivo, etc. A mi juicio tal cuestión, -en sus verdaderos términos- se escamotea sistemáticamente y no sé si por miedo o por ignorancia o por interés. Hoy día está de moda ser "bueno" y se afirma algo así como la adaptación del contenido de la enseñanza al continente del entendimiento del alumno. Eso es como decir que se aceptan de todo punto las posiciones de partida y que nada hay que hacer ahí. Los esclavos están en el fondo de la caverna mirando las sombras. La enseñanza ha de ser de sombras puesto que mirar arriba, al sol, los cegaría indefectiblemente. Creo que la cuestión de la moralidad del profesor está estrechamente ligada con esto. Se trata de saber si enseñanza de y para la verdad o enseñanza conservadora del actual statu quo social y político-ideológico. Si es verdad lo que la LOGSE dice respecto a que no hay que enseñar tanto contenidos como destrezas y actitudes, respecto a esto último no se puede decir que estemos enseñando nobles actitudes ante la verdad ni espíritu crítico ni ansiedad por la emancipación. Más bien percibo en el alumnado la presencia progresiva de actitudes reaccionarias impresentables. Si es mejor el laissez faire en la enseñanza, entonces debería también respetarse el derecho de cátedra de los enseñantes, faceta para la que no hay tantos miramientos.
         No veo qué tiene de malo ser exigente y preocuparse de la extensión del conocimiento científico y racional. Tenemos que tomar conciencia de que muchos alumnos no están en el lugar adecuado y que esclarecerles su situación es pura mayéutica. Cuando la razón práctica y el imperativo categórico penetren en la enseñanza de este país la seriedad volverá en el trato a los enseñantes y con ella el respeto y la alta estima. Supongo que también hacen falta otras condiciones materiales para que ocurra tal efecto, no soy tan ingenuo como para creer que la conciencia sola por sí se basta para cambiar el mundo pero he señalado la presencia de una cierta contradicción entre la crítica que los enseñantes hacen de las condiciones subjetivas de la enseñanza y su técnica de enseñanza que no incide en el cambio de tales condiciones.
         Tácito Zarco Manjavacas, asnóctonos.




SOBRE "LA FILOSOFÍA EN LA REFORMA EDUCATIVA".
         He leído la ponencia de Augusto Klappenbach aparecido en la revista "Paideia" de Octubre-Diciciembre de 1993 y en ella aparecen algunos extremos que quisiera comentar. Discrepo del tratamiento que hace el autor de determinadas cuestiones.
         Para empezar, no estoy de acuerdo con el conformismo del autor respecto a la deplorable situación de la filosofía en el sistema de enseñanza (carece de sentido hablar de "sistema educativo". Es éste un sintagma pretencioso y vacuo que nada significa). Necesario es que haya una autocrítica de todo el colectivo de enseñantes de la filosofía, incluidos los que trabajan en la Universidad, puesto que ellos también están afectados a medio plazo por tal demolición. También deberían crearse plataformas críticas para ejercer presión y no esperar a que algún déspota ilustrado cambie las cosas. Ya conocemos lo que llegó a decir Platón
         Todas las disciplinas teóricas han de justificarse. El problema es que no pueden pensar, conocen pero no piensan. Bien es cierto que son racionales, pero su racionalidad desfallece a la hora de plantearse su significado y su sentido. La filosofía en cambio, incluye como parte integrante el trámite de su autoconcepción. Las otras disciplinas teóricas lo son de primer grado. La filosofía es una reflexión crítica, racional, de segundo grado. Es la filosofía la que las justifica. De ahí la necesidad de la obligatoriedad de la filosofía en el bachillerato. La ciencia es absurda sin una reflexión metacientífica.
         Es cierto que el hedonismo barato y la razón instrumental gobiernan la vida de las sociedades capitalistas monopolistas tardías. La filosofía ha de ejercer un papel ilustrado, crítico, emancipador, para evitar que la conciencia humana se llene de ilusiones e ideologías que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud mental y física de los ciudadanos.
         Augusto Klappenbach, muy preocupado por la filosofía moral, olvida que hoy la filosofía moral cumple el papel de discurso legitimador formal, abstracto, de las sociedades burguesas. La ética sin ontología se convierte en un mero bizantinismo escolástico. Recuerda a las discusiones sobre el sexo de los ángeles que tuvieron los escolásticos españoles en el siglo XVI. Ahora se habla del neocontractualismo y de la ética dialógica. Nunca analizan el mundo real, del ser, sólo el del deber ser. Se olvida de la gran importancia que hoy tienen la ontología (G. Bueno, M. Bunge, etc.) y la filosofía de la ciencia. Toda la filosofía moral descansa sobre supuestos ontológicos y gnoseológicos. No hay que sentir vergüenza de hablar de ontología y de gnoseología a los alumnos
         La filosofía en el bachillerato ha de ser por un lado historia de la filosofía filológica y por otro, filosófica. Hay que informar como primer paso para conocer la filosofía estrictamente, posteriormente o, algunas veces simultáneamente, hay que hacer filosofía. Hay que tomar partido, siempre que nos demos cuenta de lo que piensan los otros y de sus argumentos. Es verdad la primacía de la razón práctica de la que habló Kant, pero es ésta una primacía que da por supuesto que hay un uso teórico de la razón. La ética ha de descansar en una ontología, en una gnoseología. No se puede saber qué es lo que debemos hacer si no sabemos qué es lo que podemos hacer y esto último es imposible sin saber qué hay. La filosofía tiene una dimensión dual: es teórica y es práctica. Los dos aspectos son ineludibles en la enseñanza de la filosofía en lo poco que nos han dejado en el bachillerato. Felipe Giménez

¿POR QUÉ NO SOY LOGSIANO?.
               La L.O.G.S.E. es una ley orgánica (término inventado por Franco, por cierto) lo cual significa que es poco menos que inmutable. Surgió en 1990 en pleno vacío mental e intelectual de la izquierda. La Derecha (véase, PP) se opuso, claro está que debido a su coherencia ejemplar, ahora ya no se opone. La LOGSE es una ley del Régimen en consecuencia. Este régimen bajo el cual vivimos se identifica con tal ley. Ello hace que sea muy difícil su cambio o enmienda. Los progres saludaron tal ley. Equivalía a la puesta en práctica de sus ideales antiilustrados. La ley refleja la ideología del PSOE tendente a la creación de una enseñanza pública degradada, una enseñanza para pobres, lo cual revela un profundo clasismo y elitismo social y económico al servicio de los cuales ha puesto el PSOE su política. Por sus hechos los conoceréis. La práctica posterior de la Administración ha demostrado mi aserto anterior: hay que crear una enseñanza para pobres. El pobre, el proletario no debe saber nada, debe ser un obrero útil y dócil para la industria.
               Luego surgieron los currículos o planes de estudios que reflejan los contenidos a impartir y ahí se ve más claramente aún si cabe el propósito gubernamental de convertir la enseñanza pública en una formación profesional generalizada y obligatoria para toda la población. Se han suprimido todas las asignaturas que implican la reflexión crítica, la formación de un buen ciudadano. Se busca por parte gubernamental el fomentar el cultivo de la razón instrumental: conocimiento de los medios, no de los fines. Sobre los fines no se discute. Los institutos se convierten en centros de asistencia social y de formación ideológica del obrero-masa socializado.
               Quisiera resumir mis objeciones a la LOGSE:
        1ª Es una ley clasista que favorece como nunca la enseñanza privada elitista social y económicamente.
        2ª Es ley que da como resultado una enseñanza demagógica, clientelista, embellecedora de la realidad, anestesiadora de todo espíritu crítico.
        3ª Su desarrollo es una catástrofe y contribuirá a formar analfabetos funcionales contentos y satisfechos.
        4ª Fomenta un bellum omnium contra omnes entre el profesorado.
        5ª Desarrolla un conservadurismo radical ante lo real: adaptación del contenido y la forma al contexto social. Dejar las cosas como están.
        6ª Convierte a los alumnos en niños inmaduros. Los incapacita para ser autosuficientes e independientes.
        7ª Destruye el conocimiento de la tradición y herencia cultural de Occidente.
        8ª No fomenta el conocimiento, sino la obediencia y la sumisión.
        9ª Fomenta el que todas las asignaturas sean iguales y los profesores intercambiables. Una falta total de seriedad.
        10ª Desarrolla como nunca el control ideológico sobre la enseñanza. Queda suprimida de facto la libertad de cátedra. El Director se convierte en "los ojos y los oídos del Gran Rey" o missus Dominici junto con la Inspección. El Instituto queda convertido en el "Comité de Defensa de la Reforma Educativa" y los disidentes son perseguidos y marginados sistemáticamente. Se desarrolla el arribismo.
               Más cosas se podrían decir sobre tal aberración intelectual y moral. Otros las han dicho con mayor claridad y sabiduría que yo. Sólo quisiera decir que nuestra época es esencialmente trágica para la enseñanza, para la cultura y para la moralidad y que ello tendrá consecuencias de todo tipo en otros terrenos de la praxis humana. No seamos complices de la barbarie ni del oscurantismo socialfranquista.            Onóctonos.       
       
ORDEN PÚBLICO Y ENSEÑANZA.
                Los últimos acontecimientos incívicos. El ambiente de permanente oprobio, insulto, chulería, insolencia, inmoralidad, trapacería, marrullería que se padece en este instituto deben servir para reflexionar sobre algunas concepciones del mundo que se hallan firmemente establecidas en muchas personas y que por ello precisamente posibilitan la desintegración de la enseñanza pública, un bien inestimable y con un gran valor civilizatorio y desasnador.
               El rearme moral e ideológico ha de ser implacable. No podemos tolerar ya más agresiones contra nuestro gremio. No podemos tolerar que se nos utilice como carne de cañón política para complacer al vulgo. Somos moneda de cambio para el caciquismo socialfascista. No es de recibo que unos indocumentados traspasen los límites de la decencia y de lo tolerable para fusilar o linchar moralmente a un profesor. Ya es hora de utilizar otro lenguaje, otros contenidos y otra lógica diferente. Nosotros tenemos razón, la razón. Debemos sostener tales tesis. Dejemos la autocrítica para otros momentos más apacibles. Ahora es el momento de desfacer estos entuertos que nos quieren colar siempre.
               Ya se acabaron los tiempos de la tolerancia y la permisividad absolutas mal llamadas "democráticas". Es la hora de revivir el orden y la disciplina, la racionalidad moral y los valores cívicos de la dignidad y el respeto hacia la persona. No vendría mal hacer una propaganda ideológica fuerte a favor de las tesis racionales y en contra de la demagogia barata que usa la enseñanza como moneda de cambio política.
               La L.O.G.S.E. empeorará tal situación con toda probabilidad. La presión será insoportable para muchos enseñantes. Siempre la cantinela demagógica: "Éste, como suspende a muchos, tiene la culpa". Argumento democrático para gusto de la plebe. El problema es que muchos profesores ya se lo creen y ello es conceder al enemigo mucha razón, demasiado.
               Es de todo punto inadmisible y contrario a la más mínima sindéresis moral el consentir actos de vandalismo, hunismo o visigotismo (Nota erudita: vandalismo, propio de los vándalos de Genserico, año 455, el peor saqueo de Roma. Hunismo, dícese de hunos, pueblo asiático y embrutecido, que vivían a caballo, comían carne cruda y bebían sangre en cráneos. Su jefe Atila fue el terror del mundo civilizado durante unas décadas. Visigotismo, díces de los visigodos, cuyo jefe Alarico saqueó Roma en 410. Luego vinieron a Hispania y algunos se instalaron en Cuenca. Tal vez haya una filiación entre ellos y los cristales rotos del Instituto.) Es preciso demostrar ahora nuestra decidida intención o voluntad de proscribir tales actos del Instituto.
               Sé muy bien que como decía Platón, la multitud no es en modo alguno filósofa. Sólo les pido que no intenten meterse en asuntos que no les conciernen ni entienden por rebasarles ampliamente sus condiciones de posibilidad intelectual. Digamos que Zapatero a tus zapatos. Hay que impedir que los profesores sean reos de vejaciones, injurias e insultos y acusaciones falsas, gratuitas e infundadas.
               En fin, hay que sancionar a los alumnos inmorales, insolentes, infractores de las normas, con la máxima contundencia. Está en juego el orden público y la paz interna del instituto, que no es poco.
        Doctor Asnóctonos.
       
2007. UNA ODISEA EN EL VACÍO.
        
         Año 2007. Se reúne el gabinete del P.S.O.E. en la Moncloa, donde siguen los de siempre. Tras departir sobre temas diversos, el Sr. Ministro de Educación de turno pronuncia el siguiente parlamento:
         "Excelencia, yo por mi parte tengo que darle a Vuesa Merced el siguiente parte de combate. Quiero decir que es una noticia harto positiva: Se ha cerrado la última facultad de filosofía que quedaba. Siendo así, la guerra contra la "cultura elitista" ha terminado victoriosamente por nuestra parte.
         Llevamos en nuestro proyecto "socialista" luchando encarnizadamente desde hace varios lustros contra la cultura no accesible al pueblo. Luchamos para que todos sean iguales y cultiven la virtud del consenso. Primero creamos gabinetes psicopedagógicos para meditar en el ocio y en el retiro espiritual sobre qué enseñanza era la mejor para el pueblo, puesto que somos un partido popular. Luego, dimos un paso adelante e inventamos la L.O.D.E., que sirvió para atraernos a la opinión pública en contra de los "reaccionarios" y "fanáticos". Falaz elitismo intelectual trasnochado. Más técnica, menos latín, griego, filosofía y esos ajados saberes críticos innecesarios ante la presencia de nosotros los "progres", los socialistas, en el gobierno y las instituciones de este país. Hemos creado una maravillosa red de clientelismo moral, económico, político, ideológico, etc. Los Consejos Escolares garantizan la homogeneidad del sistema educativo, la fidelidad a la continuidad o renovación del proyecto socialista. Se trata de ser flexible y de hacer participar simbolicamente a las masas en la gestión académica. Es revolucionario hacer que las masas se aprueben o se suspendan. Así se hacen cómplices y solidarias de nuestras acciones, por algunos fanáticos tachadas de inmorales, para mí, el precio necesario de la modernización de un país sometido secularmente a la derecha cavernícola, agreste y montaraz. Sin embargo, eso no bastaba. Había que conseguir varios objetivos. 1º Ahorrar dinero y dar un servicio público gratuito. 2º Suprimir los saberes críticos. 3º Crear un obrero-masa socializado. 4º Controlar la difusión de saberes inconvenientes e impopulares. 5º Convertir los Institutos es prolongaciones del Hogar paterno. 6º Satisfacer las ansias populares de éxitos académicos mediante la promoción automática explícita o implícita. Y 7º Ejercer el clientelismo político con los padres siguiendo el siguiente esquema: Tú me respetas y me ayudas y yo te apruebo a tu hijo y hago que sea feliz. Estos objetivos se lograron por la propia evolución "natural" e inevitable de las cosas y por la implantación progresiva de la L.O.G.S.E. que introdujo, por primera vez en la historia, la noción de que se puede aprender sin esfuerzo y con placer, conciliando la concupiscencia y el intelecto, que para Platón, filósofo de nefasta influencia en Occidente, permanecían separados. Introdujimos la idea de educar para ser buenos sin necesidad de ser sabios. Se puede ser tonto y ser virtuoso, no como dicen los reaccionarios al equiparar el tonto con el criminal.
         Hubo problemas con algunos partidos. El P.P. se opuso al principio, pero por su interés en ser un partido del sistema y en granjearse el favor popular, no podía oponerse a ello, a la inexorable marcha de la historia y cedió. Siendo los profesores de derechas también apasionados defensores de la L.O.G.S.E. Ya teníamos atrapados a los recalcitrantes. La victoria era total. Los órganos de prensa divulgaban nuestras ideas y planteamientos y silenciaban sistemáticamente las vanas opiniones opuestas sin necesidad de decirles nada. Los sindicatos, muy burocratizados aplaudían el hecho de que todos los obreros aprobaran. Les encantaba la perpetuación de la clase obrera y con ello la permanente posibilidad de ejercer su magisterio espiritual sobre el proletariado, de ejercer su paternidad política y moral sobre la clase obrera. Hicimos oposiciones al cuerpo de profesores consiguiendo la masiva entrada de adictos a las nuevas e innovadoras ideas. Los "progres" dominaban. También los de derechas, absurdamente despotricaban contra nosotros y sin darse cuenta, realizaban el propósito inconsciente de la Astucia de la Razón hegeliana. De hecho ejercían de Logsianos. La derecha despotricaba contra nosotros pero desde la asunción tácita de nuestros valores pedagógicos. Puedo decirle Excelencia, que los maestros socialmente conservadores se adhirieron a nuestro proyecto. Fueron sumisos, lo que ya es mucho, aprobaban a mucha gente. Eso era lo importante. Lo demás ya no importaba. Nuestra victoria era aplastante. Los recalcitrantes fueron sometidos a enormes presiones. Se ejercieron todo tipo de acciones para garantizar al pueblo el derecho a un aprobado en condiciones y para extirpar el maldito "fracaso escolar". Los institutos y de ello estoy orgulloso, se han convertido en auténticos "comités de defensa de la revolución educativa". Sólo unos cuantos fanáticos reaccionarios y retrógrados afirman que hay que dar conocimientos rigurosos y exactos. ¡Qué ingenuos! Ignoran que el pueblo prefiere lo práctico, el éxito académico, los resultados concretos. La multitud no es en modo alguno filósofa decía Platón. Pues entonces, nadie ha de ser filósofo. Creo que es un buen argumento democrático.
         Los saberes odiosos para el pueblo fueron extinguidos por imperativo revolucionario. El griego fue extirpado de un sistema educativo que amenazaba la parálisis total. El pueblo no percibía la utilidad del estudio del aoristo o de Tucídides o del significado de areté y obedecimos al pueblo, congraciándonos con los padres. Estos padres nos estarán agradeciendo eternamente lo que hicimos por sus hijos: privarles del estudio de tales fruslerías. Lo mismo hicimos con el latín. Tampoco era necesario saber qué significaba dominus, castra-orum, ratio, etc. No era razonable saber quién era Cicerón y que su nombre significaba "garbanzo". La gente prefiere comprar garbanzos grandes de La Bañeza. La filosofía no podía ser menos. Los filósofos españoles la odiaban y además, ya que teníamos tantos filósofos en nuestras filas no podíamos tener el descuido de criar otros filósofos que fuesen críticos con nosotros. Para crítica la nuestra. Es ocioso criar nuevos filósofos que no sean de fiar. Nosotros somos la filosofía. Somos los "progres". No queda nadie a nuestra izquierda. Comprobamos que el alumnado despreciaba el razonamiento siguiendo nuestras consignas intelectuales sin saberlo. Era la generación del socialismo, del proyecto socialista. Habíamos conseguido una generación de misólogos. No se nos presentaría jamás otra ocasión igual en la historia de España, así que decidimos aprovechar un clima tan favorable para la reforma y así se hizo: supresión de la filosofía primero en un 75% en el segundo año de bachillerato logsiano, luego, supresión en la selectividad logsiana. El golpe mortal estaba dado. Era ya una "maría" y así lo percibía el alumnado, que es muy inteligente para la percepción sensible. Los años hicieron insoportable la presión popular para conseguir su supresión como saber superfluo e inútil y unos años después decidimos suprimirla de la enseñanza secundaria. Sin embargo, aún nos quedaba un bastión por asaltar: la Universidad. Era cuestión de bajas vegetativas, jubilaciones incentivadas y jubilaciones naturales. En unos años había matriculados 5 alumnos por curso. La situación era ridícula y comenzó entonces el progresivo cierre de las facultades de filosofía de este país hasta culminar en el día de hoy, en el que puedo declarar con orgullo lo siguiente: En el día de hoy, vencido y desmoralizado y desarmado el ejército retrógrado de ilustrados intelectualistas en el Bachillerato, en la calle, en la sociedad, cerradas todas las facultades zánganas de griego, latín y filosofía, extirpados tan innobles y nocivos saberes para la convivencia y la paz pública, declaro concluida la aplicación de la reforma educativa y alcanzados los últimos objetivos: Nadie sabe nada de tales saberes, excepto nosotros que con que nosotros los sepamos basta. La oposición frontal de los fanáticos y retrógrados recalcitrantes ha cesado."
         Los miembros del Gobierno socialista, al terminar tal intervención prorrumpieron en estruendosos aplausos y gritaron palabras tales como "torero, bravo," etc.

Asnóctonos.












































































ÉRASE UNA VEZ LA ENSEÑANZA.
         Érase una vez la enseñanza y vinieron unos señores llamados "progres" que no eran más que unos borricos e inventaron la "pedagogía". Érase una vez el sentido común y vinieron unas malas bestias e inventaron la "comprensión".
         Había antes la sana costumbre de sancionar a los inútiles y de premiar a los eficaces y entonces llegaron los caciques y colonizaron jurídicamente la enseñanza e inventaron la "educación". Resultó que la educación no fue en los valores cívicos de respeto, sentido ético y moral y afán de superación, sino en el sentido oportunista, comodidad, ser, en resumidas cuentas, unos trepas.
         Nuestros institutos se han convertidos en unos centros residenciales de la "segunda edad" para complacer al vulgo y a la plebe. Los jóvenes se aniñaron y convirtieron en niñatos, buen ganado no cualificado para contratos basura de aprendizaje a 27.000 ptas al mes. Pero nadie les dice la verdad. ¿Es esto la educación? Sí, es la educación propia de un régimen corrupto y oligárquico en la que se les inculcan valores repugnantes donde los haya: adoración a la incompetencia, desprecio del saber, desvergüenza en hacer alarde de inutilidad, mezquindad. Son unos buenos electores del futuro, o, tal vez, en algunos casos, del presente. En el aula, en el centro, pueden hacer lo que les plazca, tienen más poder que los profesores, pues son más. En la democracia, régimen de la opinión, sólo hay opiniones, todas las opiniones son equivalentes, y, puestos así, sólo valen las opiniones sostenidas por un mayor número de individuos. ¿Cómo un alumno puede tener la insolencia de criticar a un profesor cuando él no cumple,no da ni golpe y es analfabeto funcional perfecto? ¿Cómo personas ajenas a la enseñanza se permiten opinar, evaluar, juzgar a los enseñantes, siendo así que sólo defienden el mezquino interés en engañarse a sí mismos y a los demás en la vana ilusión de aprobar con solo unas manchas de tinta en un impreso oficial? ¿Cómo es que tales espíritus mezquinos son complacidos por los caciques locales y centrales con la única intención de complacer y darle gusto al vulgo hablándole en necio?
         Nos podríamos formular éstas y otras preguntas más crudas tal vez sobre estos asuntos. Ocurre que destinamos más de 20 horas a la semana a la enseñanza y tenemos que soportar esto, algunas veces alentándolo y favoreciéndolo, que de todo hay en la viña del señor.
         Realmente, los valores decadentes que se enseñan merecen todo mi desprecio. La enseñanza actual es el mundo al revés, es un atentado contra el más elemental sentido común tanto teórico como práctico.Todo su contenido ofende a la inteligencia y a la sindéresis moral. No entiendo cómo podemos intentar enseñar filosofía, física, matemáticas, latín, griego, historia, biología, a individuos que no saben leer ni escribir. Esto es realmente absurdo. Más absurdo es que encima protesten y no tan absurdo es que unos gobernantes corruptos ejerciten su demagogia en una ciénaga tan turbia y hedorosa. Mi posición es minoritaria, pero aristocrática y verdadera. Sólo pretendo que la profesión se dignifique y se prestigie y que la enseñanza sea digna e independiente, como la justicia, sin depender de presiones extraacadémicas. Que todos los miembros de la comunidad escolar acepten las reglas del juego consistentes en premiar a los buenos y sancionar a los ineptos y que se acepte tal veredicto.
         Onóctonos.

SOBRE LA ENSEÑANZA Y LOS PROBLEMAS DE ORDEN PÚBLICO.
         El orden público se viene deteriorando en los institutos de enseñanza media desde hace unos años. De tal manera es este un asunto importante que el bienestar de la comunidad escolar futura depende de una solución contundente e implacable de semejante carcinoma maligno.
         Una de las peores plagas ideológicas que este país ha tenido que soportar en el siglo XX es el fenómeno de los "progres". El progre surgió en los años sesenta y desde entonces no ha hecho más que extenderse implacablemente. El progre es un animal irracional que se opone instintivamente a todo lo que huela a derecha, elitismo, cultura, autoridad, orden, filosofía, tradición, moral, etc. El progre tiene una determinada y específica representación imaginativa de lo que debe ser y la aplica convencido sin detenerse a pensar en sus consecuencias, caiga quien caiga. Es severo con los demás hasta la bruticie. No tanto con él mismo, puesto que él es progre y se tiene merecido un reposo. Es el reposo del progre de tantos años en la clandestinidad. Debe disfrutar de las rentas del Estado, puesto que él se lo ha currado en la clandestinidad. El progre desprecia el marxismo, puesto que es una "ideología trasnochada". Él es socialdemócrata, social liberal, lo que se lleve y sea elegante y fino. No es amigo de convulsiones violentas. Quiere conservar el orden social, ya sea con jersey de lana, con chupa de pana o con trajes burgueses clásicos.
         La fauna progre se encuentra en los partidos llamados de "izquierda": P.S.O.E. (máxima concentración de progres) e I.U. (también una considerable dosis de progres). Hay muchos en la enseñanza (así nos luce el pelo a los enseñantes) y ello ha tenido unas consecuencias catastróficas. En fin, las burocracias sindicales se pueden preciar de contar con muchos entre sus filas.
         El progre es un animal sin peligro de extinción. Nuestro sistema político y social, de opacidad extrema, favorece la floración de semejantes especímenes, que se aclimatan a nuestro decadente mundo con extraordinaria facilidad.
         En la enseñanza, los progres han barrido todo lo que fuese "orden público". Les sonaba a franquista. Entregaron a la plebe el poder de decidir las tasas de suspensos y aprobados. El progre estima que lo que expresa el vulgo en sus reuniones es ciencia y lo aplica a rajatabla. Decidieron no ilustrar, sino complacer. Para el progre, democracia es el gobierno de la plebe y lo que a la plebe le complazca tiene fuerza de ley. Es el argumento democrático: Lo que la mayoría decida es legítimo y moral. La consecuencia es que los alumnos hacen lo que quieren y consideran que es legítimo faltar al respeto a los profesores, ser ignorantes y ufanarse de ello. los profesores progres han destruido la seriedad en la enseñanza. Ahora todos son "colegas" y procuran parecer jocosos para no parecer autoritarios ni mandones. Fomentan la indisciplina y la ociosidad y la molicie. Así, los institutos son fábricas de plebeyos insolentes, groseros, sumidos en la bruticie y en la burricie. Todo se les disculpa fundándose en su inmadurez. Sin embargo, se les debe tratar como personas morales. Tienen derecho a muchas cosas. No entiendo, señores progres cómo se puede tener derecho a tantas cosas si se reconoce por otro lado la absoluta irresponsabilidad del alumnado, al cual no se le puede pedir cuentas de nada. Seamos consecuentes y coherentes.
         El día en que un vendaval arrastre toda la podredumbre que tenemos, ese día aparecerá el vacío. Será un acto de nihilismo positivo frente al nihilismo pasivo que padecemos. La gente prefiere ser progre a reconocer que no es nada, que está instalada en el vacío. Alguien tiene que tirar de la cadena algún día para liberarnos del hedor que padecen nuestros olfatos, unos acostumbrados o insensibilizados, otros sufrientes con estoicismo a la espera de tiempos mejores.
          Doctor Asnóctonos.





















































POR UNA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN MATERIALISTA.
         Toda posición filosófica es polémica. Esto es, se opone, piensa frente a una antítesis. Hay un materialismo educativo y un formalismo o idealismo educativo.
         La doctrina del materialismo educativo afirma que la educación es el proceso de constitución de la persona, siendo ésta la confluencia y la resultante de una multiplicidad de componentes. No siendo posible reducir los factores a uno sólo o a varios. La ciencia no puede formular una teoría coherente de la educación (Ni es ésa su tarea). No hay una "ciencia de la educación". Tal sintagma es una construcción ideológica. La pedagogía no es ciencia, sino una yuxtaposición de diversos saberes (psicología, sociología, etc.) en la que unas veces prima la sociología, otras la psicología.
         La Idea de educación es una Idea filosófica, trascendental, pues trasciende a las categorías científicas. Así pues, la filosofía tiene entre una de sus Ideas a la Idea de educación, la cual está estrechamente relacionada con la Idea de persona y con la Idea de libertad o de moralidad.
         La educación tiene que ver con la persona. Dependiendo de cómo entendamos el proceso de constitución del hombre en persona o proceso de personalización, dependerá la Idea de educación que tengamos. También tiene que ver con la libertad. Hay que fomentar la conquista de la libertad y hay que reconocer que la coacción forma parte de la libertad como un requisito indispensable para que haya libertad. También tiene que ver con la moralidad y la política.
         La educación es un proceso social, que tiene lugar en la sociedad. Existen diversas instituciones sociales que son educativas a la vez específicamente. Hay instituciones sociales que sólo tangencialmente son educativas. Entre las instituciones públicas y sociales está la enseñanza o instrucción pública, la gran novedad introducida en Europa desde el siglo XVIII. La filosofía de la educación ha de ocuparse 1º de la Idea de educación, 2º de la educación como proceso social, 3º de la relación entre las instituciones públicas de enseñanza con el proceso social y político, 4º de la diferencia entre la educación y la enseñanza, 5º de cómo debe ser el sistema de instrucción pública.
         Aquí sólo nos vamos a ocupar de cómo organizar las instituciones públicas de instrucción o enseñanza.
         Hay que pensar en un sistema nacional de enseñanza obligatorio (sólo hasta los 12 años) y gratuito (hasta el final). Habría que establecer una enseñanza primaria elemental de los 4 a los 12 años. Sería obligatoria y su objetivo sería el saber leer y escribir perfectamente, de tal manera que no hiciera falta aprender posteriormente. Al final de tal ciclo habría un examen de Estado realizado por los Institutos de Bachillerato para seleccionar al alumnado. Luego habría otra etapa desde los 12 a los 18 años que sería la etapa de BAchillerato. Voy a diseñar los planes de estudios.
         1º de Bachillerato.
         Asignaturas: Matemática, Física, Química, Historia Universal, Literatura Universal, Lengua, Dibujo, Educación Física. Inglés, Francés y/o Alemán. De los 12 a 13 años.
         2º de Bachillerato.
         Asignaturas: Matemática, Física, Química, Historia Univeral, Literatura Universal, Lengua, Dibujo, Educación Física, Música, Inglés, Francés y/o Alemán. De los 13 a los 14 años.
         3º de Bachillerato.
         Asignaturas: Matemática, Física, Química, Biología, Historia de España, Literatura Española, Lengua, Filosofía moral, Educación Física, Música. Inglés, Francés y/o Alemán. De los 14 a los 15 años.
         4º de Bachillerato. 2 bachilleratos. 1. Bachillerato científico: Asignaturas: Matemática, Física, Química, Biología, Geología, Geografía, Filosofía política. Inglés, Francés y/o Alemán, Educación física.
         2. Bachillerato humanístico: Asignaturas: Latín, Griego, Historia de Europa, Historia de la filosofía I. Francés, Inglés y/o Alemán, Filosofía política, Educación física.
         Edad. de los 15 a los 16 años.
         5º de Bachillerato. 2 bachilleratos. 1. Bachillerato científico: Asignaturas: Historia de la filosofía I, Matemática, Física, Química, Biología, Historia universal, Gramática, Retórica. Inglés, Francés y/o Alemán.
         2. Bachillerato humanístico. Asignaturas: Griego, Latín, Historia de la Filosofía II. Historia de la literatura. Historia universal, Gramática, Retórica, Inglés, Francés y/o Alemán.
         Edad, de los 16 a los 17 años.
         6º de Bachillerato. 2 bachilleratos. 1. Bachillerato científico. Historia de la filosofía II, Gnoseología, Física, Química, Matemática, Biología, Historia Contemporánea, Gramática, Retórica, Inglés, Francés y/o Aleman.
         2. Bachillerato humanístico. Asignaturas: Griego, Latín, Historia de la Filosofía III. Historia de la literatura española, Gramática, Retórica, Inglés, Francés y/o Alemán.
         Edad de los 17 a los 18 años.
         Examen de Estado hecho por un tribunal nombrado al azar, con preguntas orales y escritas, sin derecho a reclamación e inapelable.
         Supresión de consejos escolares. Disciplinarización de las instituciones de enseñanza. Plenos poderes a cada profesor. Poderes sancionadores del profesorado. Supresión de los tutores, guardias, bibliotecas y horas complementarias. Supresión de la figura del director de nstituto y sustitución de tal institución por un colegio de profesores elegidos democráticamente por el claustro entre los cuatro profesores más votados, con un mandato de dos años renovables solo 1 vez.
         Supresión de la figura del interino. Supresión de todos los currículos y presentación simple de una lista de contenidos. Libertad de cátedra. Supresión de todos los inspectores políticos. Los inspectores serán por oposición. Última palabra del Seminario en las notas finales del curso. Expulsión automática de cualquier alumno con más de dos asignaturas pendientes. Prohibición de repetir curso más de una vez.
         Constitución de un sistema de enseñanza pública voluntaria y gratuita para los alumnos mayores de 12 años que no puedan entrar en el bachillerato. El abanico de enseñanzas será muy amplio y se introducirá la idea de la optatividad. Se podrán estudiar las mismas asignaturas que en el bachillerato, pero no habrá notas. Todos aprobarán. Se llamará a tal institución: Bachillerato popular. El que termine tal bachillerato podrá trabajar y tendrá un oficio o dos aprendidos. No podrá ingresar en la Universidad.
Doctor Asnóctonos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario