Resulta evidente que el capitalismo tiene una veta antinatalista o como Raúl Fernández Vítores señala, una tendencia tanatopolítica. Las máquinas desplazan continuamente el trabajo humano y el paro se hace cada vez más abundante y más crónico. En resumen, sobra población. También he leído comentarios similares en mi amigo Zarpax, José María Rodríguez Vega y en el escritor Juan Manuel de Prada a propósito de los derechos de bragueta. La tanatopolítica no sólo estaría representada por los nazis alemanes en su pretensión simple, directa y contundente de eliminar a los inservibles, locos, marginales, lisiados, judíos, enfermos incurables, etc, para garantizar la pervivencia y la sostenibilidad del Estado social o del Bienestar alemán ario, la tendencia eugenésica proviene de los países protestantes del Norte de Europa a partir de Galton, primo de Darwin.
Se nos ocurre que la eugenesia, la eutanasia, el aborto, la disolución del matrimonio y de la familia, el fomento de la homosexualidad, del animalismo, de las tendencias hedonistas e individualistas configuran los dispositivos tanatopolíticos para reducir la población amén de por otros motivos emic y etic que favorecen el desarrollo de las fuerzas productivas y el tener una mayor disponibilidad de la mano de obra.
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