El peor crimen político contra el Estado, contra la Nación y contra la Patria es la sedición para obtener la secesión de una parte del suelo patrio. En el límite sólo puede ser sancionado adecuadamente con la muerte, con la ejecución capital. Ahora con las modas democráticas, socialdemócratas del Estado plutocrático pletórico de bienes se opta por no conceder tanta importancia a semejante crimen político. A lo mejor es porque los secesionistas de nuestra época además de malnacidos por traidores, son idiotas y cretinos, unos débiles mentales. Gustavo Bueno ya nos dijo que el nacionalismo fraccionario se funda en la mentira histórica y que primero se da el deseo y propósito de lograr la secesión y luego surge la leyenda, el mito dialectal e histórico para justificar ante el vulgo ignorante la secesión. En el Régimen de 1978, un régimen antinacional, antiespañol se consiente toda esta infamia de tener autonomías, privilegios fiscales y dialectales amén de partidos separatistas.
Cataluña está dominada por los separatistas dialectales merced a la pasividad política de los gobiernos españoles. Finalmente, desde 2012 Cataluña vive en rebeldía abierta y permanente no sancionada aún de manera conveniente y contundente. Por eso la pantomima se prolonga. Pantomima, peligrosa, sedición posmoderna y progre pero peligrosa en última instancia en cuanto grandes potencias extranjeras decidan involucrarse a fondo en estos asuntos tan graves.
Los secesionistas son delincuentes por buscar la destrucción y el desmembramiento del Estado del que son súbditos, por ello son malnacidos y son cretinos porque sus argumentos son camelos propios de tontos de baba y porque no hay tonto bueno. Seguirán cometiendo delitos mientras se les permita cometerlos. No sabemos qué nos depara el futuro. Ójala España y el buen sentido triunfen.
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