jueves, 15 de marzo de 2012

Causalidad final

La causalidad final o teleología fue pensada filosóficamente por vez primera por Platón en el Fedón cuando Sócrates afirma que es absurdo pensar que él está en la cárcel debido a la estructura de sus huesos y de sus músculos y tendones. Tales elementos son condiciones objetivas necesarias, pero no suficientes para explicar por qué Sócrates está en la cárcel. Sócrates está en la cárcel por un propósito o un deseo humano, por una razón no física, sino moral, penal. Ha sido condenado a beber la cicuta y en la cárcel está esperando la ejecución de la condena. La causa no es física entonces, sino inteligible. Está para ser ejecutado. Esa será llamada causa final por Aristóteles. El universo está organizado por el Demiurgo siguiendo unas causas ejemplares, que son las Ideas según Platón. Aristóteles establece que hay cuatro explicaciones posibles de los hechos: 1. La causa material, es la hyle, la materia, pasiva y posibilitadora de cualquier forma, irracional, ininteligible, pero necesaria. 2. La causa formal, es el  eidos de la cosa es la forma de la cosa la que hace que la cosa se mueva hacia sí misma. 3. La causa eficiente, es el disparador de la acción o del proceso de cambio. 4. La causa final, la hou heneká, el para qué. En el fondo, está por una parte la materia y por otro la forma. La forma se expresa alternativamente o simultáneamente como eidos, causación y finalidad. La causa final es la más importante y las demás están en función del télos de la cosa. La forma es la causa en el sentido de que es aquello en atención a lo cual se produce el cambio natural de la cosa en tanto y cuanto es un ser que posee en sí mismo el principio de movimiento y reposo, generación y corrupción. Todo ser natural tiene en sí mismo su telos propio al que tiende la cosa. La cosa tiende a realizar su forma propia, su propio telos. Esta causa final es inconsciente e inmanente a la physis. Todo lo que hace la naturaleza lo hace con vistas a un fin. La naturaleza opera con propósito, pero no tiene conciencia, no es una persona. La forma es un impulso hacia un fin. La forma es causa final o tendencia hacia la realización plena del ser inherente en todo objeto natural y se identifica con la materia, que no es lo contrario a la forma, sino algo cuya naturaleza esencial es desear y tratar de alcanzar lo bueno, divino y deseable, el bien. La materia anhela la forma, tender a la forma porque la forma de alguna manera ya está presente previamente, potencialmente en el ser natural.

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