jueves, 21 de septiembre de 2023

¿Qué fue el absolutismo?

¿Qué fue el absolutismo? Las invasiones bárbaras del siglo V destruyeron el Imperio Romano de Occidente. Debilitaron al poder político, al Estado. El poder político quedó privatizado y pasó a ser considerado como una propiedad privada de particulares, de individuos. El político es un propietario del cargo y de la autoridad, de la potestas y de la auctoritas. Este debilitamiento/privatización del poder público acabó destruyendo el Estado. Fragmentación territorial, fragmentación política. El feudalismo, es una poliarquía. Los dominios señoriales se convirtieron en pequeños Estados dentro del Estado. Hay una orientación básica predominante que tiende a ver en el absolutismo el paso previo y decisivo hacia la realidad moderna del Estado. La soberanía absoluta del príncipe contribuye a la edificación de un poder público estatal similar en potencia y en fuerza al poder político del mundo romano. Algunos teóricos o historiadores subrayan que el Estado de Luis XIV no fue en realidad un Estado moderno centralizado perfecto y exclusivamente moderno. Existen pues elementos tradicionales en los Estados absolutistas. Entonces aparecen varias cuestiones en todo este asunto: 1ª Qué cosa sea el absolutismo. 2º ¿Cuál es la época del absolutismo? 3º Si el absolutismo es un Estado en transición capitalista o si es un Estado feudal y tradicional del Antiguo Régimen. Sobre estos asuntos polemizaron los marxistas Nikos Poulantzas y Perry Anderson. Para empezar, Roland Mousnier cuando quiere estudiar el tema de la monarquía absoluta establece un período entre el siglo V y el siglo XIX. La monarquía absoluta va surgiendo sin rupturas, sin solución de continuidad. El poder público se privatiza, se pulveriza con las invasiones bárbaras y se va reconstituyendo en un largo y lento período de tiempo de manera paulatina. Hay pues una lenta transición del siglo V al siglo XIX, cuando desaparece el Antiguo Régimen. Según Roland Mousnier lo que caracteriza a la monarquía absoluta es la decisión personal y efectiva del rey. Nicos Poulantzas afirma que en el Estado absolutista se adelanta la propiedad sobre las condiciones de trabajo. Es un Estado capitalista. La autonomía relativa de lo político, del Estado absolutista permite hablar de eso al igual que ocurre en la fase del capitalismo desarrollado al poderse hablar en esta última etapa de la autonomía del Estado. Este estado primero absolutista y luego capitalista es lo que realiza la transición del modo de producción feudal al nuevo modo de producción capitalista.. El Estado permanece autónomo primero respecto de la nobleza y luego respecto de la burguesía. Según Nicos Poulantzas el Estado absolutista es un Estado en transición del feudalismo al capitalismo. El corte entre el Estado feudal y el estado burgués o capitalista está en el momento en el que aparece el Estado absolutista. El Estado absolutista presenta ya características que permiten verlo desde un punto de vista tipológico como perteneciente al tipo capitalista de Estado –aunque presenta aún numerosas características del tipo feudal de Estado- mientras que el período de transición se caracteriza por el no-predominio “consolidado” del modo de producción capitalista. La transición del feudalismo al capitalismo parece estar caracterizada por una no-correspondencia entre la superestructura política y la instancia económica. El Estado absolutista de transición tiene características importantes del tipo capitalista de Estado, indicadoras del corte con el Estado feudal, presencia específica en el Estado absolutista del tipo capitalista de Estado. El Estado absolutista es ya un Estado capitalista. El Estado absolutista se caracteriza por el hecho de que el titular del poder estatal, por lo general un monarca, concentra en sus manos un poder incontrolable por las restantes instituciones y cuyo ejercicio no es restringido por ninguna ley limitativa ya sea una ley de orden positivo o de orden natural divino. El titular del poder político es legibus solutus. Al contrario que el tipo de Estado feudal, en el que el poder político está limitado a la vez por la ley divina –pues se considera al Estado como la manifestación del orden cósmico divino- y por los privilegios y poderes de los señores feudales. El Estado feudal es una poliarquía. El Estado absolutista aparece como un Estado fuertemente centralizad. Es la soberanía del Estado. Hay un dominio institucionalizado exclusivo y único, propiamente público sobre un conjunto territorial-nacional y el ejercicio efectivo del poder central sin las restricciones extrapolíticas de orden jurídico, eclesiástico o moral que caracteriza al Estado feudal. El carácter fundamental del Estado absolutista consiste en representar la unidad propiamente política de un poder centralizado sobre un conjunto nacional. El monopolio legítimo de la violencia sobre un territorio a decir de Max Weber. El Estado absolutista presenta, pues, una autonomía respecto de la instancia económica. En cambio para el historiador británico Perry Anderson, el absolutismo fue un aparato reorganizador y potenciador de la dominación feudal. Anderson le niega al absolutismo cualquier papel de arbitraje entre la burguesía y la nobleza. En el Estado absolutista, el gobernante (monarca), se considera la autoridad máxima, por encima de todas las leyes. La expresión del derecho romano "princeps legibus solutus", de la que deriva ese uso de los términos absoluto y absolutismo, se aplica en el sentido de que el gobernante no está sujeto a la ley y hace que estas se cumplan en su totalidad bajo su mandato, ejerce su gobierno sin límites ni restricción alguna más que consigo mismo. Esta forma de gobierno corresponde a la monarquía absoluta, expresión de la forma de gobierno por la cual los súbditos del Estado eran conscientes de ser sometidos a la autoridad única y soberana de un monarca absoluto. Perry Anderson en su libro "Lineages of the Absolutist State" (traducido como "El Estado absolutista", de la primera edición en inglés de 1974) explica el desarrollo en los países como Francia, Inglaterra y España, en los que se llegó a concentrar de mayor manera este sistema de gobierno autoritario. Aunque existen precedentes de Estados con fuerte concentración de poder en todas las formas de monarquía e imperios de la Antigüedad (despotismo hidráulico, Imperio romano, etc.), su definición historiográfica se limita a su aparición en la Europa Occidental de la Edad Moderna como expresión política de la formación social histórica denominada Antiguo Régimen (siglos XV al XVIII). Este periodo termina con la Revolución francesa de finales del siglo XVIII, que terminó con antiguo régimen, con la notable excepción de la autocracia zarista rusa, que llega hasta 1917. Su utilización para designar a otros Estados de épocas posteriores y hasta la actualidad es objeto de habitual controversia. Antes, en la historia política de Europa medieval, la monarquía había pasado por fases de monarquía feudal y monarquía autoritaria, en las que la autoridad real se fue haciendo cada vez mayor, después de que la disolución del Imperio carolingio disgregara y descentralizara de forma muy acusada el poder político y militar. Anderson explica el surgimiento de esta forma de gobierno: La reorganización del sistema político feudal en su totalidad, y la disolución del sistema original de feudos, la propiedad de la tierra tendió a hacerse progresivamente menos "condicional", al tiempo que la soberanía se hacía correlativamente "más absoluta". El debilitamiento de las concepciones medievales de vasallaje se desarrolló en ambas direcciones: mientras confería a la monarquía unos poderes nuevos y extraordinarios, emancipó las propiedades de la nobleza de sus tradicionales limitaciones. Luis XIV es el máximo representante del estado absolutista. El Estado absolutista se conforma como: un poder soberano, desvinculado de cualquier autoridad, sin límite (como los que supondría la división de poderes hacia el interior o exterior de otras soberanías, durante la Edad Media se representaban los poderes universales -pontificado e Imperio-); por otra parte esto no significó que fuera exclusivo, es decir, presupone y asume la existencia de otros poderes simultáneos (descentralizados: señorial), asambleas representativas de uno o varios reinos (parlamentos, estados generales, cortes), que pueden tener particularismos e instituciones locales, (los municipios, etc.; pero respecto a los cuales era superior). El derecho divino que daba la iglesia para con el monarca, legitimaba su derecho a gobernar su reino, este factor fue decisivo para el desarrollo de una concentración de poder a manos del monarca, lo que permitió con el tiempo el nacimiento del estado absolutista al ser la máxima figura política del reino. A Luis XIV se le atribuye la frase «L'état c'est moi» ('El Estado soy yo'), esta es una clara visión del Estado absolutista. Aquí el Estado adopta esta forma de relación dada entre sus tres elementos constitutivos que son: el territorio (o país), la población (o nación) y el poder (o forma de gobierno). El historiador Voltaire relata en su obra "El siglo de Luis XIV" cómo era el gobierno de un monarca absolutista el Rey Sol durante su reinado. Los fueros y privilegios estamentales, locales, institucionales y personales; estos afectaban a clérigos, universidades, gremios y multitud de otras situaciones privativas, suponen otro límite, también pretende superar mediante la común condición de súbditos, esto supone una relación directa con el rey sin cuerpos intermedios. El absolutismo de la monarquía absoluta nunca se ejerció de forma total (dado el rudimentario desarrollo de los instrumentos para ejercerlo -burocracia, ejército, hacienda-), sino que se consideraba un ideal. Para Europa el absolutismo comienza con la Edad Moderna. El monarca es el soberano y está por encima de las leyes que el mismo monarca crea (la palabra del rey es ley). La forma de gobierno es el absolutismo. La doctrina económica imperante en el Estado absolutista es el mercantilismo. El desarrollo del gobierno absolutista en el siglo XVIII se denominó como despotismo ilustrado, descrito por otra famosa expresión: todo para el pueblo, pero sin el pueblo, y que suele ser contrapuesta a la definición de la democracia de Abraham Lincoln: "gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". El inicio del fin del Estado absolutista en Europa Occidental, se llevó a cabo con la Revolución francesa de 1789, este evento no solo rompió con el antiguo régimen, sino que además marcó el fin de la época moderna cuando Luis XVI convocó a los Estados Generales de Francia para resolver la crisis del momento, este fue el inicio del final de la monarquía francesa con la decapitación del rey. .

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