martes, 15 de mayo de 2012

Leyenda Negra

La Leyenda Negra la inventó un sacerdote fanático e imbécil llamado Bartolomé de las Casas. Despotricaba contra España en favor de los bárbaros y salvajes para conseguir para la Iglesia súbditos antiespañoles y sembrar así la discordia contra el Imperio. España toleraba a aquel insecto memo y relativista. Sus obras están plagadas de desatinos y mentiras. Encima, el Gobierno le hizo caso con las Leyes de Indicas de 1542 y no autorizando la publicación del Demócrates Alter de Juan Ginés de Sepúlveda, el hombre más culto de España.
En la época contemporánea la Leyenda Negra Antiespañola genera el afrancesamiento de la élite política y el desprecio de lo propio español. Los afrancesados ya eran la antiespaña en 1808 y una avanzadilla al servicio y a la mayor gloria de Francia en España.
Anglofilia, francofilia, germanofilia son los diversos nombres de la influencia de las grandes potencias en España desde el siglo XIX. Casi siempre eran los revolucionarios izquierdistas los que más se dejaban ganar por tales influencias y pretendían mimetizar a tales Estados europeos y tomarlos como modelos políticos, religiosos, morales, filosóficos implantando en España así una suerte de protectorado intelectual  del país del que se tratase.
Las izquierdas devinieron antiespaña por una asimilación excesiva de las influencias foráneas. Si todo era tan malo, ¿Por qué no copiar a las grandes potencias? Si todo era tan malo, lo español era muy malo, los dialectos minoritarios eran muy buenos, la historia de España era muy mala, el Islam era muy bueno, la inquisición era muy mala, el protestantismo era muy bueno, el jacobinismo era muy bueno, la Iglesia Católica era muy mala, la derecha era muy mala.
Las izquierdas, con estas doctrinas intentaban aniquilar la España tradicional y sustituirla por una copia o mímesis de Gran Bretaña, Francia, Alemania o de todas juntas. El PCE pretendía por su parte imitar a la URSS como modelo teórico y social.
Cuando se derrumba el Régimen del 18 de julio de 1936 a partir de 1975 tiene lugar algo realmente fantástico: la derecha gobernante asume la leyenda Negra anticonservadora española y denigra a la derecha tradicional, a sí misma y rompe sus anclajes históricos y su continuidad con respecto al franquismo. Surge una nueva derecha castrada, centrista, moderada, progresista. Es la interiorización de la Leyenda Negra Antiespañola en relación con el franquismo y el conservadurismo de la coalición gobernante durante el franquismo. La UCD primero, luego AP y finalmente el PP pudieron así reclamar su derecho a disfrutar de la herencia franquista haciéndose perdonar sus pecados por los progresistas del PSOE y del PCE. El PSOE y el PCE eran los falsadores potenciales o reales, criterios extrínsecos negativos de la corrección política de la derecha española que llegó finalmente a renegar de España y a conformarse con el usufructo alternativo en el Régimen de 1978. Finalmente, la Leyenda Negra había instaurado un Régimen, el Régimen de 1978 cuya ideología oficial era renegar de España, su historia, su religión, su idioma y de todo lo que recordara el pasado. Era como si la Historia de España hubiera comenzado en 1978 y como si todo lo anterior fuera una prehistoria monstruosa y oscura.

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