miércoles, 10 de abril de 2024

El cinismo de los progresistas

La pena de muerte no es pena, puesto que el sujeto desaparece. En segundo lugar es insensible, es eutanasia procesal para asesinos. De esto hemos hablado y escrito ya hace tiempo y antes que yo Gustavo Bueno.
Ocurre que los progresistas sienten una ternura insoportable por los asesinos desde su amoralismo trascendental de tipo protestante, subjetivista, sentimental. Quieren al asesino convicto y confeso con vida a cualquier precio porque para ellos no es para tanto, no hay crímenes horrendos que comprometan para siempre y de forma irreversible la vida y existencia del asesino. Recurren a argumentos sentimentales como pobrecito, qué crueldad. No es para tanto, reinserción, pelillos a la mar y otras lindezas Algunas veces recurren a la venganza para postular la cadena perpetua para que el criminal sufra más. Como si el objetivo de las penas fuera la venganza, el sufrimiento, el goce del resentimiento, la tortura. Las penas son justicia y no crueldad ni venganza. Son medidas adecuadas y convenientes y compasivas e indoloras proporcionadas a la gravedad de los delitos. Como el crimen horrendo es irreversible y la vida del asesino es indigna de ser vivida, entonces el criminal horrendo debe tomar conciencia de la gravedad de su crimen y suicidarse y nosotros le ayudaríamos. Si está orgulloso de su crimen por el contrario, hay que matarlo porque es un imbécil moral y lo matamos por justicia, compasión y generosidad y como advertencia para señalar y avisar de que no está todo permitido por la sociedad, que no hay agnosticismo, subjetivismo y relativismo moral en la sociedad. Si los progresistas admiten que hay que matar a los enfermos terminales, la eutanasia clínica para ahorrar camas hospitalarias, no les mueve ni la ética ni la moral, dejémoslo claro, entonces habría que matar a los decrépitos morales, éticos y políticos con mucha mayor razón aún si cabe puesto que son un riesgo y una indignidad para la sociedad política. Los progresistas sostienen que pobrecito el asesino y lo dejamos vivo y pobrecito el enfermo, eutanasia clínica, que lo matamos. También están a favor de que las madres maten a sus hijos por aborto provocado como método anticonceptivo y como derecho de las mujeres a utilizar su cuerpo libremente. El cinismo de los progresistas no conoce límite. Dicen luchar por la libertad y censuran y prohíben. Disculpan los asesinatos, el terrorismo, el antisemitismo, el aborto, el crimen horrendo, el ahorro de camas hospitalarias eutanasia clínica mediante. Así son.

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