viernes, 13 de diciembre de 2024
Noticia sobre David de Dinant
Noticia sobre David de Dinant.
David de Dinant nació en 1160 en Dinant, Bélgica o en Dinan, Bretaña. Murió en 1217, en Mean, Havelange Bélgica. Todo esto es incierto, claro está. Combatido acremente por Santo Tomás de Aquino y por Alberto Magno. Fue condenado en 1210 y se prohibió su lectura en la universidad de París en 1215. Su obra se perdió y sólo quedan unos fragmentos de sus Quaternuli recuperados en época reciente. Fue influido por Alejandro de Afrodisia, Escoto Eriúgena, por Avicebrón y por Amaury de Chartres o Amalarico de Bene (1150-1206).
Afirmó que el mundo es Dios, que la materia del mundo es Dios y que la forma que la materia cobra no es otra cosa que el modo en que y como Dios se hace accesible a la sensación. Existe sólo una substancia, no sólo de todos los cuerpos, sino también de todas las almas o espíritus y ella no es otra cosa que Dios mismo. De ahí se sigue evidentemente que Dios es la materia de todos los espíritus y la materia de todos los cuerpos. Amalarico de Bene fue un teólogo que fundó una secta religiosa panteísta, los amalricenses. Esto influye en David de Dinant. Fue condenado por la Iglesia en 1210. Decía que Dios era la Hyle, la materia prima, así como que había identidad de mente y materia.
“Si el primer artífice y el primer artefacto producido [la materia] son lo mismo, entonces lo mismo podría producirse a sí mismo…Pero eso que se produce a sí mismo, se basta a sí mismo y por eso se produce siempre a sí mismo , de donde el devenir es siempre y no es más en el ser. De donde no es más en el hacer, y si el primer factor se produce a sí mismo de ahí no produce más a sí mismo”. Super II Sententiam dist. 1.a. art. 5. Dios se identifica con su obra producida por sí mismo. Aquí entra en juego la univocidad del ente. David de Dinant rompe con la ontoteología tradicional desembocando en el materialismo. Se sostiene la universalidad del hilemorfismo, idea que proviene de Avicebrón.
Hay una identidad entre mente y materia y Dios. No es la materia tanto el fulcro central de pensamiento de David de Dinant cuanto la mente. La mente es el Ego Trascendental (E), no es un ego psicológico, individual. Se trata de un intelecto o entendimiento que es una potencia cosmológica y ontológica, más que psicológica y noética. Intellectus impassibilis, una parte del alma que está fuera de nosotros. Recibe sin padecer, sin ser transformado o afectado. La experiencia de la materia de la propia y misma posibilidad y capacidad de ser afectado, la pura capacidad de recibir una forma cualquiera, de ser afectados por parte de cualquier contenido sensible y cognoscitivo. O, mejor dicho, al mismo tiempo, a la vez es toda capacidad receptiva y de padecer la forma. Nosotros somos capaces de tener experiencia de nuestra propia receptividad, de ila materia. Tenemos entendimiento pasivo, posible. Intellectus passibilis.
Esta afección sin padecer ni transformarse la recibimos de nosotros mismos o de cualquier cosa de la que seamos idénticos, de la que difícilmente podremos afirmar que sea yo en el sentido en el que lo decimos de nuestras sensaciones y afecciones. David de Dinant afirma que la mente en sí misma recibe el nombre de materia, Hyle. O bien la Hyle, la materia es llamada con el nombre de mente. Experiencia del cuerpo, experiencia de la mente, que es el lugar en el que la mente comprende a la materia. No se identifica la mente con el cuerpo. ”Si la materia del mundo es Dios, la forma que adviene a la materia es Dios, que produce algo sensible siempre.” El alma, la mente, tiene experiencia de la propia materia, de su propia capacidad de ser afectada por la forma, Dios, que se ofrece a los sentidos.
Mente, materia, Dios.
David de Dinant es un gran conocedor de Aristóteles. Su obra Quaternuli, fue condenada en 1210 en París junto con los escritos de Amalarico de Bene. La substancia común a todos los seres corpóreos e incorpóreos es la materia prima, Dios. Tenemos que la Mente, la Materia y Dios son lo mismo.
La materia prima es pura potencialidad, es anterior a toda determinación y a toda forma poseyendo por tanto las características de inmortalidad, indivisibilidad y eternidad. Dios es idéntico a la materia prima en cuanto ilimitado y sin forma.
Las formas diversificantes son para David de Dinant sólo apariencias sensibles, superficiales en cuya raíz está el elemento material idéntico para todas las realidades.
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