lunes, 10 de febrero de 2020

Catordécima oda a Franco

Catordécima oda a Franco.
Sacro caudillo y real majestad,
que Dios en España hizo deidad,
invicto caudillo y amante del codillo,...
hombre superior providencial.
Nadie tu grandeza puede negar.
A tí te reconozco como gran estadista,
egregio varón español.
Gran hombre conservador,
Si delito es exaltarte,
yo delincuente me declaro,
Yo apologista soy,
Yo a tí te exalto.
Defiendo tus logros,
Defiendo a España,
Soy patriota y de orden.
Gran gobernante,
Sin igual.
Muerto el gato, vinieron los ratones.
Salieron de sus madrigueras,
de sus covachuelas.
Se llamaban demócratas.
Se llamaban progres.
Algunos eran intelectuales,
todos unos grandes farsantes.
Se creían importantes.
Los muy abajo firmantes.
Unos truhanes estafadores,
dotados con el monopolio de su falsedad.
Delincuentes y malandrines,
infames facinerosos,
gavilla de ladrones,
apologistas de asesinos,
enemigos de la paz pública.
Ahora nos quieren prohibir hablar bien de tí,
reconocer tu buen gobierno,
valorar tus logros,
quieren tener el monopolio de la palabra,
negar la isegoría.
Siempre fueron así.
Sólo pueden gobernar con demagogia,
adoctrinamiento y palabrería.
Quieren prohibir hablar de las excelencias de tu régimen.
Salutífero y benéfico.
Arriba España.

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