Los sofistas eran unos profesores ambulantes que recorrían Grecia para impartir sus enseñanzas a cambio de dinero. Enseñaban todo lo que un varón adulto necesitaba para triunfar en la democracia ante el vulgo en sus asambleas. El vulgo confundía y confunde aún hoy la capacidad retórica con la capacidad política. Los sofistas derivaron hacia un relativismo y hacia un nihilismo amoralista e inmoralista pragmático en sus doctrinas. La verdad fue dejada de lado y lo que importaba finalmente era ganar, convencer y no importaba cómo.
Los sucesores de los sofistas fueron los sacerdotes de la Iglesia Católica en la Edad Media. Imitaron sus técnicas en la oratoria sagrada y sus razonamientos eran igualmente complicados con la finalidad de convencer y persuadir.
Los sofistas desde la caída del Antiguo Régimen son las distintas generaciones de la izquierda y hoy son simplemente la izquierda. La izquierda pretende destruir el capitalismo, el orden social, el mercado en suma de los Estados democráticos del bienestar y caída ya la URSS y convirtiéndose el marxismo en un objeto de historiografía de la filosofía, las izquierdas se han convertido en la actualidad en una poderosa escuela sofística con ayuda de los intelectuales progresistas y de los medios de comunicación progresistas. Hoy la izquierda, alcanzada la ecualización entre izquierda y derecha en el Estado del Bienestar, es lo antisistema, lo antiestado. La derecha es el Estado. Si a alguien se le puede llamar izquierda es precisamente a lo externo al Estado y al orden. Los izquierdistas actuales son sofistas pero de la peor especie. Su nivel teórico ha descendido a la altura de niños de primero de la E.S.O. Consignas fáciles, mentiras, manipulaciones, demagogia, promesas imposibles, etc. La izquierda=la sofística. Son los herederos de la sofística.
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