Yo realmente conocí a Gustavo Bueno relativamente
tarde. Primero conocí por experiencia visual propia un libro en la librería
Fuentetaja de Madrid, puesto que solía curiosear en las librerías siempre y aún
lo sigo haciendo, un libro de Vidal Peña, “El materialismo de Spinoza” y ello
me llamó poderosamente la atención y me rompió mis prejuicios filosóficos de
manual de segundo de bachillerato –por aquel entonces yo tenía 18 años- y lo
que hice fue comprar tal libro y leerlo
y allí figuraba citado Bueno y su obra Ensayos Materialistas. Leído el libro
adquirí los Ensayos Materialistas, era 1979, otoño. Yo conocí a Gustavo Bueno de manera fuerte, de entrada ya a través
de los Ensayos Materialistas, que siempre me han parecido lo mejor de Bueno y
aún lo sigo pensando así a día de hoy. Luego fueron cayendo en mis manos más
libros de Bueno. Finalmente me presentaron a Bueno en 1985 en Madrid en el
Ateneo cuando vino a presentar El Animal Divino. El conocer a Bueno mucho más
fue en los años 1990 cuando yo ya era profesor de filosofía de instituto y me
veía obligado a recurrir a Symploké para mis clases. Mi trato con Bueno se
intensificó a nivel personal y teórico. A partir de 1989 ya tuve un trato más
constante y fluido con Bueno y así hasta hoy. Por supuesto….he leído todos los
libros de Gustavo Bueno más una multitud de artículos suyos. Además he impartido en mis clases doctrina filosófica y política de Gustavo Bueno. A partir de 1988 siendo ya por aquel entonces profesor de instituto, utilicé las ideas y materiales de Bueno en mis clases, lo que me trajo más de un problema entre el vulgo de la sociedad de las familias, entre el vulgo de los alumnos, entre el vulgo de los profesores y entre el vulgo de la administración educativa.
Lo que a mí siempre me ha impresionado más de la
obra de Bueno es la ontología materialista que figura en los Ensayos
Materialistas y en la Teoría del Cierre Categorial en su mayor parte. Nunca hay que olvidar que la ontología en un materialismo hiperrealista prosigue por otros medios en la gnoseología del cierre categorial, particularmente en la teoría de las categorías.
Frente a las otras filosofías de nuestro presente,
Bueno desarrolla un materialismo crítico, no dogmático ni positivista ni
cientificista como el de Mario Bunge o el de Ferrater Mora o corporeísta como los materialistas ateos franceses de la ilustración o los materialistas vulgares alemanes del siglo XIX y en una época en la que ya no se componen
grandes sistemas idealistas, el idealismo se refugia en las buenas intenciones
kantianas o habermasianas, en el formalismo moral débil, sentimental,
inconsistente y carente de sistematismo. El idealismo a día de hoy está muerto después de la fenomenología. El siglo XX ha asistido a un enérgico renacimiento de la ontología y de las ontologías materialistas sobre todo. Las filosofías empiristas y pragmatistas
son muy débiles frente al materialismo filosófico de Bueno. La filosofía
política es fundamentalista democrática y nada tiene que ofrecernos frente al
materialismo realista de Bueno. Bueno, el materialismo filosófico no conoce
rival serio y consistente y sistemático en cuestiones trascendentales humanas,
políticas y éticas por lo demás.
Bueno, podemos decirlo así es el más grande filósofo
español de toda la historia de la filosofía en España, tanto en latín como en
español. Bueno es el único filósofo español vivo en la España de hoy. Hoy en
día y desde hace ya mucho tiempo en España no se hace filosofía, sino filología
filosófica de importación de Alemania, EE.UU., Francia, etc. Bueno ha
construido un sistema filosófico capaz de dar respuestas a los problemas de
nuestro presente y desde nuestro presente y de plantar cara en la lucha
ideológica a las alternativas fundamentalistas científicas, religiosas y
democráticas. Si no hubiera Bueno, no habría filosofía ahora en España.
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