Si hay algo que caracteriza a los países capitalistas occidentales plutocráticos de bienestar y de mercado pletórico de bienes es la guerra santa musulmana que les ha sido declarada. Con la enemistad sucede lo que decía Julien Freund, que basta con que alguien te declare la guerra, que se considere tu enemigo para que la guerra exista. La guerra la tenemos en casa en el interior mismo de las sociedades capitalistas occidentales y nos está golpeando continuamente para someternos al Islam, que no en vano significa sumisión incondicional a Allah.
Sabido es que el progresismo plutocrático globalizador internacional tiene una soterrada alianza con los miembros de la secta mahomética. Los Clinton, presidentes corruptos demócratas y progresistas han sido financiados desde hace años con el dinero musulmán. El ISIS es creación de ellos. Hilaria Clinton ha sido financiada en su campaña electoral por las monarquías absolutas de derecho islámico divino de Arabia. Esta siniestra alianza busca liquidar los Estados europeos actualmente existentes y sustituirlos por taifas musulmanas que sean sumisas con la globalización económica y con una mano de obra lumpemproletaria y barata que no oponga resistencia alguna a la globalización económica capitalista, liquidando así los Estados nacionales
En esta situación de guerra en la que estamos habrá que plantearse necesariamente la vuelta de políticas más drásticas como las de Cisneros y el Duque de Lerma. No quedará más remedio. El buenismo y el armonismo burgueses con su pacifismo y su humanismo nos llevan a la guerra, a la sumisión y a la muerte.
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