Gustavo Bueno escribió el mito de la izquierda y el mito de la derecha. Sin embargo, en sus últimos años tuvo que reconocer paladinamente que se había producido en las democracias capitalistas de mercado pletórico de bienes la ecualización entre todos los partidos de tales regímenes plutocráticos. Digamos que la doctrina de Gustavo Bueno era válida para describir las ideologías entre 1789 y 1992 pero el escenario había cambiado.
La propuesta mía es asumir tal ecualización en los Estados democráticos como reducción a la derecha. A fin de cuentas, se asume el capitalismo, la propiedad privada, la democracia burguesa, el Estado del Bienestar y los derechos humanos y la ideología del Estado de Derecho. Si no hay fuerzas revolucionarias antisistema que pretendan destruir tales sociedades, no habría una izquierda políticamente significativa.
Sin embargo, en España hay un partido financiado por Venezuela y por Irán llamado Podemos que sí que pretende la revolución y que se inspira en las ideas de Lenin para tomar el poder político. Votado por más de 5 millones de individuos que compran tal mercancía averiada, la de la revolución, aunque sea bolivariana o chiripitifláutica. Entonces estamos en condiciones de afirmar que Podemos es un partido de izquierda, revolucionario, antisistema, que aplica las técnicas leninistas para la conquista del poder político. Si a esto le sumamos el PSOE radicalizado, podemos decir que España es el único país de Europa con riesgo de tener un gobierno revolucionario.
Ignoro si las fuerzas armadas darían un golpe de Estado contrarrevolucionario o tendrían que ser la OTAN y la UE quienes intervendrían. No creo que nadie quiera una Venezuela en Europa. Tampoco creo que tal revolución beneficie al pueblo español.
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