Cada vez queda más claro que la democracia sin libertad, sin garantías, con censura, es una puta mierda y no vale la pena apostar por ella. Gustavo Bueno finalmente declaraba que por lo menos en la democracia el gobernante no puede ostentar el poder político indefinidamente. Las elecciones periódicas son un freno a la arbitrariedad.
Pues esto es un magro consuelo. La democracia no garantiza la libertad ni la propiedad, ni las garantías judiciales y por supuesto tampoco garantiza la igualdad ante la ley. Esto lo afirmo desde España. El Régimen de 1978 es un régimen democrático parlamentario de partidos en el cual no hay libertad, hay censura, persecución por ideas y creencias y una curiosa unanimidad ideológica digna de los países del socialismo real del Este de Europa a los que por aquel entonces se les reprochaba su falta de pluralismo ideológico e informativo. Ahora voluntariamente, por mecanismos económicos y democráticos hemos abocado al mismo resultado que antaño criticábamos.
En resumidas cuentas si la democracia es esto, la verdad es que no vale la pena porque ni hay libertad ni pluralismo y encima no hay garantías judiciales ni libertad de expresión. Censura en las redes sociales consentida por el Estado democrático y dictadura implacable del progresismo y de sus gilipolleces anejas. La democracia sin libertades carece de legitimidad.
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