NO A EUROPA. Diatriba filosófico-político popular.
Dedicada
a los buenos españoles.
El
20 de febrero de 2005 tendrá lugar en España un referéndum sobre el tratado de
la Unión Europea, mal llamado Constitución Europea. Este referéndum es el
primero que se celebrará en el territorio de la UE. Tenemos que ser los más
progres, los más europeístas por imperativo del PSOE y de PRISA. ZP, como es el
más progre de los presidentes de gobierno europeos, tiene que ser lógicamente
el más tonto valga la redundancia.
Este
referéndum resulta que está
intencionalmente preparado tal y como los que convocaba Franco, se trata de referendos
convocados para ganarlos. Está previsto que el vulgo vote que SÍ aunque también
está previsto que haya una gran abstención. Con un poco de buen sentido,
podríamos votar que NO y contribuir a que los intereses de España se impongan
sobre los intereses de Francia y Alemania, las dos grandes potencias rectoras
de la UE a las que ZP rinde servil pleitesía. Nada sería más positivo que una derrota
de la UE.
En
otros países de la UE hay un debate público en torno al tratado. Las
cosecuencias que se derivan de tal tratado son muy importantes, son muy graves,
merecen una profunda meditación. En España sin embargo, hay un silencio
absoluto al respecto. No hay un debate público al respecto. Hay una gran
pasividad ciudadana mezclada con indiferencia. En fin, consolémonos con el programa
de TV denominado Gran Hermano. Aquí ocurre que la telebasura
desvelada/fabricada[1] del Gran Hermano anunciará
la basura política fabricada de la Constitución Europea. Ignoro si esa
telebasura inclinará a los telespectadores a votar que SÏ. De todos modos
encuentro que hay una perfecta adecuación natural entre las dos basuras. Eso me
parece bien. La basura que se junte con la basura. La telebasura europea
constitucional va a ser expuesta por la telebasura nacional. Además,
desgraciadamente, hay un consenso fatal entre las dos fuerzas políticas
fundamentales del Régimen de 1978, de este Régimen que desnacionaliza España y
que está resultando ser suicida. El PP ha reconocido que la Contitución Europea
es mala para España y sus intereses nacionales pero inexplicablemente
recomienda votar que sí. Así el PP comete la estupidez política de colaborar a
que España desaparezca anegada por la UE, esto es, sometida férreamente a
Francia y a Alemania. El PP está tan lleno de complejos político-ideológicos
que siempre busca que lo evalúen los progres y que le den el aprobado y que le
perdonen su pecado de no ser progresista de verdad. Hay que ser europeísta para
ser demócrata, progresista y políticamente correcto. Esto nos lo repiten
incansablemente los progres desde hace ya muchas décadas y ya es hora de decir
basta a estos embelecos. Esto de que Europa es algo noble y sublime es una
sencilla estupidez política. Se puede ser antieuropeísta y no ser
antidemócrata. Son dos conceptos diferentes que son independientes entre sí.
Por lo demás, de Alemania y de Francia nada bueno nos puede venir a nosotros
los españoles. Es una falsedad afirmar la identidad de intereses de los Estados
miembros de la Unión Europea. Eso es un mito confusionario, que no nos aporta
nada positivo. Gustavo Bueno llegó a decir en una ocasión que si España perdía
su derecho al veto conseguido en Niza en el 2000 gracias a Aznar, entonces,
literalmente desaparecía. El propio Aznar en el mes de julio de 2004 llegó a
afirmar que la Constitución Europea era perjudicial para España y que los
españoles deberíamos pensárnoslo antes de votar que SÍ. Pues bien, la llamada
Constitución Europea consiste entre otras cosas en reducir el peso de España en
la UE grancias a la estupidez progresista de ZP que se ha plegado servilmente a
los intereses de Alemania y Francia. Así pues, los principales partidos del
Estado de partidos de 1978 nos proponen liquidar España asumiendo que España es
el problema y Europa la solución, cuando desde una perspectiva materialista
católica, atea, apostólica, romana, liberal, conservadora y de orden, Europa es
más bien el problema y España es la solución. La UE es la Antiespaña. Habrá
alguno que afirme que no es para tanto, que el Tratado de la Unión garantiza la
intangibilidad territorial de los Estados nacionales en el seno de la UE y que
eso disgusta a los separatistas. Es que quieren anexionr a España íntegramente,
sin perder parte alguna, sin residuos vascos o catalanes. Algunos separatistas
piensan que la UE más que un obstáculo para lograr sus inicuos fines políticos,
más bien resultará un estímulo y algo notablemente favorable para la secesión.
Cuanta más Europa, menos España y más favorecido se verá entonces su
regionalismo secesionista. Desde esta perspectiva, España seguirá disgregándose
con las autonomías independentistas que comprende y ello estando situada España
en el interior de la UE y sin alterar las fronteras externas y sin crear ningún
nuevo Estado reconocido internacionalmente pero realmente fraccionada gracias
al Gobierno del PSOE, el gobierno del Frente Popular: gobierno de progresistas
más separatistas. El problema es que una vez que tal Constitución Europea salga
adelante, será muy difícil rectificar a un gobierno no progresista español del
futuro. Nos habremos metido en una jaula de hierro de la que ya no podremos
salir.
Creo
que el renacimiento nacional español pasaría en política exterior por la salida
de España de la UE, la firme alianza con los EE.UU. e Israel y la configuración
de una Unión Hispanoamericana de Naciones o una unión Iberoamericana más
ambiciosa. En el interior sería menester suprimir las autonomías y configurar a
España como una República presidencialista y centralizada. La descentralización
ya nos ha mostrado de forma suficientemente clara las consecuencias de tales
irresponsabilidades políticas. La eutaxia política se impone frente al caos
progresista a la hora de elegir la política pública adecuada. Ya hemos probado
suficientemente de tales licores espirituosos. Por eso creo que hay que votar
que NO en el referéndum.
El
materialismo filosófico entendido como materialismo político es incompatible
con la Unión Europea y por consiguiente con su Tratado de la Unión Europea que
va a ser sometido a referéndum. Es el materialismo filosófico como filosofía
pensada y escrita enteramente en español incompatible con todo europeísmo y con
todo progresismo. Lógicamente, un materialista hispánico, conservador, liberal
y de orden, debería votar que NO. Ahora con este NO nos situamos al márgen del
régimen de 1978. El patriotismo exige el NO. Lo más importante no es la UE,
tampoco la Constitución de 1978, tampoco el PP, sino España. España es anterior
históricamente a tales instituciones. Desde la perspectiva del materialismo
filosófico de Gustavo Bueno hay que votar que NO. Creo por eso que es bueno que
el Catoblepas se implique activamente en todo este tema tan importante para el futuro
de España y por tanto para el futuro del Catoblepas.
Ciertamente,
algunos malandrines progresistas van a votar que NO. Algunos separatistas van a
votar que NO. Eso está bien. El NO beneficiará a España y obligará a realizar
un giro en la política exterior española. La UE no va a desaparecer porque se
rechace el tratado de la Unión. Un triunfo del SI sería un triunfo de la
insensatez política, del suicidio político de España, del progresismo, de la
Europa divina pacifista, alemana y francesa, del síndrome pacifista
fundamentalista, aunque mejor sería llamarlo a mi juicio síndrome progresista
fundamentalista. El triunfo del NO será una derrota para ZP y para el PP si
decide seguir apoyando el SI. Hay que dar un golpe mortal al europeísmo. Ya
basta de tanta monserga progresista que nos pretende vender lo maravillosa que
es Europa para España, para que España desaparezca en Europa, en una síntesis
superior al servicio de las grandes potencias europeas. ¿Queremos una Europa
anglohablante, protestante y musulmana y progresista? NO si somos consecuentes
con el materialismo político hispánico. Votemos pues NO si somos buenos
españoles.
Bismarck
dijo una vez que Europa no era más que un concepto geográfico y decía bien.
Puede ser que haya sido la mejor frase que haya pronunciado un político alemán.
Ya durante la Primera Guerra Mundial se elaboraron planes para consolidar la
posición de Alemania en Europa mediante una serie de anexiones territoriales en
Europa. Estas anexiones territoriales compensarían a Alemania de la pérdida de
su imperio colonial en África. Después de 1918 estas ideas se consolidaron y
apareció la idea de Europa ligada a los proyectos imperialistas alemanes. Europa
significaba el proyecto imperialista alemán. El nazismo asumió la idea de Europa
dentro de su programa político[2]. El
proyecto europeo nazi dejó paso a partir de 1945 a un proyecto europeo alemán
democrático al que se sumó Francia, al igual que la Francia de Vichy del
General Petain lo hizo ya en 1940. Impotentes ambos Estados en Europa por
separado para llevar a cabo sus planes imperialistas después de los resultados
de la Segunda Guerra Mundial, decidieron entonces aunar sus fuerzas para
satisfacer sus intereses nacionales a través de una asociación multinacional
llamada inicialmente Mercado Común Europeo. ZP es un legítimo representante de
los intereses franceses y alemanes en España. Conviene desenmascararlo ante la
opinión pública. Por lo demás, hay que añadir a esto que España dentro de dos
años, en el 2007 dejará de recibir fondos europeos y pasará a ser un
contribuyente neto. Por cierto que estos fondos nunca se han recibido
gratuitamente, a fondo perdido o por altruismo europeo. Se han entregado a
cambio de serias contraprestaciones, de serias concesiones económicas a
nuestros competidores y adversarios europeos. Esto conviene recordarlo. Por
esta razón es necesario entender que si España no recibe más fondos de la UE a
partir de la citada fecha, entonces, ya no vale la pena seguir integrados en
esa biocenosis en la que seremos perdedores necesariamente ante la
desproporción de fuerzas y de intereses. La UE sencillamente ya no nos
interesa. En el fondo el egoísmo sagrado, el egoísmo nacional es el que debe
presidir las actuaciones de los políticos españoles y ello sin ningún recato.
No necesitamos la unidad política de Europa bajo la égida del Eje
Franco-alemán. Necesitamos la unión económica, que ya existe precisamente.
Necesitamos un mercado unificado, único, que ya existe desde hace años.
Necesitamos un mercado libre. No necesitamos obedecer las órdenes emanadas de
la UE, esto es, de Francia y Alemania. No necesitamos sacrificar la soberanía
nacional en aras de un proyecto quimérico y antiespañol.
Por
lo tanto entiendo que el interés nacional nos obliga a votar NO en el referéndum
sobre el Tratado de la Unión Europea de 20 de febrero de 2005. No me hago
ilusiones acerca de la inmediata disolución de la UE en el año 2005. Tampoco me hago ilusiones
acerca de la disolución del Régimen de 1978 y su sustitución por un régimen
republicano y centralista en España, pero tal vez sea el 20 de febrero el
comienzo de un largo camino hacia la regeneración de España si triunfa el NO en
el referéndum. Por lo menos, aún en el caso de victoria del SI habremos
demostrado que somos patriotas y personas cabales al haber votado NO.
[1] Porque para mí Gran Hermano es basura
revelada: revela la basura real de la convivencia de unos cuantos sujetos que
no tienen otra cosa mejor que hacer que estar encerrados como chimancés en una
casa y es asimismo basura fabricada porque tal asunto ha sido fabricado por la
TV, que ha organizado tan maravillosa convivencia digna de ser contemplada. A
esta basura doble se le añade la basura política de la UE que encaja
perfectamente en la telebasura de Gran Hermano.
[2] “La fortaleza de nuestro Estado no deberá
fundamentarse en colonias, sino en el territorio patrio de Europa. No deberá
considerarse asegurado el Reich hasta que cada vástago de nuestro pueblo tenga
su propio suelo. No hay que olvidar nunca que el derecho más sagrado de este
mundo es el derecho a la tierra que se quiere trabajar por sí mismo y el máa
sagrado sacrificio, la sangre que se vierte por dicha tierra.” Hitler, “Mi
lucha”. Edición 77, agosto de 1933, pág. 754.
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