Elecciones

La democracia necesita elecciones. Las elecciones dependen de la ley electoral y los sistemas electorales entonces determinan la naturaleza del régimen político democrático, puesto que determinan el número de partidos. La democracia se legitima por las elecciones y las elecciones sirven para que los electores determinen la composición de la clase política del régimen democrático. En España tenemos una partitocracia con un sistema electoral que propicia tal partitocracia. Una vez que el régimen de 1978 ha entrado en crisis, el sistema de partidos de 1978 ha cambiado porque la fragmentación del cuerpo electoral ha tenido lugar por el desprestigio de la clase política. Los partidos se reparten el Estado en ayuntamientos, diputaciones, regiones autónomas y en el parlamento y en el poder judicial. Todo depende de la cuota electoral obtenida por cada partido en el proceso electoral.

La Constitución de 1978 ha devenido una constitución semántica, quiere esto decir que no tiene nada que ver con la realidad de la vida política española. Tampoco se cumple. En estos casos es menester reformarla o redactar otra constitución nueva. PSOE, Podemos y Ciudadanos pretenden escribir otra constitución progresista, dialectal y que favorezca a los partidos secesionistas facilitando el fraccionamiento de España. El PP no se sabe muy bien si se opondría a esto con firmeza o se abstendría como viene haciendo continuamente frente a los embates de los separatistas al Estado.

Las elecciones de 26 de junio de 2016 creo que no resolverán nada porque sus resultados no determinarán nada en el sentido de facilitar la constitución de un gobierno fuerte. El Régimen de 1978 ha entrado en una crisis política y constitucional que algunos llaman por eso Segunda Transición, situación que seguro que viene del golpe de Estado de 11 de marzo de 2004. Establecer un régimen chiripitifláutico como pretende Podemos sería una verdadera catástrofe para España. La sociedad burguesa española necesita orden, disciplina, seriedad, estabilidad que sólo puede producir el PP. Los demás vienen con innovaciones no siempre oportunas y racionales a alterar el estado de cosas actual. Por lo tanto, hoy por hoy, lo menos malo para España es un gobierno del PP.