Continuismo

Bueno. El PP quiere parecerse al PSOE de tal manera en ideología que seguramente fracasará. El Pueblo no notará diferencia alguna ideológica entre el PSOE y el PP. Ahí podemos decir que tiene lugar un proceso de ecualización política. No hay ruptura entre ambos partidos. El PP procura hilar más fino con las cuentas, la gestión y el gasto público, pero en lo demás, no percibimos diferencias. El PP no quiere la lucha, ni la polémica ni el enfrentamiento con el socialfascismo. La subida de impuestos, por lo demás, no es nada popular y le irá desgastando paulatinamente al PP. Suben los impuestos indirectos y los directos. Suben todos los impuestos y así no hay fallo alguno. Así se acaba la polémica acerca de qué impuestos es mejor subir. Sube la luz, suben los transportes públicos: los billetes sencillos y los complicados. Es una política económica recaudatoria y sumamente impopular. Con las mamadurrias de la clase política no hay nada que hacer. Siguen ahí los 450.000 miembros de la clase política, 300.000 más que en Alemania con el doble de población. Intolerable. Suprímanse ayuntamientos, diputaciones y televisiones autonómicas y llegado el caso, regiones autónomas y el pueblo será feliz y no harán talta tantos sacrificios.
El Partido Popular, Partido de la Puta Pena, no es un partido nacional, sino dialectal, fomenta el estudio de los dialectos y en los dialectos, buscando las divisiones internas de nuestra Patria. El Partido Popular negocia con la ETA y busca favorecerla a cambio de la paz, como si fuera una bestia la ETA a quien hay que apaciguar con regalos. Finalmente el PP tendrá terrorismo, secesión, muertos e indignidad y todo ello simultáneamente para escarnio de España y de las víctimas de la ETA. Así están las cosas. Hay una clara continuidad entre la negociación del PSOE con la ETA y la negociación del PP con la ETA. Es una política de Estado, de Régimen de 1978. Terrible destino el de España secuestrada por esta corrupta y rapaz clase política que padecemos.