Las sucesivas reformas educativas progresistas o socialfascistas que se han venido sucediendo en España desde 1990 son estafas sociales. Perjudican a los más humildes y les privan de su único medio de promoción social y económica y política e intelectual. Son las vías por las que en España se ha ido abriendo la privatización de la enseñanza. La tasa de fracaso y abandono escolar no para de incrementarse. En la OCDE España ocupa un lugar muy bajo en cuanto a calidad del sistema educativo y sin embargo los pedagogos, demagogos de la estafa y del engaño siguen empeñándose en imponer al pueblo sus falsedades y falacias con los consiguientos efectos negativos que llevan consiguiendo desde hace más de 20 años. Pretenden encima que les aplaudamos su vacío y su embeleco.
La situación de la disciplina en el centro en el que actualmente desempeño mi trabajo de profesor es algo que clama al cielo y sin embargo, la junta directiva no ha movido ni un solo dedo. Injurias, calumnias, insidias, abandono de la asignatura, indisciplina continua....Esto es insoportable e indeseable. Luego dirán que los profesores somos responsables del orden en las clases pero no tenemos potestad de expulsar a un alumno de nuestras clases ni prohibirle asistir a ellas, ni de suspender a un infame o a un canalla ni de sancionarle....Así no hay quien pueda hacer algo....Esto desemboca en la impunidad y en la creación de un clima putrefacto de trabajo y de convivencia y en que los profesores no tengamos ninguna gana de trabajar....Claro, que todos los que nos dedicamos a la enseñanza sabemos que a los institutos no se viene ni a aprender ni a enseñar.
Es una pena que se haya destruido uno de los mejores patrimonios que poseía España antes de llegar a este régimen constitucional. En nombre de la pedagogía que limita lo que debe enseñarse los alumnos ya muy poco saben. Y los pocos que tienen interés tienen que ceder su derecho a aprender a quienes tienen el derecho de molestar. Pues nada, que sigan así, pero que les cambien los nombres a los institutos y los llamen guarderías o granjas.
ResponderEliminarAsí es, cada vez más tareas burocráticas desconectadas de la realidad del aula, y cada vez mayor descontrol. Lo único que se puede hacer es, tras presionar al Jefe de Estudios o rellenar infinidad de "partes de incidencias" burocráticos, privar al alumno canalla de "su derecho de asistencia al centro" durante tres días. Después, vuelta a empezar, como Sísifo. La expulsión definitiva del Centro es, en la práctica, inviable por lo prolongado de los trámites y porque cualquier sanción prescribe al finalizar el curso escolar.
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