martes, 27 de septiembre de 2016
Documental sobre Gustavo Bueno
Se hizo en 2015 un documental sobre Gustavo Bueno. Está bien que se difunda la figura de Bueno entre el público contribuyendo así de paso a la difusión del materialismo filosófico. Lo único que ocurre es que es un documental sesgado y falso. Sesgado porque hay personas que no aparecemos en él, teniendo incluso más derecho y legitimidad para figurar en él. Yo, por ejemplo, soy profesor de filosofía de instituto y llevo enseñando en los diversos institutos en los que he trabajado el materialismo filosófico nada menos que desde 1988 llevándome por causa de ello innumerables problemas y disgustos y sin embargo, no se me llamó para participar en él. Sánchez Tortosa, por ejemplo, nada tiene que ver con Gustavo Bueno ni con el materialismo filosófico y figura en el documental. Falso, porque dibuja un Gustavo Bueno de izquierdas, rojo, que no corresponde a la realidad de los últimos 20 años de su vida. Que la gente vea ese documental, pero que recuerde que ni son todos los que están ni están todos los que son y que merecidamente deberían estar ahí.
sábado, 10 de septiembre de 2016
Gustavo Bueno y el Estado
Gustavo Bueno (1924-2016) fue un filósofo del Estado y patriota y nacionalista español porque sabía que sin Patria no se es nada. Él tenía ya una: España, por lo tanto, Bueno y el materialismo filosófico estaban y están en contra del secesionismo. Tenía Bueno una filosofía de la historia de España considerada ésta como imperio católico generador opuesto a la barbarie mahomética y a fideísmo irracionalista y nihilista protestante. El imperio español estaba hecho para durar en el tiempo, como el romano, su modelo inspirador y era generador y bien estructurado y con autonomía de sus partes formales.
Bueno, inicialmente fue de izquierdas, no ocultaba sus simpatías por la URSS, el comunismo, lo que se llaman las izquierdas. Una vez que el Régimen de 1978 sucedió al franquismo, de quien por cierto, procedía por génesis y transición, demostró sus miserias e insuficiencias democráticas, Bueno se hizo cargo como buen realista político de la caída de la URSS y se centró en la hispanidad y en España y esto le hizo bascular hacia la derecha, no hacia una derecha del Antiguo Régimen, sino hacia una derecha socialdemócrata, burguesa, instalada en el mercado pletórico de bienes, pero que al menos conservara la unidad de España.
Bueno rechaza el liberalismo como modelo político en el que el Estado no interviene en la sociedad civil, quiero decir, en el mercado. Eso es un imposible derivado de la distinción entre Iglesia y Estado que ha sido secularizada a partir de Locke haciendo buena esa afirmación de Schmitt de que los conceptos políticos descienden de conceptos teológicos. También rechaza Bueno el totalitarismo sencillamente porque eso no existe. No se puede controlar todo. Eso sería como el acto puro, lo que es imposible por absurdo. También rechaza el Estado del Bienestar considerado como etapa final de la sociedad humana con su Estado de derecho, su democracia, sus derechos humanos y su justicia social. Como mucho se puede llegar a la igualdad de oportunidades y a la igualdad legal. La democracia no promueve la igualdad porque el mercado pletórico de bienes en el que se fundamenta tampoco la promueve.
Bueno era partidario de un régimen político eutáxico, patriótico y serio.
Bueno, inicialmente fue de izquierdas, no ocultaba sus simpatías por la URSS, el comunismo, lo que se llaman las izquierdas. Una vez que el Régimen de 1978 sucedió al franquismo, de quien por cierto, procedía por génesis y transición, demostró sus miserias e insuficiencias democráticas, Bueno se hizo cargo como buen realista político de la caída de la URSS y se centró en la hispanidad y en España y esto le hizo bascular hacia la derecha, no hacia una derecha del Antiguo Régimen, sino hacia una derecha socialdemócrata, burguesa, instalada en el mercado pletórico de bienes, pero que al menos conservara la unidad de España.
Bueno rechaza el liberalismo como modelo político en el que el Estado no interviene en la sociedad civil, quiero decir, en el mercado. Eso es un imposible derivado de la distinción entre Iglesia y Estado que ha sido secularizada a partir de Locke haciendo buena esa afirmación de Schmitt de que los conceptos políticos descienden de conceptos teológicos. También rechaza Bueno el totalitarismo sencillamente porque eso no existe. No se puede controlar todo. Eso sería como el acto puro, lo que es imposible por absurdo. También rechaza el Estado del Bienestar considerado como etapa final de la sociedad humana con su Estado de derecho, su democracia, sus derechos humanos y su justicia social. Como mucho se puede llegar a la igualdad de oportunidades y a la igualdad legal. La democracia no promueve la igualdad porque el mercado pletórico de bienes en el que se fundamenta tampoco la promueve.
Bueno era partidario de un régimen político eutáxico, patriótico y serio.